16. Culpa a tu Corazón

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Culpa a tu Corazón

Tienes una cosa o dos que aprender sobre mi,
Porque no voy a aceptarlo más, y no quiero decir tal vez.
No diferencias el bien del mal,
Bueno, el amor que teníamos se ha ido,
Así que culpa a tu mentiroso, infiel, frío,
Engañoso, hipócrita,
Cruel, maltratador, amoroso corazón

(Patty Loveless, "Blame It On Your Heart")


—Hermione —dijo Ron alegremente—. ¿Qué... Qué estás haciendo aquí? Pensé que no ibas a regresar hasta dentro de quince días.

Sin embargo, ella no lo estaba mirando. Ella estaba mirando el sujetador de encaje negro que tenía en las manos.

—¿Eso es tuyo?

—¿Qué es mío? —Ron preguntó inocentemente.

—Eso —dijo Hermione, señalando el sostén.

—¡Oh, esto! —Ron dijo riendo—. En realidad, hay una buena explicación para esto.

Hermione se cruzó de brazos y lo miró expectante. No podía esperar a ver qué tipo de excusa se le ocurría para esto. Esperaba que él le diera algo de crédito.

Ron rio nerviosamente. Se quedó callado durante bastante tiempo y Hermione prácticamente podía escuchar las ruedas girando en su cabeza mientras trataba de encontrar una excusa creíble.

—Es de una fan. Ya sabes cómo se ponen, Hermione. Se han acostumbrado a arrojarnos sus sujetadores y bragas cuando pasamos volando.

—¿Y este te gustó tanto que decidiste quedártelo? —preguntó Hermione desafiante.

—No —dijo Ron sacudiendo la cabeza—. ¡Por supuesto que no! Este debe haberse quedado enganchado a mi uniforme o algo así. Estaba a punto de tirarlo a la basura cuando llamaste a la puerta.

Una expresión de suficiencia apareció en los rasgos de Ron y Hermione se dio cuenta de que se estaba felicitando internamente por haber inventado lo que él creía que era una mentira convincente. Hermione resistió el impulso de borrar esa sonrisa de su rostro.

—Ya veo —dijo en cambio, entrando al departamento. Estaba tan desordenado y desorganizado como siempre. Revistas y periódicos estaban amontonados en pilas desordenadas en la mesa de café y en el suelo. Cajas de pizza vacías y contenedores de comida para llevar se apilaban a troche y moche sobre las pilas. Hermione siempre había odiado ir a su departamento principalmente porque siempre tenía la abrumadora necesidad de limpiar. Una vez pensó que era un rasgo entrañable de Ron, pero ahora estaba simplemente disgustada.

Hermione también notó una botella de vino vacía y dos vasos en la mesa de café. Pudo escuchar la fuerte inhalación de Ron detrás de ella cuando se dio cuenta de lo que acababa de ver. Dándose la vuelta lentamente, le sonrió dulcemente.

—¿Tenías compañía?

—Solo un par de chicos del equipo —dijo Ron rápidamente.

—No los imaginaba bebedores de vino —dijo Hermione alzando una ceja a Ron—. Son más del tipo de beber whiskey de fuego y cerveza.

Ron solo se encogió de hombros y tomó a Hermione en sus brazos. Ella se estremeció involuntariamente, pero él no pareció darse cuenta ni importarle.

—Te extrañé, Herms.

—Sabes que odio cuando me llamas así —dijo con frialdad, rodando los ojos. Ron la acercó más y puso su cara en su cuello. Hermione se apartó y forzó una sonrisa.

—No puedo esperar a escuchar sobre tu viaje —dijo Ron, limpiando un espacio en el sofá para que ella se sentara—. No debe haber sido tan bueno si has vuelto a casa temprano.

Gota en el Océano [Harmione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora