Oᴍᴇɢᴀ

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Todas las veces que recordaba a su lindo bebé, no podía evitar una erección. Como ahora, pero estaba vez era más físico, pues el pequeño Jin se encontraba ahora mismo sentado en su regazo, mientras lamia su cuello y restregaba su cadera para sentir su miembro cada vez más duro.

Su fuerza de voluntad se estaba escapando como agua entre los dedos, como no resistirse a los pequeños gemidos de su omega si estaba en su tercer maldito día de celo. O si, SeokJin se convertía en una fiera, hambrienta por tener a su alfa muy enterrado dentro suyo y que lo anudara, oh, a Jin le encantaba ser anudado por su alfa, ese era el punto de extasis más delicioso del planeta.

Con más calma y muy poca fuerza de voluntad, el alfa agarró de los hombros a Jin para acomodarlo a un lado de la cama y ver como poco a poco hacia un puchero, sus ojitos se hacían llorosos y agarraba con fuerza las mangas de la gran sudadera que tenía puesto, pues era de YoonGi.

—Alfa —susurro llorando un poco —¿Ya no me quiere?

Con un suspiro y sonriendo un poco, acarició su pequeña cintura para apoyar su cabeza en el cuello de su omega.

—No es eso amor —le dio un pequeño beso para sentir como temblaba por ese acto —Solo que debo ir a trabajar y se me esta haciendo tarde.

Un gruñido se escucho pues a SeokJin no le gustaba que su alfa se fuera a trabajar y más ahora cuando quería mimos de él, con un suspiro se levantó para ir a cambiarse por una ropa más formal.

—Yoonie... Yo... Contigo... —vio como su alfa lo miró intrigado y con un ligero asentamiento de cabeza fue a hacer el desayuno.

No quería dejar a su alfa solo con todos esos omegas y betas descarados, todos sabían que YoonGi estaba casado pero no les importaba mucho pues eran unos descarados al pavonearse delante suyo. Y Jin no dejaría que eso pase, claro que no, porque el era muy posesivo y más cuando estaba en su celo, él era una fiera total marcando territorio en su alfa dejando a la vista miles de marcas en su cuello o siquiera no dejándolo ir a su trabajo.

Con una sonrisa pequeña y sus mejillas teñidas fuertemente de un color carmesí bajó lentamente, pues aún el celo lo convertía en un pequeño bebé buscando desesperadamente a su alfa.

–¿Estas listo Jinnie? —le entregó un gran sandwich de fresas con crema —¿Estas seguro que quieres ir bebé? Puedo llamar a Irene y que se quede contigo.

El omega alzó la mirada para verlo fijamente y con una gran mancha de crema en su boquita negó, no quería quedarse con nadie que no sea su alfa.

—Bien, vamos entonces —agarró su manito entrelazando sus dedos y saliendo de la gran casa que ambos compartían.

Todo el camino a su gran empresa SeokJin se dedicaba a darle besitos en su cuello o mejillas del alfa, era divertido verlo gruñir y apretar el volante a tal punto de estar con los nudillos blancos, sin duda Jin era más descarado cuando se trataba de llamar la atención de su alfa.

10 minutos después se encontraban entrando por una gran puerta de cristal de la cual se veían a un montón de personas caminar de un lado a otro, las grandes pisadas del alfa llamaban la atención de todos ahí adentro, todos los omegas y betas sonreían viéndolo, pero la sonrisa se les esfumó cuando vieron que el gran alfa tenía cargado a su esposo como un pequeño koala, mientras este lo marcaba con su olor y lo abrazaba más fuerte enfrente de todos esas perras, con una gran sonrisa saludo a todos agitando la mano y entraban al ascensor que solo el presidente de la empresa usaba, es decir, YoonGi.

—No tenías que hacer eso Jinnie —giró su rostro para tenerlo enfrente de su omega, quien tenía el ceño fruncido jugando con el diseño del traje de su esposo —Nunca les tomaría atención, porque te tengo a ti.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭, 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 © ♕𝐘𝐎𝐎𝐍𝐉𝐈𝐍♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora