13. why 2/2

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   —Vas a desaparecer tus uñas si sigues mordiéndolas. Es solo un chico, tranquila, no estés nerviosa.

    Yixing yacía sentado a su lado en las bancas después de terminar las prácticas. Hana cruzó sus piernas y lo admiró, alejando su mano de sus labios.

    —No las estoy mordiendo, ni tampoco estoy nerviosa.

    —Sí, y yo no soy chino.

  Olvidó por un momento a Sehun y su personalidad extraña. Lo miró sonriendo, él hizo lo mismo y le regaló un suave toque en su barbilla como despido. Se levantó y se quitó la sudada camisa de repente. Se rió cuando Hana buscó cualquier otro lado donde mirar, avergonaza.

    —Iré a bañarme, huelo a mono.

    —Ya me estabas mareando.  — se burló. Escuchó su risa poco a poco alejándose, entonces no desvió su mirada de su desnuda espalda hasta que desapareció por los baños de chicos. Se levantó pensando en que ella también debía cambiarse, tomando su bolso para ir a las duchas femeninas, no obstante, como un terremoto sin aviso alguno, Kim Jongdae se apareció frente a ella lleno de felicidad, cargándola en su hombro sin el mínimo esfuerzo, gritando feliz. Hana chilló con él, pero por miedo de que le ocurriese algo cuando este empezó a girar. Le dio un golpecito en la espalda, riendo una vez que se detuvo.

    —¡ESTARÉ EN EL EQUIPO OFICIALMENTE! ¡HANNA, SOY EL 21! ¡ME SIENTO TAN FELIZ! — soltó con emoción, ella se rió permitiéndose sentirse feliz por él, pero luego recordó que estaba siendo tratada como un saco de papas.

   —¡Jongdae! ¡Bájame, bájame!  — pidió con cierta vergüenza. Lo notó asentir y luego dejarla en el suelo con tal delicadeza que agradeció, igual no pasó mucho tiempo cuando le volvió a abrazar. Aprovechó la altura para tener su frente en su pecho, Hana pudo notar la felicidad en sus palpitaciones.

  La pelirroja gozó de un beso en su coronilla cuando se separó.

    —Perdón, estoy tan feliz por esto.  —  se excusó como si no fuera obvio.

    —Haz una fiesta entonces.  —  bromeó, pero su rostro le dijo que no se lo había tomado como broma. Sus ojos brillaron.

   —¡Aaaah! ¡¿cómo no lo había pensado?!  — habló más para el mismo.  —Lo festejaré junto con la fiesta para el amargado. ¿Me ayudas a planearla?

  No sabía muy bien a lo que se refería, tenía una idea de quién se trataba, pero quería evitarlo. Existían tantas razones para negarse a lo que fuese; la principal eran los deberes, tareas, exámenes y trabajos, la segunda era que si se trataba de una fiesta, se trataba de sus amigos. Y eso se trataba de Sehun. 

   —No hay problema.

   —¡Perfecto! Será en una semana, de hecho, el viernes siguiente.

      ¡¿Qué?! 

    — ¡¿Tan pronto?! — él se rió y desordenó sus hebras pelirrojas.

   —Verás que será tan emocionante que querrás que sea hoy mismo.  — prometió antes de ser llamado por un chico de piel morena y sonrisa radiante, si no se equivocaba, Jong In. Le guiñó un ojo y se fue. Miró el suelo derrotada, arrepintiéndose  —no del todo — de haber aceptado.

  Estaba segura que nadie le había dicho que no a Kim Jongdae en nada.

  Tomó su bolso y fue por la ducha rápida que necesitaba. Ya no tenía clases siguientes y por ello, debía buscar a Sehun para poder irse a su casa tranquila y sin dudas. Cuando salió, y observó todo el alrededor reparó en que la cancha estaba completamente vacía. Suspiró, no iba a buscarlo por toda la academia, ni loca.

   Se sentó en la misma banca donde hablaba con Yixing hace un rato, y buscó su teléfono en el bolso para llamar al señor Lee y pedirle que la recogiera, pero no lo encontraba. Observó cómo alguien se sentó a su lado sin siquiera hacer algún ruido previo, supo de quién se trataba, pero continuó como si no lo hiciera, buscando distraída aún cuando ya había hallado el aparato en un bolsillo.

    —¿Podrías verme? ya sabes que estoy aquí, no te hagas.— lo escuchó pidiéndole, sin embargo sonaba pasivo, con un deje de broma, tal vez, ¿amigable? Eso la hizo sentir bien de alguna forma así que se decidió a mirarlo, para darse cuenta que él ya lo hacía con ella, pero con una muy —casi inexistente— sonrisa. Ninguno dijo nada en ese momento, y ella no tenía nada que decir porque él era el que le había pedido estar ahí.

  Notó que la analizaba completamente, así que se dedicó también a observar cada detalle de su rostro, mientras esperaba por una conversación. Pasó rápido por sus labios, sin querer que notase que los observaba, su nariz, sus mejillas, sus ojos donde decidió no fijarse tanto por su bien.

 Sonrió al detenerse en su nuevo cabello rubio y recordar lo que había pensado cuando discutían.

  "Yo prefiero los rubios y ahora estoy estancada contigo siendo moreno. "

  Desde que lo vió al principio del día había opinado que se veía realmente hermoso, y sí que lo hacía, así que no se contuvo cuando susurró.

  —Te ves bien... —  se sorprendió cuando él lo había dicho al mismo tiempo, y un cosquilleo la invadió. Sehun pareció sonreír otra vez, pero pensó que fue su imaginación. Evitó su mirada, fingiendo que le parecía más interesante sus zapatos.

   —Uh... ¿para qué me necesitabas?—  se atrevíó a preguntar, lo escuchó carraspear.

   — Yo... ugh, olvídalo. — respondió borde, derrumbando todas las esperanzas. Se sintió estúpida, rodó los ojos al cambiar su humor completamente y se levantó dispuesta a irse. Él solo la observó hasta que tomó el bolso, cuandola obligó a sentarse de nuevo y habló.   —Lo siento. 

  ¿perdón?

  —¿De qué hablas?

  — Lo de ése día. No tengo derecho para reclamarte nada, ni para meterme en tu vida. Fui un idiota. — admitió, esta vez sí lo miró—Sin embargo, no me arrepiento de habértelo dicho, ya te lo dije, no me agradas y te lo merecías.

  Era lo más cercano a una disculpa que alguna vez recibiría de Oh Sehun, sin embargo, le agradecía que lo hubiese hecho.

  —Está bien, ¿sabes? Era algo que necesitaba saber de todas formas, y ninguno de ellos ha sido honesto conmigo... Realmente nadie ha sido honesto conmigo desde hace bastante. —  murmuró, intentando restarle importancia, se encogió de hombros, aún cuando por dentro se sentía mal gracias a ése tema.

  —De todas formas, no era mi responsabilidad.

Entendió, dispuesta a irse al ver brillar la pantalla de su teléfono con un mensaje. Ya tenía al señor Lee esperando por ella afuera.

  —No, no lo era. — continuó el tema, él la miró atento. —Pero gracias.

 Iba a empezar a caminar, pero la tomó de la mano y la volvió a sentar frente a él. Lo observó desconcertada mientras buscaba algo en su mochila, cuando lo consiguió lo sacó junto a otro cuaderno, pero solo se fijó en la carpeta. 

El trabajo de Seulgi.

  — Woah... —  murmuró desganada. — Ya lo copiaste.

  Sehun acomodó la mochila en su hombro y se levantó. Esta vez, le sonrió, una sonrisa entre su ego y su simpatía, una sonrisa de muerte.

  —No realmente. — pasó su mano por su rubio cabello y lo desordenó, luciendo más atractivo aún, le tendió la carpeta junto con el cuaderno, y cuando lo detalló, era el suyo —Solo copié los apuntes, entendí más tu letra que la de ella. —

Antes de dejarla sola en la cancha, Sehun pasó a su lado y se rió, después, murmuró.

  — Realmente no es tan fea como pensaba. 

REJECT ME ー OH SEHUN. [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora