Fɪᴇsᴛᴀ ꙆꙆ/ꙆꙆ

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A eso de las 2 de la mañana, YoonGi estacionó su auto enfrente de su edificio, en donde tenía su departamento y saliendo del auto fue a sacar a su SeokJin y cargarlo, al estilo nupcial, para entrar a su departamento.

Enfrente de la puerta no pudo aguantar más, maldita sea que no, porque ya tenía a SeokJin entre la pared y su pecho, besándolo apasionadamente mientras metía sus manos dentro de su camisa, esa camisa casi traslúcida que lo volvió loco apenas lo vio cuando entró al lugar, y así tocar esos pequeños botones rosaditos que estaban ya duros por la excitacion del momento.

Suaves gemidos se emitían de los labios de SeokJin, el cual sentía las piernas débiles y temblando por tal golpe de lujuria y excitacion, como no derretirse frente a ese hombre de piel pálida y mirada felina que literalmente lo tocaba en puntos tan claves y puntos que lo hacían gemir cada vez más fuerte. No podía más, lo quería dentro de él, pero ya.

—Yoo-YoonGi —susurraba débil, por los besos y casi mordidas que le propina a él nombrado en su cuello —Entremos de una vez, no aquí a-afuera.

Con solo asentir YoonGi abrió la puerta y agarrando de los muslos a SeokJin lo llevó a su habitación, tirándolo en la cama para luego ver a ese hermoso hombre que con las mejillas sonrojada y los labios hinchados le daban ganas de deborarlo entero. Lentamente se quito su camisa y desabrochandose los pantalones se acercó a SeokJin repartiendo besos a su mandíbula y descendiendo de ella, suaves suspiros y súplicas se escuchaban de SeokJin, algo que lo excito más. Quitando al fin esa maldita camisa, para recordarse guardarla y tenerla como un trofeo, porque ese día haría a SeokJin suyo, vio esos botoncitos rosados y se digno a morder uno suavemente, ganando un grito agudo de Jin, lo lamio y siguió descendiendo hasta llegar a la apertura de esos malditos jeans aprietos que los destrozaria, claro que lo haría.

Vio esas piernas de color canela, tan bien torneadas y formadas, no pudo más y se puso a lamer esos muslos tan dulces, tan deliciosos, tan irresistibles.

—Eres solo mío SeokJin —repartió un beso en el interior de su muslo, haciendo que tiemble de placer —Todo de ti es mío, tus piernas —acarició y beso sus piernas lentamente —, tu abdomen, tu pecho, tu cara, tus labios, todo es mío —hasta ese punto ya tenía todo marcado con sus besos.

—¿Esta claro?

—S-si, ¡AH YOONGI! —Lo estaba marcando, claro que sí, en su abdomen, en su cuello, en sus muslos, en su cintura, en todo lado había un chupon que decía claramente.

Min

Yoon

Gi

Porque, ya ningún maldito tenía el derecho de siquiera ver el hermoso cuerpo de su SeokJin, solo el lo podía ver desnudo y totalmente aperlado. Solo él escucharía sus jadeos y gemidos que emitía con timidez.

Sin más puso dos de sus dedos en los labios pomposos de SeokJin para que esté los lubricara, y con mejillas rojas como las manzanas, estaba lamiendo lentamente esos dedos como si de una paleta tratará, excitando mucho más a YoonGi, quien de un gruñido retiro sus dedos y con uno presionó en esa pequeña y rosada entrada que tanto lo hacía delirar, ese entradita que succionaba mucho con solo un dedo, no evitó imaginarse como succcionaria esa entrada su pene que estaba a punto de estallar por ver a SeokJin así.

No pudo más, metió de golpe su otro dedo, recibiendo un chillido de dolor y placer, para prepararlo para lo que venía, dilatando esa entrada que ahora estaba más rojita, sacó su falo y lo masturbo para que el presemen sirva de lubricante y no lastimara tanto a su Jinnie.

—Respira hondo Jinnie —dijo alineando su falo y con la punta meterlo lentamente. SeokJin arqueo su espalda ante tal intromisión, era muy grande, grueso y venoso.

¿Algo tan grande entraría en él? Claro que si.

—Y-YoonGi, oh por dios —puso sus brazos alrededor de su cuello blanquecino —M-más YoonGi, más —susurró contra sus labios para besarlo.

Y así siguieron con embestidas provenientes de YoonGi, mientras acallaba los gemidos de Jin contra su boca y lo penetraba fuertemente. Ahora si era suyo totalmente, ahora le pertenecía y nadie lo cambiaría. Lo agarro de la cintura para empezar a embestir más rápido, el sonido de sus pieles chocando era simplemente celestial, junto con los angelicales gemidos de SeokJin y los malditos gruñidos de YoonGi era la sinfonía perfecta.

—Ji-Jinnie —dijo mordiendo su labio, y besando su mejilla mientras seguía embistiendo —Vo-voy a correrme.

—Adentro a-adentro por favor —suplicó viéndolo fijamente, con sus ojos brillantes por la lujuria.

Y así lo hizo, se corrió en lo más profundo de él, marcandolo tanto de adentro como de afuera, simplemente suyo. Con un chillido por correr se dentro de él, SeokJin sintió lo chorros de semen entrar por todo ese túnel de seda que envolvía el falo de YoonGi, tan caliente, tan espeso, tan delicioso.

Minutos pasaban mientras YoonGi seguía dentro de SeokJin hasta que la última gota de semen quedara dentro de él.

—Ahora me perteneces —habló feliz, mientras lo abrazaba por la espalda y besaba su cuello.

—YoonGi —alegó feliz mirándolo por su costado —Te amo desde que te conocí, pero pensé que yo no te interesaba.

—Eso no es cierto, desde que te vi supe que serias mio, pero el idiota de HoSeok se metía y estaba a nada de partirle la cara —lo abrazo más fuerte para así estar más cómodo —Pero ahora que se que yo también te gustó, puedo estar tranquilo.

—Jajaja, ahora tu también me perteneces Min —se dio la vuelta para tenerlo cara a cara —Y eres So. Lo. Mío.

———

Las semanas pasaron y ahora TaeHyung y HoSeok sabían de la relación que, obviamente debía ser desde hace años, YoonGi y SeokJin por fin eran parejas, por fin se habían declarado su amor y ahora nada los separaría, porque esa simple fiesta les dio la oportunidad para estar juntos y esta vez para siempre.


𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭, 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 © ♕𝐘𝐎𝐎𝐍𝐉𝐈𝐍♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora