La oscuridad nunca fue un hogar, más yo pasé gran parte de mi vida allí. Mi misión siempre fue la misma, simplemente era El.
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Mi vida no era perfecta, más sin embargo, no era real y mucho menos era un caos. ¿Lo curioso? Todo empezó la noche que...
Ya paso una semana desde que volvimos de Transilvania y al parecer mi comportamiento no fue el mejor pues los miembros literalmente me han dado duro y por el culo. Todas las mañanas de madrugada veo a Lion y entrenamos armas, luego veo a Sheir y olemos mierdas florales que marean, Zander viene en la tarde y me patea el culo unas cinco veces cada media hora y luego esta Tamina que llega a hablarme de historia. Definitivamente lo mejor del día es cuando me quedo con Kenan, el es un tipo amable y de buen carácter y sentido del humor.
Últimamente me ha enseñado como sobrevivir, hacer fogatas, soportar temperaturas altas y bajas, cazar animales, trepar arboles, conseguir agua, todas esas cosas que siento que realmente sirven en la vida y es mucho menos agotador cosa que agradezco mucho. Kenan me mostró su tatuaje y a diferencia del resto el suyo no es precisamente una mándala, sino que parece mas una flor y solamente tiene un circulo, si cada circulo es un problema entonces significa que el solo sufrió uno.
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Ahora estábamos en la cocina preparando la cena y debo decir que Kenan realmente es un buen cocinero, no me extraña que sea el encargado de alimentar a todos.
—Deberías ir por Aria, van dos días sin venir a comer. Búscala en la iglesia y dile que yo la obligo a venir. —Me pidió Kenan mientras terminaba de cortar los tomates.
En una oración encontré tres cosas interesantes. Uno: Aria no come hace dos días. Dos: Aria va a la iglesia. Tres: No seré capaz de decirle que Kenan "le ordena" venir.
Sin mas salí del castillo solamente con el pasamontañas y camine hasta el pueblo en busca de la dichosa iglesia y cuando la encontré realmente visualmente me extraño, la iglesia era pequeña y sencilla en comparación con todo en este maldito pueblo que tiende a ser extravagante. Cuando entre comprendí porque era pequeña, aquí no había nadie. Ni siquiera el padre estaba allí.
Recorrí el lugar, unos cuantos cuadros en las pequeñas paredes de color crema, conté seis bandas de color café donde podrían caber cinco personas máximo y por último un altar y a pesar de su apariencia exterior vieja, por dentro el lugar era muy limpio y todas las velas parecían nuevas.
Escuche un golpe seco a mi espalda y me gire en posición de ataque como me enseño Zander pero me relaje cuando encontré a mi objetivo. Aria realmente tiene un problema con eso de caer de lugares altos. Ella solo se me quedo mirando con sus gafas sin decirme nada.
—Kenan dice que... deberías ir a comer con nosotros. —Fruncí los labios por la mentira. Ella asintió. —No pensé que vinieras a la iglesia... Este lugar es muy solitario.
—No es común que un Sarunhay entre a las iglesias, especialmente porque no creen en nada pero para mi es una costumbre —Respondió ella caminando directamente al altar, pasándolo de lado.