Ya era miércoles acababa de salir de la librería y cuando tiro su lata vacía a la basura y troto hacia mí, me pare en seco. -¿Qué se te ofrece?- le pregunte un poco molesta y curiosa a la vez. -Tu nombre- me dijo. Lo mire confusa y seguí con mi camino, el me siguió. De nuevo me pare en seco y el también. -¿Por qué?- le pregunte mirándolo a los ojos. -No lo sé...- me respondió. -¿Por qué me sigues hasta acá y después te vas como si nada?- le pregunte un poco harta de sus respuestas. Él sonrió y me miro. -Si supiera a dónde vas después de esta parada te seguiría hasta tu casa.- "que acosador" pensé.
-Si tanta curiosidad te da ¿Por qué no te subes?- Tomo mi mochila y me agarro de la mano. -¡Hey! Espera... el autobús llegara- le rogué pero siguió caminando a donde se iba siempre después de escoltarme. Pensé lo peor. "Mi bebe, ¿Qué quiere de mí?, mi cuerpo, mi bebe, me venderán, mi bebe, mi bebe, mi bebe".
Aunque trate de quitar mi mano de la suya, el seguía tomado de la mano conmigo y caminando. No tardamos mucho en llegar, de su bolsa del pantalón saco unas llaves para un carro y las luces se encendieron de un carro deportivo, no tan llamativo pero debe de ser más caro que mi cuerpo y mi departamento.
Abrió la puerta del copiloto. -Te llevo- me dijo. -Ya debió haber llegado el autobús, debo irme, gracias por el paseo- pero me detuvo por la cintura. -Déjame llevarte- lo mire y tenía cara de cachorro regañado. -No me toques allí- le dije e inmediatamente me soltó y levanto las manos aun con su cara de cachorro regañado. Voltee los ojos y me subí, el también y me dio mi mochila. Saque un biberón de la pañalera y destape un poco a mi bebe para poderle dar el biberón. El chico vio a mi bebe. -Tiene tus mismo ojos- me dijo sin dejar de verlo con una sonrisa.-Ammm... si yo...- dije pero me interrumpió.-Me encantan- encendió el carro sin dejarme decir nada. -Entonces...¿A dónde vas?- me pregunto mirándome a los ojos. Le di las direcciones de mi segundo trabajo mientras le daba el biberón a Liam.
Llegamos y el se estaciono a una cuadra.-ven- le dije y lo guie a un restaurante de comida rápida.-Yo te invito- dijimos al unísono los dos y Liam se rio.-Yo invito- le dije un poco avergonzada.-Si me ganas, tu invitas- dijo el chico, y justo cuando termino se fue corriendo a la caja, yo lo seguí pero no podía correr porque tenía cargando a Liam.-¿Qué deseas? Damita- me dijo con su cartera lista y mirándome de forma burlona.-Eres el mayor tramposo que conozco- le dije juzgándolo por la mirada. Lo empuje y saque mi cartera, pedí un sándwich y le pedí a él lo mismo, con un jugo de naranja. La señorita me cobro pero antes de que le diera el dinero el chico me lo quito y lo pago con el suyo, vi que en su cartera no tenía ni una moneda, pero estaba llena de puros billetes grandes. "Un riquillo" pensé. La señorita tomo su dinero y lo metió a la caja, mire al chico y lo mire molesta. El levanto las manos como si lo estuviera arrestando.
-Eres un tramposo- le dije. Me llevo a una mesa y se sentó enfrente de mi. Yo solo lo miraba con cara de odio, el movía mi pierna con su pie jugando, sin mirarme. Minutos después se volteo -¿Cómo se llama tu bebe?- me pregunto con cara curiosa. -Liam- le respondí aun molesta. -Protección firme- me dijo de forma pensativa. -¿Qué?- le pregunte ya que no sabía de qué se trataba lo que acababa de decir. -Liam significa eso, protección firme...según yo...- Dijo mirando a mi bebe y después a mí.
-¿Y tu?- le pregunte sin dejar de mirarlo -Kalet Sauregui- me dijo y unas personas a nuestro alrededor nos miraron asombrados. Yo los vi y se voltearon, pero a él no le pareció extraño. El miro atrás de mí, donde había un pequeño parque con un lago lleno de patos en medio y alrededor había unas bancas para sentarse. Qué tal si vamos allá- me propuso señalando el parque. -Si tú quieres, Sauregui- le respondí y las personas a nuestro alrededor nos volvieron a mirar por unos segundos y después se voltearon a susurrarse entre sí. La señorita de la caja nos llamó y nos dio lo que habíamos pedido en una bolsa de papel y aparte los jugos.
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~A deuda contigo~
RomansaUna chica de 17 años, que es madre soltera. Se encuentra con un chico que cambia toda su vida con un abrir y cerrar de ojos.