Protegerte (PTG)

Capitulo 25 ~•~ La verdad.

POV Christopher. 

Llego a casa ya de noche y cierro la puerta principal a mis espaldas. Camino hasta las escaleras cuando oigo un ruido en la cocina, bajo sin hacer ruido y con las luces aun apagadas llego hasta la misma. Gracias al entrenamiento de Aria mi visión nocturna es mucho mejor, pero no puedo ver que fue lo que ocasiono ese ruido. Con mi mano toco el encendedor de luz y prendo la misma. 

—¡AAAAAAAH!

—¡AAAAAH! ¡IMBÉCIL! ¡TOCA ANTES DE ENTRAR! —Me grita Lion después de dejar caer un tarro de mermelada por el susto.

—¿Como que toque antes? ¡Esta es mi casa! ¿Que mierda haces aquí Lion? —Pregunto ya caminando hasta el tarro en el piso y pasándoselo. El lo coloca encima de las galletas de sal y toma un cuchillo para empezar a colocar la mermelada. 

—Ah veras, es que...

Me giro asustado cuando un golpe seco se escucha en el patio trasero, corro allá dejando a Lion en la cocina. 

—Ayayayayay —Veo como Kenan se levanta tocando su espalda y gruñendo. —¿Quien pondría una lechuza de mentiras en el techo? 

—Kenan por el amor de Dios. —Le ayudo a limpiarse y me sonríe.

—¡¿Que tal?! —Pregunta golpeando mi brazo. 

—Tu si vives con clase, no lo niego. —Me giro viendo a Tamina aparecer a mi lado. Le sonrió y le doy un abrazo que ella me corresponde. 

—¡También tiene un jardín hermoso! —Sheir aparece con algunas orquídeas en sus manos y se tira a abrazarme y besar mi rostro. 

—¡Aléjate de ese mugroso! —Lion aparece con las galletas en sus manos mirando feo a Sheir.

—¿Te caíste del techo? ¿Enserio terminaste el entrenamiento? —Cuestiona Zander a Kenan mientras aparece desde mi garaje y deja un golpe seco en mi espalda. 

—Habia una puta lechuza de mentiras allí arriba, no puedes culparme. 

—Chicos —Reí. —¿Que hacen aquí? ¿Todo bien? —Verlos de alguna manera, me hace sentir bien, supongo que me acostumbre tanto a ir de arriba a abajo con ellos que ya los extrañaba. 

—Todo bien, solo tenemos un asunto pendiente aquí. —Responde Tamina.

Después de verlos bien a todos me doy cuenta de que algo falta, o mejor dicho, alguien. Retrocedo unos pasos y subo completamente mi vista hasta el techo, donde veo su figura en la cima de la chimenea. 

—Aria. —Sonrió, ella ya me estaba mirando así que no la sorprendo para nada, se levanta y camina sobre el techo hasta llegar a mi. 

—Black. 

—Tenemos que hablar de algo importante contigo, ¿Nos invitas al café? —Pregunta Tamina. 

Todos estamos sentados en los sillones mientras Tamina nos reparte café a cada uno. Aria es la única que aun no se sienta, solo se quito su capa y desde que entramos sus ojos no abandonan ninguno de mis movimientos. 

—Bien, ¿Por donde empezar? —Cuestiono Sheir.

—Lo mas fácil. —Tami se sentó junto a Zander y me miro. —No te explique todo sobre los Ancianos porque esta prohibido hacerlo pero ya no. Cuando los Sarunhays empezaron a formarse como raza única se decidió que deberían ser muchos, los suficientes como para formar un ejercito, los primeros Ancianos recorrían el mundo y reclutaban jóvenes que tuvieran las características básicas, les ofrecían el poder de nuestra raza y los entrenaban así como lo hicimos contigo. La primer generación de aquellos jóvenes fue excelente, pero con el tiempo los Ancianos se dieron cuenta de una única debilidad general. Todos ellos tenían familia y preferían dar la vida por ellos que por sus objetivos.