Capitulo 22 ~•~ Confiar en mi

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Un día después.

POV Christopher.

—Debes conectar con la naturaleza, sentirla, entenderla y amarla. —Indico la voz de Aria. —Somos más rápidos, fuertes y tenemos mejores sentidos que los humanos porque entendemos está conexión con la naturaleza. Siente el viento moviendo las hojas. Inhala el aire puro. Escucha el ruido que hace el agua al golpear y mantente firme sin olvidar en donde estas.

Dejé de escucharla y me concentre completamente en atender a mi al rededor.

Sentía con mis la dureza de la roca en la que me encontraba y también sentía el salpicar del agua contra está. Mis brazos extendidos y mis rodillas flexionadas.

—Escucha como las ninfas ríen a metros de aquí... Quiero que confíes en tus sentidos y hagas lo que yo te ordene.

Eso no me gustó pero recibí la orden.

—Baja de la roca. —No me sorprendió en lo absoluto el agua cubriendo mis pies pues ya sabía dónde estaba parado. —Ahora, quiero que des diez pasos en cualquier dirección.

¿Diez pasos?

Concentre mi mejor sentido hasta ahora, el tacto. Empecé a caminar con lentitud mientras tanteaba con mis pies lo que había adelante hasta completar diez pasos.

—Ahora quiero que busques flores. —Maldita sea Aria.

Hoy decidió que debo de familiarizarme con mi entorno y por eso me trajo a un riachuelo con rocas, árboles y flores en alguna dirección.

Tengo los ojos vendados así que no se realmente dónde me encuentro pero debe de haber otra forma de encontrar las flores y si no puedo verlas debo de poder olerlas o tocarlas.

Supongo que las flores no deben estar en el agua sino afuera de ella, y como tengo los pies en el arroyo se en que dirección va la corriente, por lo tanto me quedan dos direcciones, izquierda o derecha. Me concentre en el viento golpeando mi cara y en el sonido que hacían las hojas de los árboles al ser movidas bruscamente por este.

Muy bien, las flores necesitan sol, así que no deberían estar debajo de un árbol.

Izquierda será.

Con cuidado camine por el arrollo con las pequeñas piedras tallando mis pies y con mis manos revisando que no me diera un porrazo con nada.

Empecé a tocar hierba y despacio me agache para sentir si habían flores por ahí y efectivamente luego de algunos fallos las encontré.

Las toque con mis dedos y comprobé que eran flores, grandes según yo.

—Bien, ahora quiero que me digas cuál es la flor azul.

Esto no se puede, una cosa es reemplazar un sentido por otro, pero no puedo simplemente decir cuál es la flor azul sin verla. El color no se siente.

Maldita sean sus lecciones.

Muy bien. De cabezas y sin casco.

Me senté en la hierva y sin muchas ideas toque cada flor y le saque un pétalo en orden, luego me lo metí a la boca.

¡Que feo!

No dure mucho probando cada una y ¿Saben que? No tengo ni puta idea de a qué saben los colores y todas saben horribles.

Siguiente opción.

Intenté tocar los tallos de cada una y toda su confirmación y solo por eso logré descartar dos, una de ellas tiene espinas lo que supongo la hace una rosa y la otra tiene pelos largos así que podría ser un girasol. Muy bien, me quedan cuatro.

Protegerte (PTG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora