05. mistakes.

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   Una vez que leyó aquella nota no pudo ser paciente y terminó escribiéndole a Kyungsoo en busca de una explicación que no llegó. Incluso, se atrevió a dejarla en visto cuando le insistió la primera vez, así que no tuvo más remedio que dormir después de cenar y hacer berrinche para sí misma, con la esperanza de que le explicaría por la mañana tal y como dijo, pero tampoco sucedió cuando despertó. Una vez más le dejó mensajes porque la curiosidad le picaba hasta la médula, pero no respondió. A lo largo de la mañana mientras terminaba los deberes que no entendía, se dejó rendir a esperar un mensaje de él, así que cuando llegó la hora de irse a la cafetería para trabajar, apagó su teléfono, pero no era necesario porque Cherry no la trataba como a un empleado cualquiera. Tal vez estaba dolida pero si él la necesitaba, se lo diría en su momento, además, no ha de ser con urgencia, claro estaba.

   Cuando empujó aquella conocida puerta de vidrio y la campanilla de ésta la recibió, el típico olor de canela, chocolate y café deleitó sus fosas nasales y le hizo sonreír casi al instante, no se fijó en nada más que en Cherry, que estaba detrás del mostrador sonriendo amplio en su dirección.

   —Hoy tengo a Henry, cariño, no es necesario que te dieras la molestia de venir.

El mencionado rubio apareció detrás de su madre y le guiñó un ojo casi como de costumbre, aquél día no usaba el uniforme, portaba un pantalón ajustado y rasgado color azabache, al igual que su camisa simple con algo escrito muy pequeño en su pecho. Parecía tener una chispa ese día que lo hacía brillar tanto como sus cortas ondas rubias.

   —Sí lo es, quiero que me ayudes. — él cruzó el mostrador y llegó hasta ella, como siempre rodeó sus hombros y la apretó más a sí. —Además, ya estás aquí ¿no? No creo que tengas algo que hacer.

   —Tú no eres su agenda, Henry. No seas metiche.

   —No, no, está bien. Me gusta estar aquí, lo sabes, mamá. — interrumpió cuando vio las intenciones de Henry de contestarle a su madre, los dos se quedaron en silencio por lo que ella había dicho, cosa que para Hana, no era más que la verdad, pero ésa era la primera vez que Henry le oía decirle así. Vio como en los ojos de Cherry se asomó un pequeño brillo, a ella realmente le encantaba que la llamase de esa manera, suavizó su expresión y sonrió.

   —Espero que el incesto esté permitido entonces, hermanita. — ya había pasado mucho tiempo sin que Henry diciera una tontería—No se diga más. ¡A trabajar, señoritas! — y se fue rápido antes de recibir un golpe de su madre. Cherry reparó en Hana, y le observó por completo detallando más sus piernas.

   —¿Qué le pasó a la otra mitad de esa falda, Harin?

   —¿Por  qué...?

   —¿Cómo que “¿pir quí?”, señorita?— la remedó. —Acepto la del uniforme porque estás en el equipo, pero aquí no vas a conseguir animar a nadie más que a todos los clientes con esa falda... Y esa camisa escotada. — me miró con una ceja alzada y luego señaló una mesa al final, con dos pares de chicos que yacían mirándome. Creí haberlos visto en alguna parte. 

  —Perdón, pero el uniforme de trabajo estaba sucio por el accidente con Henry ayer y llegué muy cansada para lavarlo. — se excusó, recordando como el rubio le había ensuciado de dulce y crema a propósito. Cherry alzó sus manos al aire cansada y luego le señaló.

   —Ambas sabemos que no es una excusa. Hay una chaqueta atrás, dile a Henry que te la pase. — suspiró y lo buscó, pasó detrás del mostrador directo a la amplia cocina, donde lo encontró apoyado en el mesón comiéndose una galleta. Se incorporó una vez que la miró y se acercó con atención.

REJECT ME ー OH SEHUN. [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora