La molestia en la cara de Sehun parecía crecer, haciéndola sentir incómoda. Sinceramente no quería estar ahí adentro con él aún si sólo se trataban de cinco minutos. Era verdad que las cosas entre los dos habían mejorado, pero su humor de perro era razón suficiente para querer evitarlo.
Era ahora cuando le dedicaba una mala mirada a Chanyeol por haber hecho eso.—¡Cumpleañero! Vamos, con cada minuto que te estás tardando, son cinco más allí adentro. —Lay fue el último que lo animó antes de que el rubio los obedeciera. La pelirroja miró a Chanyeol pidiendo ayuda, pero todo lo que hizo él fue reir en su dirección. Hana se rindió, entrando en el pequeño espacio seguida por el más alto.
Colocándose contra la pared y observando a su alrededor, el armario parecía tener el espacio justo para dos personas, Sehun hizo lo mismo antes de sentarse y apegar sus piernas a su pecho para no ocupar más del espacio debido. Algo tímida decidió empezar a sacarle conversación.
—¿Dónde estabas hoy? No te había visto hasta ahora. — él ni siquiera la miró cuando habló, así que prosiguió:— tuvimos una calificación alta en el trabajo de Historia.
Una vez más, se quedó callado.
Suspiró, dedicándose a detallarlo. Se sonrojó levemente cuando lo primero que notó fue su camiseta oscura desabotonada, sin embargo, podía ver hematomas por sus clavículas muy lejos de haber sido provocados por alguna chica. Era el tipo de moretones dolorosos. Sus cejas descendieron y ladeó la pelirroja cabeza, intentando comprender. Así mismo, observó como sus nudillos eran adornados por cicatrices, entonces se alarmó.—¿Qué te sucedió ahí?
—Prácticas. —murmuró de aquella manera odiosa que solía usar. No la miró en lo absoluto, entonces gruñó.
—¿Acaso tengo cara de estúpida? —le enojaba que ni siquiera se esforzara en inventar algo creíble. Esta vez, la observó de reojo.
—No es mi problema la cara que tengas. —Hana creyó ver una sonrisa irónica. Le provocó borrarla con un golpe, pero sólo se contuvo y tomó su mano para ver más de cerca sus heridas.
—Sehun... ¿Tú...? —decidió no continuar, la mirada irritada que portaba le hizo tomar una decisión. Calló, soltó su mano y como pudo mantuvo distancia entre su cuerpo y el de ella, sólo esperando que abrieran la puerta del armario para acabar con este momento.
Siempre parecía ser lo mismo, cuando al fin creía que podía hacer algún progreso, él sólo le recordaba que había un muro tras otro que no la permitiría acercarse a él, ¿valía la pena seguir siendo rechazada? No, no lo valía. Se levantó como pude para abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave.
—¡Chicos! —la voz de Lisa se hizo presente con su forcejeo. —Mh, hemos extraviado la llave, ¿pueden esperar un poco? Ya estamos buscándola, no se alteren.
Suspiró volviendo a su lugar, evitando quejarse. Sehun ni siquiera se inmutó ante la noticia. Supo como la observaba cuando hizo evidente su frustración.
—No eres buena disimulando lo mucho que odias estar aquí conmigo. —se burló el rubio con una risa sin mínima gracia. Hana cruzó sus brazos bajo su pecho.
—Tú mismo haces que las cosas sean odiosas. —informó. Pensó que había abierto sus ojos de asombro, pero creyó que sólo había sido su imaginación.
—¿Soy odioso?— cuestionó. Hana se acomodó mejor, pensando en lo que podría decir, cuidando sus palabras.
—Tú sólo haces evidente lo mucho que te disgusta mi presencia, así que supongo que te comportas en base a eso. —se encogió de hombros, sin ganas—. Me dejo llevar cuando estás de buen humor y te portas amable, pero no puedo esperar un gran trato siempre, es todo. Mi error.
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REJECT ME ー OH SEHUN. [en edición]
Fanfiction»Min Ha Rin podía pertenecer al equipo de porristas, podía ser rubia, podía ser bonita, podía ser deseada e incluso podía ser coqueta; pero lo que no podía era dejar de ser tan torpe, ingenua, inocente, y no podía dejarse rendir fácil. No era la típ...