Mɪᴇʟ

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El pequeño pálido otra vez tenía vendado su cuello. El pelirrojo ya estaba harto de no saber que diablos le pasaba a su mejor amigo, y no sólo él, sino que todos en su aula se preguntaban que estaba pasando con Min YoonGi, que de un día para otro llegó con un vendaje en el cuello, pero con una enorme sonrisa.

Así es, el chico más serio de la maldita universidad tenía una sonrisa más grande que cuando te daban un regalo en navidad, y la pregunta es ¿Porque?.

Su amigo sabía que YoonGi tenía un enamorado y eso le daba curiosidad, porque a cada momento revisaba su celular y se sonrojada para luego teclear algo rápido. Sin duda el chico que está con YoonGi ahora lo tiene más que embobado.

—Oye, YoonGi —llamó en un susurro a su amigo, quien lo vio de reojo para no ser regalados por la licenciada de economía —Ahora si me dirás ¿que te paso en el cuello?

—Te dije que me rasque demasiado eso es todo —si claro y a HoSeok no le encanta bailar, estaba decidido, seguiría a su amigo a donde sea que vaya después de clases. Siempre YoonGi daba una excusa con que tenía mucha tarea o que debía ir a ver su novio, nunca se lo presentó y creo que ahora es el momento.

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Como siempre el pálido corrió mientras se despedía para irse y desaparecer por la esquina. Era el momento de seguirlo, HoSeok seguía los pasos de su amigo hasta llegar a otra universidad, donde un chico de hombros anchos y del mismo tamaño que YoonGi sonreía para correr y abrazar al pálido.

Ese era la pareja de YoonGi, al fin HoSeok sabia quien era. Pero algo no andaba bien, algo le daba mala espina.

Emprendió otra vez su camino en seguirlos pues el chico andaba más que pegado a su amigo, ambos se susurraban cosas que talvez eran más indecentes y algo lujuriosas, pues los ojos del chico castaño estaban brillosos.

De un momento a otro ya no los vio, algo borroso se vio pasar en su vista y pensó que sólo habían desaparecido, pero no, un callejón estaba cerca y con miedo se acercó. HoSeok quedó paralizado, ahí estaba YoonGi  jadeando mientras su pareja tenía su cabeza entre su cuello y hombro. El pelirrojo sabía que algo no anda bien y lo confirmó cuando vio cómo el castaño levantaba su rostro del cuello de su amigo y ver que de su boca desbordaba dos hilillos rojos, y una mordida en el cuello de YoonGi.

Sin más que hacer corrió por el susto de lo que había visto.

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Esos suspiros lo mantenían como loco, y por ello seguía lamiendo esos pequeños y erectos botoncitos rosados, que ahora estaban rojo por sus mordidas. Siempre era así, cada que Jin tomaba un poco de él, este se excitaba a un nivel increíble, al parecer su sangre estaba hecha para SeokJin, YoonGi pertenecía a SeokJin, su pequeño vampiro.

Sonara irreal pero es cierto, su pequeño SeokJin era un descendiente vampirico. Cuando lo conoció era tímido, en esa exposición de arte europeo SeokJin era el más callado y más desapercibido, pero no para YoonGi, él quedó totalmente hipnotizado viendo sus labios rosaditos y pompositos, su cabello castaño bien alborotado y sus ojos, sus hermosos ojos que esa vez eran de color miel, jamás olvidaría esos ojos tan bellos.

Esa noche YoonGi se atrevió a hablarle e invitarlo a tomar algo por ahí, SeokJin tímidamente había aceptado. Ambos estaban algo ebrios mientras se besaban como si no hubiera un mañana, quitándose la ropa y entregándose el uno al otro, cuando YoonGi había notado algo extraño, sintio punzante en su cuello y ser repente había soltado un grito, se había alejado rápidamente para ver a SeokJin con los ojos rojos como la sangre más fresca, un poco avergonzado y desesperado, el pequeño le había explicado que venía de Rumania y su linaje eran de esos seres de la noche, que sólo se alimentaban de la sangre de su pareja destinada. Y mas loco aún fue que YoonGi le creyó cada palabra que salía de la boquita de su pequeño vampiro, había aceptado su destino con SeokJin y prometiendo estar siempre con él.

Ese recuerdo jamás se borraría de su memoria...

—YoonGi m-más —el castaño gimió para traerlo de nuevo al presente y hacer que el pálido se concentre en besarlo y levantar sus piernas para posicionarla en sus hombros.

Puso sus largos dedos en la boquita de su novio para que los lamiera, y el otro entendiendo los lamio hasta dejarlos bien brillosos y que entrarán en él. El jadeo fue un punto que quebró la cordura de YoonGi, porque ver a SeokJin jadeando rogando por qué meta su miembro en él era lo mejor que podía pedir y ver. Y claro que lo hizo, de golpe metió su miembro para que SeokJin suelte un grito de placer y unas pequeñas lágrimas salieran, lentamente empezó a mover sus caderas para que YoonGi se moviera.

Las embestidas empezaron lentamente mientras los dos se besaban, y Jin susurraba cuanto lo amaba, cuanto amaba a su Yoonie y por muy tierno que se escuchaba eso prendía más a YoonGi, quien sin perder tiempo aumentó las embestidas llevando a su novio al extasis y el mismo corriendose en lo más profundo de su castaño. Estaban perdidos entre ambos.

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Unos días después SeokJin había sido presentado a HoSeok, como la pareja oficial de YoonGi. HoSeok estaba perdido en su mente pues juraba y perjuraba que él había visto como SeokJin mordía a YoonGi en ese callejón. Lo acuso enfrente de su amigo, mientras la pareja se miraba y se reía por el chiste.

Entonces el pequeño SeokJin le habló.

—Hyung, eso no podría ser, porque eso hacen los vampiros y los vampiros no existen.

Si HoSeok talvez imaginaste eso, ya olvidalo.

Si, talvez tenía razón y HoSeok por el susto había imaginado cosas, sin más que decir el pelirrojo olvido esa imagen y siguió charlando con su mejor amigo y su novio, el chico de ojos miel.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭, 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 © ♕𝐘𝐎𝐎𝐍𝐉𝐈𝐍♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora