A la semana siguiente, toda la agencia estaba revolucionada con la boda, claro, todos estábamos invitados, así que todo el mundo estaba preocupado por la ropa que se pondrían o la pareja que llevarían.
-¿Y tú Anna? ¿Irás con Brandon? -preguntó Vicky mientras se amarraba el cabello.
-Mmm, no lo sé, tal vez. Aún no se lo pido -dije desinteresada, la verdad no me emocionaba para nada esa boda.
-Y... ¿No me vas a preguntar con quién iré? -dijo Vicky algo molesta.
-Oh, discúlpame, ¿con quién irás? -dije poniendo cara de interesada, la verdad ya no quería seguir hablando sobre el tema.
-Bueno, tú sabes, Brandon es amigo de mi hermano. Pues resulta que Brandon me presentó a un chico, Gustav. Es un arquitecto francés conocido de él y bueno... lo invité -me dijo emocionada.
-Amiga felicidades -le dije dándole un abrazo. Espero que este te dure más de un mes.
-¡Anna, que mala eres! -dijo sorprendida. ¿Recuerdas a Carlos el guatemalteco? Con él salí por 3 meses, así que no seas habladora -dijo riendo.
Vicky salía con muchos chicos, espero pronto pueda encontrar el amor de su vida.
Al día siguiente, la alarma sonó a las 6 de la mañana, la boda era en 3 horas. Mi estómago se retorcía. Estuve media hora acostada en mi cama pensando si ir o no a la boda. Me levanté y miré mi vestido de dama de honor. Qué ironía. Luego fui a mi mesita de noche y miré las argollas, veía sus nombres grabados y me envolvía la angustia. No iba a ser capaz de soportar ese momento. Yo ahí, en frente de todos, contemplando la boda en primera fila como dama de honor. Caminé por mi departamento de un lado a otro hasta que me decidí.
Tomé un lápiz y un papel y escribí una carta. La metí a una caja de regalo junto con las argollas. Tomé mi maleta de debajo de la cama y empaqué ligero.
Me subí a mi auto y conduje al apartamento de Vicky. Sólo faltaban treinta minutos para la ceremonia, así que Vicky ya iba saliendo de su casa.
-Vicky -le dije triste.
-¡Anna que haces aquí! ¿Y tú vestido? Anna la boda es en treinta minutos -dijo muy nerviosa.
-Lo sé Vicky, no iré. Por eso necesito que le lleves esto a Zoe. Esta es su dirección -le dije poniendo un papel en su mano. Ella saldrá pronto de su casa, por favor ten -le dije mientras le pasaba la caja de regalo. Confío en ti Vicky, adiós -dije mientras me dirigía a mi auto.
Emprendí mi rumbo luego de eso.
Mientras yo conducía, Vicky fue a la casa de Zoe a entregarle mi regalo. Vicky me dijo que se veía muy hermosa en su vestido de novia y le estaban arreglando el cabello cuando ella llegó.
Zoe abrió mi carta y la leyó.
Querida Zoe,
Este tiempo juntas, pude conocer a una gran mujer que merece estar con un gran hombre. Y es por eso que en tu día especial no puedo estar a tu lado. Yo amo a Thomas, no quise decírtelo porque creí que podría manejarlo, pero no pude. En este minuto voy viajando, debo aclarar mi cabeza y tomar distancia de sus vidas. Espero que sean felices y que llegues a amarlo tanto como yo lo hago. Felicidades Zoe, que tengan una excelente vida.
Se despide, Anna Brown.
Vicky salió de su casa antes de que Zoe terminara de leer mi carta. Fue a la iglesia y se reunió con Gustav. Dijo que Thomas se veía muy guapo en la entrada saludando a los invitados. Él la saludo y le preguntó por mí.
Thomas no se veía feliz, pero estaba donde debía estar.
Dos horas después, hice una parada. Me senté a la orilla del mar en una playa solitaria. Me puse los auriculares y seleccioné una canción de mi teléfono, "Again" de Lenny Kravitz. No pude evitar cantarla, y mientras lo hacía las lágrimas brotaban de mis ojos.
Luego de media hora sentada sola en esa playa, me llega un mensaje de texto. Era de Vicky.
Anna, Thomas se casó.
Sólo con leerlo mi llanto se intensificó, dolía, y aunque siempre supe que pasaría no dejaba de sentirme herida.
ESTÁS LEYENDO
Septiembre©
RomanceAnna, una diseñadora de 32 años, ha pasado la última década en soledad. Cuando ya había perdido completamente las esperanzas de encontrar el amor, conoce a Thomas un hombre guapo y publicista, hijo del dueño de la agencia donde trabaja. Ambos se gus...