Gota en el Océano [Harmione]

2. La Isla Bonita

La Isla Bonita

La brisa tropical de la isla,
todo naturaleza salvaje y libre.
aquí es donde deseo estar,
la isla bonita

(Madonna, "La Isla Bonita")

El sol se estaba poniendo en las Islas Ábaco cuando un hombre de ojos verdes se sentó afuera del Café Oceana. Ausentemente, comenzó a leer el periódico que alguien había dejado sobre la mesa. Tomó un largo sorbo de cerveza y se relajó en la cómoda silla. El aire de la tarde era bastante cálido, pero la brisa del océano lo mantenía bastante cómodo. "Será una buena noche", pensó el hombre. Probablemente sería una noche que le recordaría por qué había venido aquí en primer lugar hace más de seis años. Eran noches como esta las que le recordaban por qué había decidido quedarse.

Este lugar ciertamente no era el paraíso, pero era lo más cercano que se podía encontrar en la tierra, según un tal Harry James Potter.

Sin embargo, la gente de estas islas no lo conocía por ese nombre. Lo conocían como Jack Evans. Pero, incluso si hubiera decidido mantener el nombre de Harry Potter, no creía que nadie en esta isla de muggles lo reconocería. No había otros magos o brujas en esta isla, a excepción de su padrino Sirius Black. Para todos en estas islas, él era solo otra cara bronceada en la multitud. Aquí podía caminar por las aceras o bajar a la marina y no tener gente acercándose a él pidiéndole mirar su cicatriz. Aquí podía entrar a un restaurante o sentarse afuera de una cafetería como esta y no habría gente señalándolo y susurrando sobre él. Durante los últimos seis años, aquí en las Islas Ábaco, había logrado forjarse una vida normal. Hubo un tiempo cuando estaba en la escuela de Hogwarts, en que no creía que una vida normal sería una opción para él.

La mayoría de su infancia la pasó preparándose para luchar contra Lord Voldemort. Mientras la mayoría de los chicos de su edad estaban preocupados por las calificaciones, las chicas y el acné, él se estaba preparando para asesinar o ser asesinado. La guerra que finalmente condujo a la derrota de Voldemort había sido costosa para ambas partes. No era un recuerdo que Harry miraba con cariño. Podía recordar haber estado acostado en la cama del hospital durante días, ensangrentado, magullado y golpeado, pero vivo. Todos a su alrededor estaban celebrando, pero él ciertamente no tenía ganas. Muchos de sus amigos cercanos habían muerto en esa guerra. Algunos incluso habían muerto tratando de protegerlo. Fue una carga bastante pesada para los hombros de un chico de diecisiete años. Todos le preguntaban cómo se estaba sintiendo y la única respuesta que podía darles era que se sentía... entumecido.

Estar acostado en esa cama de hospital le había dado mucho tiempo para pensar. La pregunta que se hacía una y otra vez era "¿Qué sigue?" No había escasez de opciones. Los equipos profesionales de Quidditch le ofrecían contratos lucrativos con acuerdos de patrocinio. El Ministerio de Magia le había dicho que podía tener cualquier trabajo que quisiera sin ninguna pregunta. Cuando se corrió la voz de que había ayudado a Fred y George con su tienda de bromas, empresarios y emprendedores comenzaron a enviarle planes comerciales queriendo su respaldo para un proyecto u oportunidad.

Harry no tardó mucho en darse cuenta de que ninguna de esas oportunidades le daría lo que realmente quería. Lo que siempre quiso fue llevar una vida normal y tranquila y ser tratado como todos los demás. A la luz de lo que acababa de hacer, sabía que eso nunca sería posible.

Buscó el consejo de los tres hombres cuyas opiniones más le importaban: Arthur Weasley, Remus Lupin y Sirius Black. Todos lo escucharon y finalmente le dijeron que la decisión era suya y que él solo debía tomarla. Todos le dijeron que, independientemente de lo que decidiera, lo apoyarían y lo ayudarían al cien por cien.

Fue Sirius quien sugirió la idea de viajar alrededor del mundo después de la graduación. Como Sirius señaló, Harry no había viajado antes. Esta sería la oportunidad perfecta para que él vea y experimente lo que el mundo tiene para ofrecer. La idea intrigó a Harry.