POV Christopher.
Una serie de golpes en el marco de la puerta me hicieron levantar del susto, abrí mis ojos para darme cuenta que estaba tirando en el piso, justo al lado de la cama. Los golpes se hicieron notar otra vez hasta que me levante y abrí la puerta.
—Christopher despierta chico —La voz de Sheir me hizo reaccionar por fin así que me apoye en la puerta y le di toda mi atención.
—Saldremos en una misión, la capitana ha dicho que te quedaras con Tamina mientras estamos fuera, ten esto —Sheir me ofreció ropa perfectamente doblada, la recibí y le agradecí antes de que dejara el lugar. una vez que me bañe y me coloque la ropa me di cuenta que aunque no era de mi talla me quedaba muy bien, una camiseta negra de mangas largas y un pantalón negro junto con unas botas de cuero eran lo que me hacia sentir cómodo. Luego de un rato salí del cuarto rumbo a la sala en busca de la pelirroja.
Pasando por los pasillos encontré una puerta de color plateada que me dio curiosidad, entre esperando que no hubiera nadie pero por el contrario encontré a Tamina sentada en un sillón negro con un libro de pasta gris en sus manos.
—Pensé que nunca encontrarías el camino —Lo dijo sin ni siquiera mirarme, al parecer su libro estaba mas entretenido.
—En realidad, iba a la sala y entre por accidente. —Me senté en frente de ella en un sillón, me puse a detallar la habitación, realmente era muy amplia, con cinco estanterías llenas de libros que según mis ojos, debían de tener muchos años.
—Yo soy la encargada de enseñarte historia y se que es lo mas aburrido pero es importante.
—¿A donde fueron los otros?
—El Concejo nos encomendó una misión ayer antes de que llegaras, Aria salio con todos a completarla y yo me ofrecí para cuidarte hoy. —Sus ojos ya no estaban cubiertos por las gafas de sol lo cual deja ver muy bien su color café claro. Así que si no hay nadie y únicamente esta ella, tengo una oportunidad de escapar.
—Entonces ¿Que haremos hoy? —Pregunte fingiendo curiosidad, tal vez si hago que confié en mi podre irme. Cerro el libro en sus manos y dirigió toda su atención a mi.
—Te voy a explicar lo básico primeramente, no quiero que cometas algún error solo por falta de información —Suspiro. —Ayer te dije que somos Sarunhays, somos la raza protectora del mundo antinatural, somos los guerreros en la antigua Roma.
Ahora si me da curiosidad.
—Hace cientos de años que nuestra raza existe, pero no llegamos a este mundo de forma natural, todo fue un proceso de selección. Los Ancianos escogieron los humanos mas fuertes mental y físicamente para volverlos guerreros, con la ayuda de las brujas de la época lograron lo que somos ahora, humanos super desarrollados. No somos mitad Lycanos, ni mitad vampiros, ni mitad hada, nada de eso.
—¿Lycanos? ¿Como que...?
—No me interrumpas, los Lycans o hombres lobo existen en este mundo antes que nosotros mismos al igual que los vampiros, aunque se dice que las hadas y ninfas fueron las primeras en pisar la tierra, otros dicen que fueron los dragones, igual, nadie lo sabe ni lo sabrá, una ninfa nunca te dirá cuantos años tiene o como fue creada y los dragones ya no existen como para ir a preguntárselo.
No logro imaginarme un mundo con dragones, siquiera con un hombre lobo, pero algo me dice que Tamina no miente.
—Como te decía, el propósito de nuestra creación fue proteger, proteger a aquellos que no podían hacerlo, los Lycans y Vampiros siempre han estado en disputas, siempre amenazando la paz que necesitamos para evolucionar. Nosotros no iniciamos las guerras, las terminamos, hace siglos la última guerra se gano gracias al apoyo de los Sarunhays y desde ahí brindamos ayuda a quien lo necesita, por ello los Ancianos envían solicitudes a los clanes y estos realizan las misiones. No podemos trabajar como los humanos así que por cada misión que realice un clan se obtienen recompensas, así conseguimos vivir.
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Protegerte (PTG)
AcciónLa oscuridad nunca fue un hogar, más yo pasé gran parte de mi vida allí. Mi misión siempre fue la misma, simplemente era El. ~•••~ Mi vida no era perfecta, más sin embargo, no era real y mucho menos era un caos. ¿Lo curioso? Todo empezó la noche que...