4

40K 3.5K 345
                                    

Tracy:

¿Qué puedo hacer cuando no le agrado a mi jefe?

Tratar de agradarle…

Ignorarlo.

Debería hacer lo segundo.

Rafael, Julio, Jerson, incluso Hugo quien me entrevisto.

Debería sentirme bien porque hice un grupo de amigos y a quienes les agrado.

¿Por qué me importa tanto lo que piense Dominic Crowell de mí?

Si le agrado o no, qué más da, no a todos nos pueden agradar todo el mundo.

Aun así, me frustra.

No soy una mala persona.

“Eres una mujer…”

Imposible.

Sería muy estúpido que sea eso.

Tomo un respiro, dejo de pensar en ellos y sigo con mi trabajo, he traído algunas carpetas a casa para avanzar por las noches, ahora que por órdenes de mí mismo jefe, debo cuidar mi salud antes de los compromisos con mi trabajo.

¿Ahora ven porque no entiendo a este hombre?



¿Ahora ven porque no entiendo a este hombre?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




—El señor Crowell quiere verte. —Me indica Hugo ese dia por la mañana al cruzármelo.

Sorprendida, digo. —¿A mi?

—Si, a ti.

Él se marcha y Rafael se me acerca.
—¿Ahora qué hiciste?

Aprieto los labios y me vuelvo hacia él. —¿Aun estoy a tiempo de huir?

—Señorita Roth.

Mi espalda se endereza, aparto la mirada de Rafael y sigo la voz hasta dar exactamente con él.

Dominic Crowell tiene la cejas juntas con fastidio y me esta hacienda una señal para ir hacia él.

—No me haga esperar, señorita Roth.

Mierda..

Él se da la vuelta e ingresa a su oficina, me vuelvo hacia Rafael al sentir su mano en mi hombro.

—Buena suerte, Tracy. La necesitaras. —Con eso último se ríe y yo aparto su mano de mi hombro.

Tomo un respiro y me dirijo a esa puerta.






¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.








—¿Cómo dijo, señor Crowell?

Mantiene su expresión seria. —Te pregunte porque decidiste llevarte las carpetas de trabajo a casa.

—Para avanzar.

Toma un respiro. —Nadie se lleva nada de las oficinas sin mi autorización.

—Lo lamento, pero de no haberlo hecho no hubiera avanzado, además.. usted no se encontraba.

—Eso no me interesa, soy el jefe aquí. —Me recuerda. —Ninguna decisión se toma a la ligera y pasa sobre mi sin mi permiso.

Su actitud es diferente a otras veces, realmente le ha enojado esto.

—Lo lamento, señor Crowell.

—Que no vuelva a pasar o te despediré de inmediato.

Aprieto los labios.

—Ahora retírate.

Me quedo callada.

—Señorita Roth.

—Parece que busca cualquier motivo para echarme, señor Crowell.

Dicho y hecho me arrepiento, Dominic Crowell sube la mirada a mi rostro con fastidio.

—Lamento si mis métodos al tratar a mis trabajadores no es de su agrado. —Me indica. —De todas maneras si no se encuentra a gusto con mi trato, la puerta está abierta.

—Exactamente por eso hablo, intenta echarme.

—Si continúa colmando mi paciencia lo haré.

¿Qué le sucede a este hombre?

Yo solo digo lo que siento.

—Señor Crowell, solo intento. —Me detengo. —Me gustaría que me tratara como a los demás, pero usted me trata diferente a mis compañeros.

—¿Cómo tratarte igual?. —Me pregunta y su voz baja. —No puedo hacer eso.

Alzo las cejas, se levanta de su silla y se dirige a la puerta. —Ahora sí me disculpa y esta todo aclara..

—Señor Crow…

Sostengo su brazo y la reacción que obtengo no es la que esperaba, apenas lo tocó, el me aparta de un empujón.

Mis ojos se abren, el lleva su mano sobre el lugar donde lo toque, lo que hace me causa un conflicto, Dominic Crowell prácticamente se limpia de mi tacto.

¿Ha ese punto  le desagradó?

—Retirese . —Dice sin mirarme.

No lo hago y no porque no quiero, porque de serlo así este seria el último lugar en el que quisiera estar.

Si no me muevo es porque los pies no me responden.

—¡Retírate de una maldita vez de mi oficina, Tracy!

Su grito es tan fuerte que logra hacerme temblar, causa algo en mi y en mi persona débil, hasta el lo nota que ahora a bajado su tono.

—Sal de mi oficina, no lo repetiré de nuevo.

Y lo hago, sigo esa orden no por el, sino por mi y  me voy de esa oficina lo más rápido que puedo.



Deseos LetalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora