Capítulo V: De Vuelta a la Realidad

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Mañana debía regresar a la rutina y estaba a siete horas de mi casa, por lo que me duché, me cambié de ropa y armé la maleta, donde también guardé la rosa y la carta de Thomas. 

Fue un largo camino con algunas paradas, por lo que llegué a mi casa a media noche.

Nuevamente nadie me esperaba en casa, llegué a un apartamento triste sólo con muebles.

Encendí el teléfono para volver a conectarme con mi aburrida vida, y tenía cientos de llamadas perdidas de mi madre, mi padre, hasta de Vicky, lo más probable era que mi mamá se había encargado de contarle toda la triste escena.

Ya eran las siete treinta y debía levantarme, me duché, me arreglé y conduje al trabajo.

Cuando iba en camino me llamó Vicky.

-Hola -dije despreocupada.

-¡¡Annaaa!! ¡¿Dónde estás?! No sabes cuantas veces te llamé durante el fin de semana, tu madre me contó todo lo que sucedió. ¡Anna! ¿Dónde estás ahora?, dímelo, muero de angustia -dijo Vicky bastante alterada.

-Tranquila amiga, voy camino al trabajo, allá hablamos, te dejo que estoy conduciendo -dije tratando de calmarla.

Pobre Vicky, parece que pasó todo el fin de semana angustiada por mi culpa.

Llegué a la agencia "PlusDesigne", donde trabajo hace casi 4 años. Saludé a todo el equipo, Vicky estaba arriba en la oficina que compartimos, y apenas me vio se puso de pie y comenzó a gritarme, estaba muy preocupada.

Conversamos toda la situación del día viernes en casa de mi abuela, esta vez sí que había estallado la bomba.

-...pero amiga, si yo siempre lo supe, cada año que ibas a esa reunión algo malo sucedía y jamás decías nada, era obvio que algún día ibas a colapsar -me decía mientras me acariciaba la espalda como consolándome.

-Lo sé, lo sé, pero ya pasó y creo que fue para mejor, ahora estoy más tranquila y decidí no volver a aparecerme en esas malditas reuniones que sólo me hacen sentir mal -le dije triste y resignada.

-Es mejor amiga, te apoyo. ¿Y qué fue lo que hiciste durante el fin de semana?, ¿dónde estabas? -preguntó Vicky, curiosa.

Me acerqué más a ella y le conté toda la historia, con lujo de detalles. Con Vicky nos conocimos en nuestro primer trabajo hace casi diez años, por lo que nos teníamos una confianza infinita la una a la otra.

-¡No te creooo! -gritó Vicky.

-Shhh!! -le dije riéndome para que no la oyeran. Todo fue un cuento de hadas hasta la mañana siguiente, cuando me dejó una carta diciéndome lo hermosa y divertida que era, pero que tuviera una maravillosa vida. Dudo que lo vuelva a ver otra vez Vicky, lo dudo -dije y se me llenaron los ojos de lágrimas, no sabía lo mucho que me afectaba.

-Amiga tranquila, si la carta no dice que no se volverán a ver, los voy a reunir otra vez... ¡dame algunos datos! Tal vez pueda ubicarlo con su nombre. ¿Cómo se llama? -dijo Vicky con una pluma en su mano lista para anotar.

-Thomas Hammilton -respondí.

De repente, sonó el teléfono de la oficina y contestó Vicky. Nos citaron a una reunión con el dueño de la agencia en veinte minutos.

El dueño de la agencia era el señor Gerald Crawford, era muy amable y muy buen jefe, y esta reunión nos tenía intrigadas a Vicky y a mí.

El señor Crawford comenzó la reunión muy puntual, y luego de un largo rato, nos dio la nueva información.

-Es por eso que quiero informarles que "PlusDesigne" se va a fusionar con la agencia de publicidad número uno del país "Gold Publisher" -dijo mientras todos aplaudíamos. Y para esto voy a necesitar a los mejores en el equipo, por lo que además de todos ustedes, voy a necesitar también, todo el apoyo alguien muy especial para mí, un gran publicista nacional que estos últimos años ha recorrido el mundo perfeccionándose, y ahora está de vuelta para cooperar en este gran nuevo desafío... mi hijo, ¡Thomas Hammilton!

Y de repente, como si estuviera soñando, entra por esa puerta Thomas, muy serio y perfectamente vestido con un traje de dos piezas, corbata y todo.

Yo no sabía qué hacer, de hecho no recuerdo nada de lo que habló, ya que no podía dejar de pensar. ¿Qué está sucediendo, esto realmente estaba pasando? Miraba de reojo a Vicky creyendo que lo había reconocido por el nombre, pero no, estaba de lo más concentrada escuchando cada palabra de Thomas.

Él no me miró en ningún momento y se retiró a su nueva oficina, ahora era mi nuevo jefe, pero ¿qué había sucedido? ¿No me vio, no me reconoció o simplemente me ignoró? Eso tenía que averiguarlo de inmediato.

Septiembre©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora