Capitulo 14.

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-Tengo que irme- le dije sobándolo de la espalda.

-No, no. Por favor...- me dijo Kalet abrazándome aún más fuerte. -Pero tendrás que venir conmigo, ahora recuéstate, voy a hacer un plan- Kalet se recostó y le di a Liam. Salí de la habitación buscando a los Sauregui y los encontré llenos de gente alrededor. - ¡Señor y señora Sauregui!- les grite para llamar su atención, ellos me miraron y fueron hacia mí, pero unas personas me quisieron entrevistar antes de que ellos llegaran a mí. -Señorita ¿es cierto que está embarazada?- me pregunto una joven acercándome el micrófono. -Señorita, aquí ¿Es cierto que él bebe que tiene es de Kalet Sauregui?- me pregunto un hombre adulto de más o menos 30 años. -Señorita, señorita ¿Está casada con Kalet Sauregui?- se me acerco mucha gente.- ¿Está comprometida con Kalet Sauregui?- yo no respondí, ni siquiera mire a la gente de mi alrededor solo los miraba a ellos, A los Sauregui, llegaron hasta a mí con una sonrisa en sus caras. -Me voy...- les dije fingiendo una cara muy triste y destruida. -Tu vuelo es el número 153, asiento 34. Ten- me dieron los papeles del vuelo y una tarjeta de crédito. -Te lo dije y te lo daré- me dijo la madre de Kalet y se acercó hasta mi oído. -Pequeña zorra- dicho esto los dos se fueron y subieron a una limosina. Yo me quede parada viéndolos irse y la gente se me volvió a acercar con más preguntas que no conteste. Me fui a la habitación de Kalet y cerré la puerta.

El me vio con los papeles en la mano y se puso pálido. - ¿Te iras?- me pregunto. -Venderé el boleto- le dije sacando mi nuevo celular y tomándole fotos para subirlo.

-¿A dónde quieres ir de vacaciones?- le pregunte a Kalet, el me sonrió y se acercó para mirar a donde podíamos ir a la misma hora en mi celular. -Oh, allí- le dijo picándole donde vio el vuelo. -¿Manitoba, Canadá?- le pregunte confusa a Kalet, que asintió, volviendo a su lugar. Compre 2 boletos, salíamos a la misma hora.

Me metí a bañar al baño que tenía la habitación de Kalet. Era grande, tenía regadera y tina. Me metía a la regadera y ya cuando estaba en la regadera poniéndome jabón en mis brazos heridos, voltee a la puerta y allí estaba Kalet, mirándome con una sonrisa de satisfacción. -¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar en la cama- le dije tapándome mis partes. -Debo de asegurarme que no te escaparas de mi- me dijo mientras se acercaba, cerró la puerta, se quitó la bata del hospital y arrimo más el suero que traía, abrió la puerta de la regadera y yo me eche para atrás sin dejar de verlo a los ojos. Él se acercaba más y más a mí. -¿Te ayudo a bañarte?- me pregunto sin borrar su sonrisa. -No, gracias. Estas enfermo- di dos pasos hacia atrás y ya estaba pegada a la pared.

Me abrazo y puso su barbilla en mi hombro. Paso su mano por donde su madre me había lastimado, sin intención gemí por el dolor, todavía estaba sangrando. -Perdóname... no debiste de meterte conmigo- me dijo poniéndome agua en mi brazo con cuidado. Lo mire a los ojos y él estaba muy triste. Lo tome de los cachetes con una mano y lo bese. Con su mano libre me tomo de la cintura y me siguió con el beso. El bajo su mano hasta mi rodilla y la agarro llevándola a su cintura. Dejo mi brazo y yo lo abrace del cuello mientras él tomaba el jabón y me enjabonaba la pierna que estaba en su cintura. -Súbete- me dijo poniendo su frente contra mi frente. -No puedo, no debes de cargarme. Tú ya sabes lo mal que te pondrás si lo haces- le dije, entonces el abrió la puerta de la regadera, tomo la bolsita de suero y la tiro al piso. -Entonces acuéstate- y él se sentó en el piso de la regadera. -¿Y si te da fiebre se nuevo?- le pregunte angustiada. -Estará allí mi ángel...- me dijo y me tomo de la mano para jalarme hacia él.

~A deuda contigo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora