Capitulo 15

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______

La cabeza me duele como el mismo infierno, la luz me molesta y me siento incomoda.

-          Al fin te levantas dormilona – exclamó Sebastian  mientras acariciaba mi mejilla

-          N-no me puedo mover y me duele la cabeza ¿qué paso?

-          Tuviste un accidente y quedaste invalida

-          ¡no puede ser! ¿Quién me va  atender? ¿Quién mierdas me va a ayudar? ¡mi vida se arruinó! Hubiese sido mejor que muriese en el accidente

-          Cálmate, no pasó nada…solo fue una broma-¿Qué?-en realidad estas enrollada en las sabanas

-          ¡¿Por qué?! – maldito Sebastian me las va a pagar.

-          Porque, querida ______ estabas ebria y empezaste a hacer cosas muy extrañas y ni qué decir de las cosas que decías.

-          ¿q-q-que d-d-d-dije?

-          Querías que te hiciese mía - ¡oh Dios mío! M-m-me acosté con Sebastian- pero no sucedió nada, no me iba a aprovechar de esa manera de una chica que realmente me importa; además la gracia es que los dos participemos del acto, ¿no crees hermosa?

-          ¡c-cállate y sácame de aquí!

Sebastian deshizo el nudo que había hecho y me dejó en libertad.

Nos miramos fijamente durante 10 segundos y Sebastian me jaló hacia su cuerpo.

-          ¿q-q-que sucede idiota?

-          Solo quería abrazarte

-          Eres demasiado raro lo sabes

-          En el mejor de los casos- sonrió y se puso de pie- ¿vamos a desayunar cielo?

-          ¿preparaste desayuno?

-          Para la mujer que me tiene en espera, claro que si

-          Cállate – sonreí y entrelacé nuestras manos y lo arrastré a la cocina.

Sebastian

El simple hecho de entrelazar nuestras manos, me hacía ver las estrellas.

_______ es una chica diferente, no le importa lo que digan las personas de ella o lo que piensen, simplemente lo hace y listo. Y ni qué decir de su belleza natural, la forma de su rostro y sus labios, pero sus ojos son una fortaleza impenetrable.

Llegamos al comedor y _____ se sentó como una niña pequeña.

-          Sorpréndeme cariño – llevé el plato a la mesa y enseguida se metió un trozo de pan cake a la boca -¡Dios! Esto sabe condenadamente bien. La chica que se case contigo va ser muy afortunada.

-          ¿casarme? No me gusta pensar en eso, es decir, no va con mi personalidad

-          No deberías decir eso, cuando conozcas a la chica idónea, querrás casarte con ella y pasar toda tu vida a su lado, serán felices y tú le cocinaras los domingos…

-          Y tendremos un gato – exclamamos al unisón. Simplemente las palabras salieron de mis labios al igual que las de ella. Nos sonreímos y llevamos los platos a la lava vajillas.

Nos sentamos en el sofá y pasé mi mano alrededor de sus hombros.

-          ¿recuerdas algo de lo que sucedió ayer?

-          Tengo un recuerdo muy borroso, solo sé que Anne y yo estábamos cantando una canción de las spicce girls y a ella se le olvido la letra y yo me tiré a reír y…

-          No, a lo que yo me refiero es que hiciste después de que me fuese

-          Oh, me acerque a la barra y pedí una bebida, creo que pedí un mojito o algo por el estilo, entonces se me acercó un estudiante y detrás de él, el señor Brown. Hablamos durante un rato sobre la materia y el señor Brown me pasó mi vaso y yo bebí y solo recuerdo lo que te conté hace rato, lo del karaoke con Anne.

-          Debes tener más cuidado

-          ¿crees que me drogaron?

-          Cabe la posibilidad – sabia quien lo había hecho

-          ¿crees que fue Brown?

-          Si, debes tener más cuidado, no quiero que ese bastardo te toque – mi mandíbula estaba apretada y ¡cómo no! El maldito iba a aprovecharse de ______.no tengo ni la menor idea de porque me interesa su bienestar, pero estoy seguro que si yo estoy a su lado, ese maldito no la va ni a tocar.

______ se recostó en mi hombro y soltó una pequeña risita.

-          Gracias Sebastian – sentí una punzada de alegría expandirse por mi pecho

-          ¿Por qué? – sus mejillas estaba levemente ruborizadas y tenía una sonrisa cautivadora en su rostro

-          por salvarme, eres una buena persona Michaelis

-          supongo – sonreí y le di un suave beso en la frente.

Nos quedamos en silencio, cuando ________ se levantó de golpe.

-          ¡qué maldito calor hace aquí! Me voy a morir

-          Yo sé que soy ardiente, pero no te pases. Te imaginas todo el calor que te puedo hacer sentir en una noche fría, en nuestra cama…

-          ¡c-c-c-cállate! No seas tan vulgar.

-          Bueno, entonces tengo un mejor antídoto para el calor.

Me levanté y la cargué, me la lleve al patio donde había una pequeña piscina.

-          No, no lo hagas, t-tengo ropa puesta

-          ¿y?

-          Como que ¿y?

-          De todas maneras no pienso aceptar un no por respuesta

-          ¡¿Qué?!

Salté a la piscina cargando a la mujer más hermosa que había conocido en toda mi vida.

¡Te voy a conquistar! (Sebastian Michaelis y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora