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La cabeza me duele como el mismo infierno, la luz me molesta y me siento incomoda.
- Al fin te levantas dormilona – exclamó Sebastian mientras acariciaba mi mejilla
- N-no me puedo mover y me duele la cabeza ¿qué paso?
- Tuviste un accidente y quedaste invalida
- ¡no puede ser! ¿Quién me va atender? ¿Quién mierdas me va a ayudar? ¡mi vida se arruinó! Hubiese sido mejor que muriese en el accidente
- Cálmate, no pasó nada…solo fue una broma-¿Qué?-en realidad estas enrollada en las sabanas
- ¡¿Por qué?! – maldito Sebastian me las va a pagar.
- Porque, querida ______ estabas ebria y empezaste a hacer cosas muy extrañas y ni qué decir de las cosas que decías.
- ¿q-q-que d-d-d-dije?
- Querías que te hiciese mía - ¡oh Dios mío! M-m-me acosté con Sebastian- pero no sucedió nada, no me iba a aprovechar de esa manera de una chica que realmente me importa; además la gracia es que los dos participemos del acto, ¿no crees hermosa?
- ¡c-cállate y sácame de aquí!
Sebastian deshizo el nudo que había hecho y me dejó en libertad.
Nos miramos fijamente durante 10 segundos y Sebastian me jaló hacia su cuerpo.
- ¿q-q-que sucede idiota?
- Solo quería abrazarte
- Eres demasiado raro lo sabes
- En el mejor de los casos- sonrió y se puso de pie- ¿vamos a desayunar cielo?
- ¿preparaste desayuno?
- Para la mujer que me tiene en espera, claro que si
- Cállate – sonreí y entrelacé nuestras manos y lo arrastré a la cocina.
Sebastian
El simple hecho de entrelazar nuestras manos, me hacía ver las estrellas.
_______ es una chica diferente, no le importa lo que digan las personas de ella o lo que piensen, simplemente lo hace y listo. Y ni qué decir de su belleza natural, la forma de su rostro y sus labios, pero sus ojos son una fortaleza impenetrable.
Llegamos al comedor y _____ se sentó como una niña pequeña.
- Sorpréndeme cariño – llevé el plato a la mesa y enseguida se metió un trozo de pan cake a la boca -¡Dios! Esto sabe condenadamente bien. La chica que se case contigo va ser muy afortunada.
- ¿casarme? No me gusta pensar en eso, es decir, no va con mi personalidad
- No deberías decir eso, cuando conozcas a la chica idónea, querrás casarte con ella y pasar toda tu vida a su lado, serán felices y tú le cocinaras los domingos…
- Y tendremos un gato – exclamamos al unisón. Simplemente las palabras salieron de mis labios al igual que las de ella. Nos sonreímos y llevamos los platos a la lava vajillas.
Nos sentamos en el sofá y pasé mi mano alrededor de sus hombros.
- ¿recuerdas algo de lo que sucedió ayer?
- Tengo un recuerdo muy borroso, solo sé que Anne y yo estábamos cantando una canción de las spicce girls y a ella se le olvido la letra y yo me tiré a reír y…
- No, a lo que yo me refiero es que hiciste después de que me fuese
- Oh, me acerque a la barra y pedí una bebida, creo que pedí un mojito o algo por el estilo, entonces se me acercó un estudiante y detrás de él, el señor Brown. Hablamos durante un rato sobre la materia y el señor Brown me pasó mi vaso y yo bebí y solo recuerdo lo que te conté hace rato, lo del karaoke con Anne.
- Debes tener más cuidado
- ¿crees que me drogaron?
- Cabe la posibilidad – sabia quien lo había hecho
- ¿crees que fue Brown?
- Si, debes tener más cuidado, no quiero que ese bastardo te toque – mi mandíbula estaba apretada y ¡cómo no! El maldito iba a aprovecharse de ______.no tengo ni la menor idea de porque me interesa su bienestar, pero estoy seguro que si yo estoy a su lado, ese maldito no la va ni a tocar.
______ se recostó en mi hombro y soltó una pequeña risita.
- Gracias Sebastian – sentí una punzada de alegría expandirse por mi pecho
- ¿Por qué? – sus mejillas estaba levemente ruborizadas y tenía una sonrisa cautivadora en su rostro
- por salvarme, eres una buena persona Michaelis
- supongo – sonreí y le di un suave beso en la frente.
Nos quedamos en silencio, cuando ________ se levantó de golpe.
- ¡qué maldito calor hace aquí! Me voy a morir
- Yo sé que soy ardiente, pero no te pases. Te imaginas todo el calor que te puedo hacer sentir en una noche fría, en nuestra cama…
- ¡c-c-c-cállate! No seas tan vulgar.
- Bueno, entonces tengo un mejor antídoto para el calor.
Me levanté y la cargué, me la lleve al patio donde había una pequeña piscina.
- No, no lo hagas, t-tengo ropa puesta
- ¿y?
- Como que ¿y?
- De todas maneras no pienso aceptar un no por respuesta
- ¡¿Qué?!
Salté a la piscina cargando a la mujer más hermosa que había conocido en toda mi vida.