Esa noche Namjoon había dormido en el sillón, y Jimin no pudo estar más contento al saberlo. Su padre volvió a ser todo un caballero para dejar que su madre descansara en la enorme cama.
Sabía que su padre aveces podía roncar muy alto, incluso llegaba a asustarlo algunas veces. Así que ver como su padre dejaba descansar a su madre de tan feos sonidos era muy romántico.
¿Cierto?.
No importaba,porque a la mañana siguiente todo seguía siendo igual, o al menos para Jimin. Sus padres junto a él comían el desayuno, platicaban un rato y finalmente Jimin se despedía de su madre para irse al colegio.
Era bueno saber que estaba en uno de los mejores, pero al parecer los niños no eran iguales de agradables como en las reseñas decían que eran.
-Jimin, despidete de mamá que es hora de irnos.-Anunció Namjoon levantándose de su asiento y yendo por sus cosas.
El niño asintió y se levantó para ir corriendo a los brazos de la mujer, le dio un suave beso en la mejilla mientras la abrazaba y finalmente se separó de ella.
-Ten mucha suerte Minie.-Habló ella y él asintió.-Y recuerda ser amigo de los niños, ¿de acuerdo?.-Jimin volvió a asentir pero ahora inseguro.Agarró su mochila azul con un arcoiris de dibujo y tomó la mano de su padre cuando este bajó de las escaleras.
-Papi.-Habló el menor, jugando con sus pies en el aire de adelante hacia atrás, mientras estaba en los asientos traseros de aquel auto del año.
-¿Qué ocurre?.
-¿Es malo juntarme con las niñas?.-Preguntó y Namjoon lo vio por un segundo por el espejo.
-Sabes que no Jiminie. -Suspiró sin hacerlo notar y se paró en un semáforo en rojo.-Puedes juntarte con quien quieras, incluso con las niñas de mayor grado, en tanto no te hagan daño.
Jimin asintió mientras la sonrisa volvía a su rostro. -Las niñas de sexto grado siempre aprietan mis mejillas, ¿creerán que es plástilina?.
Namjoon rió tierno por su hijo y asintió levemente.
Había pensando antes cambiarlo de colegio,incluso Rose estuvo de acuerdo porque según ella "Jimin ahora si estaría con los niños",pero aunque no fuera la misma razón, era parecida.
Namjoon sabía que los niños lo molestaban, estaba muy enterado de los pequeños moretones que a veces tenía en sus piernas cuando lo empujaban.
Pero se le partía el corazón en mil pedazos de solo pensar en Jimin estando triste por separase de sus amigos. No quería que su hijo estuviera mal, no más de lo que su madre lo hacía sentir.
Pero aquella tarde, después del papeleo aburrido que tuvo que hacer, después de que Jimin presumiera sus pinturas de uñas a sus amigas y que Rose saliera con sus amigas a hacer ejercicio,tal vez tendría que cambiar de opinión.
-¿Jimin qué te pasó?.-Preguntó Namjoon algo alterado al ver cómo su hijo salía con los ojos hinchados y llenos de lágrimas,sus rodillas con curitas y una bolsa pequeña en manos.
-Señor Kim.-Habló una mujer frente a él con unos cuantos pasos de diferencia.-Creo que tenemos que hablar.
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