Luego de volver del restaurante, continué trabajando en mi oficina con Vicky, y claro, ella tenía mucho que decir.
- Anna, ¿estás bien? -me decía con una mirada de lástima. Lo siento mucho, no sé qué decirte, sólo quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte -me decía mientras me acariciaba la espalda para consolarme.
-Ay Vicky, por favor -le dije quitándome su mano de la espalda. No quiero que me tengas lástima, si no estoy mal como tú piensas, sólo terminó el trato, eso es todo -le dije mientras miraba el monitor.
-¿En serio estás bien?, ¿puedes mirarme a los ojos y repetirme lo que acabas de decir? -me dijo Vicky sin creerme una palabra.
-Victoria -sólo le decía así cuando me molestaba con ella. Estoy bien, no me tengas lástima, ya que no hay nada que lamentar. La pasé muy bien estos días, pero ya acabó -le dije mirándola a los ojos y muy molesta.
-De acuerdo -suspiró Vicky y se puso de pie. Saldré por un segundo, debo ir a hablar con John, vuelvo pronto -y salió de la oficina decepcionada, creo que no se mentir.
Seguí trabajando sola, cuando de repente tocan a la puerta. Abro y era Zoe.
-Señorita McDowell -dije sorprendida. Por favor pase, ¿en qué puedo ayudarle?
-Anna -me dijo mientras se sentaba. Sé que nos venimos recién conociendo, pero como eres amiga de Thomas y el habla maravillas de ti, pensé en venir a hablar contigo para pedirte algo, un pequeño favor.
-Dígame señorita -le dije curiosa.
-Por favor dime Zoe -dijo sonriendo. Anna -me dijo mientras me tomaba las manos emocionada. ¿Podrías ayudarme con los preparativos de la boda? Por favor, mi familia no llegará hasta la boda y todas mis amigas están en el extranjero. No tengo a nadie, por favor, di que sí -dijo sonriendo como una niña.
-Claro -le dije con una sonrisa triste. Yo te ayudaré... Zoe.
-¡Gracias Anna, eres la mejor! -me dijo mientras me daba un abrazo. Entonces, mañana después del trabajo. Contraté una planeadora de bodas, pero para algunas cosas se requiere de la opinión de una amiga -me dijo sonriendo mientras se dirigía a la puerta.
Zoe se fue, y a los minutos después apareció Vicky.
-Anna -me dijo mientras se sentaba a mi lado con cara de preocupada. No sabes quién estaba en la oficina de Thomas... Andrea. Estaba sentada sobre su escritorio y algo le estaba diciendo, no pude oír nada, él la miraba con cara de sorprendido y molesto. Creo que deberías ir a averiguar qué pasa.
-Vicky ya te lo dije, ya no es mi problema, ahora es problema de Zoe -dije fingiendo que no me importaba.
-Deja de actuar así Anna, ni tú crees tus palabras, si vas a seguir mintiéndome así, es mejor que terminemos esta amistad -me dijo levantándose de la silla muy molesta.
-Vicky, Vicky -le dije mientras le agarraba el brazo para que se sentara. Lo siento Vicky, perdón.
-¿Vas a decirme lo que te pasa? -me dijo preocupada y triste.
-Vicky, es que ni yo misma sé que me pasa -le dije poniéndome de pie y agarrándome la cabeza. Iba todo muy bien hasta que llega ella y, bueno... todo acabó -le decía mientras caminaba de un lado a otro. Ahora él se va a casar con una mujer hermosa y yo... yo me quedaré aquí... sola... como siempre.
Me quedé parada con la vista fija y sin decir nada. Vicky se acercó a mí y me dio un cariñoso abrazo.
-Tranquila amiga, yo estoy contigo -dijo acariciándome la espalda. Ya es hora de irnos, vamos, toma tu bolso -dijo dejando de abrazarme.
Salimos juntas de la oficina y cuando estábamos en el estacionamiento escuché una conversación a lo lejos.
-¿BlueOcean? Se oye delicioso -dijo una voz emocionada.
Era Zoe, que iba tomada de la mano de Thomas. Thomas le abrió la puerta del auto y antes de entrar, Zoe le besó la mejilla y lo quedó mirando con una sonrisa.
-Vamos -le dijo Zoe muy feliz.
Thomas le cerró la puerta y le dio una sonrisa, que mantuvo hasta que me vio allí desde lejos.
Nos quedamos mirando tristemente hasta que Vicky nos interrumpió.
-Vamos Anna, entra al auto -me dijo Vicky mientras me abría la puerta. Llámame cuando llegues a tu casa.
Llegué a mi casa, llamé a Vicky para decirle que estaba bien, y me metí a la cama, todo lo que quería era dormir, me sentía muy extraña.
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Septiembre©
RomanceAnna, una diseñadora de 32 años, ha pasado la última década en soledad. Cuando ya había perdido completamente las esperanzas de encontrar el amor, conoce a Thomas un hombre guapo y publicista, hijo del dueño de la agencia donde trabaja. Ambos se gus...