15. songs.

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    Una vez más, le fuese gustado admitir que despertó por razones que no comprendía, algo así como una princesa o al menos lo más cercano a eso, pero no era así. Comprendía muy bien que era bastante hueca como para olvidar cerrar las cortinas por la noche o como para no desactivar su alarma y nunca volverla a activar después. Sin embargo, sabía que no se perdonaría faltar a la escuela en esta ocasión.

    Ni ninguna otra, porque Dios, los deberes se multiplicaban.

   Refunfuñó a nada en particular al despertar verdaderamente y salió de las muy cómodas sabanas que le protegían pobremente de ir a la escuela. Se bañó y como todo día normal se puso el uniforme que por alguna razón olía diferente pero en una manera agradable que hasta le daban ganas de no usar perfume. Cosa que igual no pasó al rociar un poco en sus muñecas y cuello. Para cuando bajó a tomar el desayuno, la señora Junnie estaba esperando por ella con uno muy bien preparado, casi salido de una revista. El día pareció normal hasta que pisó la entrada del colegio, donde le esperaba la entrada decorada de grandes arreglos florales, pétalos de colores en el suelo y gente con sonrojos encantadores.

   Entonces, se dió cuenta que era el día.

  ¡Flower Road!

  Aquél esperado día, similar a San Valentín donde se declaraban, sonreían, y en donde regalaban chocolate y flores. Sin embargo, no estaba emocionada, era un día más.

   Así que continuó en la entrada común por todo el pasillo deseando evitar momentos incómodos con personas empapadas de cursilerías, pero al llegar a su casillero su línea de buena suerte descendió considerablemente, teniendo a una hilera de distancia al equipo de fútbol, el club de matemáticas y con éste último, a Kyungsoo y Mei.

   Mei Ri portaba sus típicos lentes y el cabello suelto, sin embargo, eso no era lo que más llamaba la atención, sino, el colorido ramo de flores que sostenía entre sus dos manos. No necesitabas ser el mejor observador o todo un Sherlock Holmes para darte cuenta de que el chico bajito a su lado, era el que se lo había dado. Kyungsoo se encontraba algo apenado, y ella, más que sonriente. Para cuando sus miradas conectaron, Hana le sonrió débilmente, y él... Él la ignoró.

  Fue entonces cuando se propuso definitivamente hablar con su mejor amigo, pues, sabía que lo estaba perdiendo. 

  Kyungsoo y ella sólo coincidían en una sola clase este año, la cual, era latín. Tiempos pasados, se quejaron de ello, y Hana incluso quiso pedir un nuevo horario, pero él la detuvo. Se rieron y aceptaron que no siempre podrían estar juntos. Esa clase era la última del día, sabía que si le hablaba a Kyungsoo en medio del salón, se enojaría, pues era el chico más aplicado que existía. No le permitía a nadie desconcentrarle. 

  Suspiró al mirarle sentado en el primer asiento, no se acercó, pero sí se sentó detrás de él antes de que alguien más lo hiciera. 

   La clase continuó con naturalidad, hasta que el timbre sonó. Allí tomó la oportunidad y antes de que él saliera, buscó su mano. Por primera vez en días, tuvo su atención, le sonrió con la esperanza de que él hiciera lo mismo, pero no sucedió. Justo como en el pasillo.
     
         —¿Necesitas algo?. —cuestionó borde, dejando en claro que tenía prisa. Hana atrapó si labio inferior entre dientes y asintió.

         —¿Hice algo malo?

      Su rostro no cambió de expresión hasta que sus cejas se elevaron ligeramente por sobre sus lentes. Se encogió de hombros y no dijo nada, entonces, prosiguió.
 
      —Te he extrañado. Ya no estamos juntos en los almuerzos y no contestas mis llamadas. No has ido a casa y ni siquiera me miras en los pasillos. — él podía ver su rostro preocupado. Sabía que estaba esperando una explicación, pero siguió sin responder. —¿Hice algo malo? 

     Kyungsoo dejó sus ojos en blanco. Le dolió un poco pero mantuvo la calma hasta que habló.
    
      — Últimamente me he dado cuenta que nos la pasabamos como chicle. Tengo novia ahora, no deseo que se ponga celosa y creo que sólo... Sólo deberías dejar de depender de mí. —Hana observó confundida, él tomó su mochila y dió dos pasos más cerca de la puerta.  —Ya me cansé de ser la sombra de la gran Min HaRin.

      Luego, terminó de irse. La única persona que no deseaba que pensara de ella de aquella manera, como todos lo hacían, era él. Y se había mantenido así hasta hacía poco. No entendió qué había hecho tan mal, pero sí sabía que no valía la pena seguirle. Asintió para sí misma, suspiró y salió. La mayoría de los alumnos se encontraban en la entrada de la institución, continuando con todos esos regalos, flores y afecto como ya era conocido ese día, dejando desolados los pasillos, donde se encontraba. Envoltorios de chocolate, pétalos de flores, decoraciones e incluso globos coloridos regados por todo el suelo.
     El ambiente tenía una vibra tan animada que eso sólo la entristecía más.

       Ya no tenía propósito quedarse ahí, continuó caminando, pasando por su casillero a dejar un terrible libro que hacía doler sus hombros, pero cuando le abrió, varios papeles cayeron al suelo del casillero. Refunfuñó, tenía todo un desorden que arreglaría después. Levantó y notó que tres de todos esos papeles, eran cartas. Se notaban que habían sido guardadas hoy y la curiosidad pudo más que ella.

    Abrió la primera, con un sobre verde claro muy lindo debía de admitir, sonrió cuando vió la letra en mayúscula, poco tiempo después supo que era de Jongdae. Nombraba lo lindo que eran sus ojos y cuánto le ponían nervioso. Cuando finalizó hablando que debía ayudarle en su fiesta. La guardó en el casillero y fue a la otra de color azul, en la que sólo había un tigre del mismo color dibujado, nada más.  Por último, tomó una de color aqua, el cual era su favorito, a penas la abrió, observó que no eran escritos como tal, sino una canción.
    Tragué saliva al leer el final de la nota;
   
            “please, one more time, one more chance. 
                    te necesito. ”

Supo de quién fue al instante, sus ojos se inundaron de lágrimas y cerró el casillero con descuido, recorrió rápido los pasillos y cruzó las puertas de la entrada principal con tropezones. Su corazón latía con rapidez deseando salir de su pecho, varias personas voltearon a verla y empezaron a cuchichear. No había reparado en que estaba llorando hasta que se enfrentó con alguien.

   Cuando se dió cuenta de quién era se abrazó al fuerte pecho del rubio, llorando sin importarle quién le estuviera viendo. Acarició su cabello y besó su frente. Entonces tomó las mejillas y le regaló un beso corto que le arrebató el habla. Escuchó muchos murmuros disfusos y vió cómo Chanyeol estaba caminando en dirección opuesta. Dándole la espalda a ella, y a Henry.

   

REJECT ME ー OH SEHUN. [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora