Capitulo 32 ~•~ Anhelo.

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POV Christopher.

Me levanto de golpe con la respiración acelerada, sudando y con el dolor que hace días se volvió normal.

Gruño mientras camino hasta el baño y una vez adentro abro la llave para que el agua fría me baje la calentura. Observo mi miembro en su máximo esplendor sin ninguna maldita intención de irse.

Tal y como Blanca lo había mencionado, el calor de apareamiento me golpeó por primera vez y no es algo muy bueno que digamos, de hecho, es una tortura.

A pesar de la fría temperatura mi cuerpo sigue caliente y con la misma erección, maldigo y la tomo en mi mano, me apoyo contra la pared y frotó mi miembro.

Aria aparece en mi cabeza al tiempo que mis embestidas imaginarias aumentan.

Necesito estar con ella, necesito entrar en ella. Anhelo unirme a ella.

Mi respiración se vuelve inestable al tiempo que siento el orgasmo en su máximo punto y aceleró más los movimientos de mi mano logrando por fin la tan esperada corrida.

Salgo del baño y sin secarme ni vestirme me tiró en la cama, ponerme ropa puede llevar a ser doloroso y se que en menos de una hora tendré otra erección.

Estoy por cumplir una semana en calor, justo después de que Aria se fuera, Tamina dijo que es completamente normal. Que soy un dragón con su primera pubertad y por lo tanto la más complicada, es la forma en la que nuestra naturaleza se asegura de la duración de la especie.

Pero es un maldito grano en el culo cuando tengo que estar masturbándome al menos seis veces al día.

Mi mente últimamente ha estado más inestable de lo normal, no paro de imaginar a Aria con Zeth, en las mismas condiciones mías, calientes y cogiendo como conejos. Esos pensamientos simplemente me hacen enojar, ella no debe estar con ese imbécil.

Ella tiene que estar conmigo, siendo montada por mi.

El sonido de la puerta me saca las ideas de la cabeza. -¿Puedo entrar? -La voz débil de Sheir me alarma.

Tomo una manta y la coloco únicamente en mi miembro, luego le digo que entre. Sheir cierra la puerta detrás de ella y se sienta al borde de mi cama, tiene solo un top negro y unos pantalones de cuero.

Me tapo los ojos para evitar la tentación, cualquier cosa femenina me agita la sangre y Sheir no es una opción.

-Te traje el brebaje. -Oigo como lo coloca en la mesita de noche y vuelve a su puesto. -¿Cómo vas?

-No se que deba responder realmente, pero sobreviviré, gracias por el brebaje Sheir.

No la veo, pero se que asintió.

-Lamento no poder hacer nada más por ti Chris... -Escucho los sollozos y solo por eso destapó mis ojos, su cabello rubio cubre el perfil de su rostro para que yo no vea cómo llora.

-Ey, nada de esto es tu culpa, haces lo único posible que es el brebaje y te agradezco mucho eso. -Estando sentado tocó su hombro dándole confort.

-Deberías ir a un burdel, a las mujeres les agradarías, no tienes que pasar por esto solo.

Entiendo su preocupación. Cuando mi calor empezó Zander me aconsejo ir a un burdel para saciar la necesidad pero me negué, no quiero estar con nadie, luego Tamina me dijo que en algunos casos los dragones machos pierden la cabeza por el calor y cometen varios errores, como violar mujeres o incluso matarlas.

Eso es lo que Sheir teme, que pierda mi conciencia.

-Estoy bien, tranquila.

Siento la sangre acumularse en mi zona baja y gruño, parece una maldita tienda de acampar.

Protegerte (PTG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora