3. Sentado en el Muelle de la Bahía

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Sentado en el Muelle de la Bahía

Sentándome aquí, descansando mis huesos,
y esta soledad no me dejará en paz,
son dos mil millas por las que he deambulado,
solo para hacer de este muelle mi hogar.

Ahora, solo me sentaré en el muelle de la bahía,
mirando cómo la marea se aleja.

(Otis Redding, "Sitting on the Dock of the Bay")


—Voy a preguntártelo una vez más —dijo Hermione lentamente, su varita apuntando al hombre de ojos verdes que tenía delante. Su expresión de desconcierto hacía que se enoje cada vez más—: ¿Quién eres?

—¿Y quién eres tú? —preguntó Harry cruzando los brazos mientras la muchacha usaba su mano libre para agarrar fuertemente la toalla envuelta alrededor de su cuerpo.

—Te pregunté primero —respondió ella con enojo.

Él extendió una mano para calmarla, pero ella apuntó su varita amenazadoramente hacia él, haciéndole dar un paso atrás.

—Tranquila, tranquila —dijo con un tono divertido en su voz.

—¿Qué? —preguntó Hermione cuando él comenzó a reír.

Sacudió la cabeza.

—¿Por qué no guardas eso antes de sacarle un ojo a alguien?

Hermione puso los ojos en blanco.

—Puedo asegurarte que sé muy bien cómo usarla y si sigues actuando así, no lo pensaré dos veces antes de usarla para mandarte al próximo siglo con un hechizo. Puedo hacer cosas con esta varita mágica...

—Está bien —intervino Harry. Puso una cara seria—. ¿Ves? Ya no me estoy riendo. Ahora... ¿puedes bajar la varita?

—No hasta que me digas quién eres y por qué estás aquí —dijo Hermione con firmeza.

Harry sacudió su cabeza otra vez. Habría bromeado con esta chica, pero estaba perdiendo la paciencia rápidamente. Estaba tratando de ser un buen anfitrión, aunque por orden de Sirius, y estaba siendo amenazado por una mujer loca y mojada en una toalla. "Realmente tiene una buena figura", pensó para sí mismo, pero en cuanto lo pensó, se preguntó de dónde había surgido ese pensamiento. Volvió a centrar su atención en la chica.

—Estás en mi isla —explicó—. Y debo decir que esta no es la mejor manera de tratar a tu anfitrión, bueno, uno de ellos en realidad.

Con su varita todavía apuntando a él, la boca de Hermione se abrió.

—¿Conoces a Remus Lupin? —preguntó la castaña.

—Sí —respondió—. ¿Satisfecha? ¿Quieres bajar esa varita?

Aún sin parecer convencida, Hermione estudió a Harry.

—¿C-Cómo sé que no eres un Tom el Mirón?

Harry rio.

—Supongo que tendrás que confiar en mi palabra. Y si lo miras lógicamente, solo hay tres personas en esta isla. Tú, mi padrino y yo. ¿De verdad crees que Remus Lupin te habría enviado a una isla donde pensó que alguien te espiaría?

Hermione dudó por un momento antes de dejar caer su varita a su lado.

—Gracias —dijo Harry, inclinándose y comenzando a recoger las toallas y las mantas del suelo.

—Lo siento —Hermione se disculpó. Ella lo miró por un momento antes de agacharse para ayudarlo a recoger las mantas y toallas—. Me asustaste, es todo.

Gota en el Océano [Harmione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora