REJECT ME ー OH SEHUN. [en edición]

25. envy

   Parpadeó, asimilándolo. Vio la pequeña caja refrigerante abierta que guardaba dos botellas de vodka, la cajetilla de cigarrillos reposaba en la mesa y tres latas de cervezas vacías a su lado. Definitivamente no se había equivocado de persona, pero parecía alguien totalmente distinto.

—Mh.. yo sólo..

Hana calló. Hombros anchos. Cabello revuelto. Rostro de pocos amigos.

—¿Tú qué, ratita? ¿Olvidaste cómo responder una simple pregunta? —un tono ácido reinó en sus palabras. Hana se sintió intimidada como hacía tiempo no pasaba, casi había olvidado que Sehun tenía el don de hacerla sentir pequeña sólo con mínimos hechos. Tragó saliva, no queriendo sentirse intimidada.

—Yo... Sólo quería verte. — retrocedió dos pasos cuando él se acercó más a ella, chocando con la mesa y cayendo en otro sofá, jadeando al sentir una corriente vagar por sus doloridos muslos. No podía hacer movimientos significativos o dolerían más, pero tenerlo de pie frente a ella tan cerca no parecía mejor plan. Tenía la mandíbula apretada, sus ojos lucían incluso más oscuros que en cualquier otra ocasión pese a la luz de la noche que los iluminaba, tembló de frío. Sehun pareció relajar los hombros debido a sus palabras, pero no pasó mucho antes de continuar su pose erguida.

—Bien... Ya lo hiciste, creo que puedes irte. — Hana negó convencida, no fue la respuesta que él esperaba pero pareció no preocuparse mucho, musitando un "como quieras" al darse la vuelta y continuar con su cigarrillo apoyado en el balcón. Otra ola breve de brisa fría los abordó, él observó por su vista periférica como la pelirroja tembló un poco. — Si tienes frío, ¿por qué sigues aquí arriba? ¿no te estás congelando?

Algo en Sehun lo animó a preguntar, en el fondo quizás quería insistir en saber por qué la pelirroja se quedaba, ¿realmente era por él? ¿sólo necesitaba estar cerca de él? pensar en ésas posibilidades casi lo hace bajar la guardia, pero eso mismo fue lo que lo hizo removerse incómodo, casi arrepintiéndose en el acto. Hana expandió sus ojos levemente, pues creía que sería ignorada de sobremanera durante toda su estadía ahí. Tragó saliva, observando sus manos entrelazadas reposar en sus piernas.

—Ya te dije, quería verte. — su voz sonó más suave de lo que se propuso, y ni siquiera logró mirarle mientras le hablaba. Hana no pudo sentirse más tonta en ése momento, algo dentro de ella comenzó a cosquillear de los mismos nervios. Manejar situaciones relacionadas con Sehun era algo más complejo de lo que parecía. Inhaló y exhaló repetidas veces, contando en la mente para calmarse sin que el más alto lo notase, se armó de valor e hizo su mejor intento de actuar segura, como si controlase la situación. —Si tanto te preocupa, ¿por qué no me prestas tu chaqueta?

Sehun pareció meditarlo severamente, aunque tuviera una gran faceta inexpresiva la mayor parte del tiempo, si eras lo suficientemente observador podías notar que en esa ocasión, parecía bastante leíble. Sus cejas bajaron lentamente hasta arrugar su ceño, su mandíbula se observaba más prominente, algo en él parecía más a la defensiva.

—Debes estar tan acostumbrada a que todos lo hagan, ¿no es así?— musitó con amargura, se echó el cabello hacia atrás con una mano y le dio una calada al cigarro que, increíblemente, aún no se acababa. — ¿Qué sentido tendría? Luego me congelaría yo.

Oh Sehun no estaba siendo el mismo, pero logró reconocer su patanería en el último comentario, no sólo porque consiguió oír sus propias palabras en voz alta, sino porque la expresión desilusionada de Hana se lo demostró. Ella era un libro abierto. Ninguno se animó a decir más nada después de eso, pero tampoco se movieron. Pasó un momento, segundos, un par de minutos en los que no volvieron a comunicarse, al menos hasta que la voz suave de la pelirroja volvió a oírse.