Sebastian
Me separé lentamente de _______ y agarré su rostro entre mis manos.
-te voy a conquistar –un sonrisa burlona se extendió en su rostro y luego bajó su vista.
-deberíamos revisar la carta – su voz era dulce y pausada, yo solo podía deleitarme con el sonido de su voz.
-si –sonreí y me levanté de la silla.
Agarré la mano de ______ y nos sentamos en el sofá.
Agarré la nota del señor Brown y comencé a leer.
-“¡felicidades! Han tenido ustedes un bebé. Esperamos que disfruten su paternidad, ahora es cuando comienza la prueba. Pero antes, todas las parejas serán invitadas a un baile, en el cual serán llevados por la pareja que fue a cenar la noche anterior. –hice una breve pausa y vi a ______ igual de sorprendida que yo, el hecho de que alguien tocara MI ______ me ponía los nervios de punta- luego de ese baile tomarán su responsabilidad como padres. Deberán ir vestidos elegantemente. Esperamos que disfruten esta velada tanto como nosotros”
Volví mi mirada hacia ______ y ella solo tenía su mirada puesta en la carta.
-ridículo – bufó ______ frunciendo el ceño.
Me levanté del sofá y me paré frente a ______.
-no vamos a ir – exclamé con frialdad.
-debemos ir
-dirás que estas enferma y que no puedes asistir
-es una nota para la materia y no pienso perder la materia solo por no ir a un estúpido baile
-¡al diablo con la materia! – estaba claramente enojado, no quería asistir al baile y ver como otro le ponía las manos encima a MI ______.
-te vas calmando Sebastian, además ¿Qué mierdas te preocupa? ¿Por qué te preocupas?
¿Por qué me preocupo por ella? No lo sé. No logro comprender el porqué.
-tienes razón, no debería preocuparme por ti
________
Mi corazón se estrujaba al escuchar las palabras frías de Sebastian.
-no somos nada, ¿Por qué deberías importarme? – su mirada solo reflejaba frialdad. – no creo que me gustes, en realidad solo creo que eres un gran entretenimiento.
-cállate, no quiero oírte más, ¡eres un maldito idiota de mierda Sebastian! – subí hasta mi habitación, dejando a Sebastian con sus estúpidas palabras en la boca.
Me dolía el pecho. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Creerle que quizás si le gustaba, creer que quizás él podía sentir algo por mí. Respiré profundamente y fui a lavarme la cara.
Entré al baño y los recuerdos de aquel sueño me golpearon una bofetada mental.
El dolor se hacía aún más fuerte en mi pecho. Pero no voy a permitir que un imbécil me haga llorar.
En la noche 7:30 pm
Eran las 7:30 pm ya era hora de que Andrew viniese por mí.
Traía puesto un vestido largo color azul oscuro con un escote en forma de corazón junto a unos tacones no muy altos de color negro. Agarré mi cabello en una trenza de medio lado, partí mi flequillo a la mitad y lo organicé para ambos lados.
Me puse un collar de plata y unos aretes a juego.
Bajé las escaleras y pude ver a Sebastian, Andrew y Anne en la sala.
Jojojojo, haré un pequeño maratón.
Así que paciencia.