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Dominic:

Pesadillas es lo que obtuve esa noche, no dormí exactamente como lo esperaba y desperté en medio de la madrugada con el cuerpo lleno de sudor.

Y definitivamente, no logre conciliar el sueño.

—Dominic, necesito que me firmes esto.—Hugo cruza el arco de la puerta abierta e ingresa a mi oficina, sube la mirada.—Es el cargo de la contaduría de este mes.

Sostengo los papeles que lleva en la mano, cojo la pluma y leo el título, le doy una revisada rápida y me aseguro que todo esté en orden antes de dárselo ya firmado.

Hugo sostiene el papel en sus manos.—¿Estas bien?

Aprieto los ojos.—Estoy bien, solo..—Niego con la cabeza.—No he dormido bien anoche.

—¿Ha causa de qué?

Nombre y apellido: Tracy Roth...

—¡Buenos días!

Levanto la mirada y toda mi concentración va hacia las ventanas de mi oficina abierta, una señorita Roth corre directamente hacia su oficina.

Hugo suspira siguiendo mi mirada.—Es la segunda vez tarde esta semana.. ¿Quieres que hable con ella?

Niego y me desajusto la corbata.—Le he pedido que me entregue todo el balance para este mismo sábado. Entiendo el porque está llegando tarde.

A pesar de que le dije que la salud es lo primordial.

¿Qué hay en la cabeza de esa mujer?

—Dejémosle por esta semana, ya si la siguiente sigue llegando tarde, tendrás que hablar con ella.

—¿La siguiente?.—Sonríe Hugo.

—¿Qué sucede?

—Ya das por hecho que se quedara.

Trago saliva.

—Y es difícil viniendo de ti, es una mujer...

—No tiene que ver con que sea una mujer.—Respondo de inmediato.—No menosprecio el trabajo de nadie, sea mujer o hombre, creo por completo que ambos sexos son capaces para llevar a la sima una empresa como esta.

Hugo sonríe.—Y aun así... Eres todo un dictador.

—¿Eso te parece que soy?

—¿Una semana, Dominic?.—Hugo niega con la cabeza y chasquea los dientes.—Eso es muy excesivo.

—Dije que creo en sus capacidades sin importar el sexo ¿No?

—Entonces tienes fe en ella.

Sonrio.—¿Por qué sigues aquí?

Suelta una carcajada.

—Y por cierto, estoy controlando a los buitres alrededor de ella.—Dice esta vez.

¿Buitres?

—El tener la primera mujer laborando aquí ha alborotado las pollas de todos los hombres en este piso.

Alzo las cejas.

Hugo vuelve a sonreír.—¿Y cómo no?¿La has visto?

Esa pregunta es..

Claro que la he visto.

—Es muy guapa.

No sé porque ese comentario viniendo de él me enfada, la señorita Roth es guapa, no lo voy a negar.

—Creo que ella lo sabe, pero se hace la tonta.

Si lo de antes me enfadaba, esto mucho más.

Suspiro controlando mi reacción y me recuesto sobre el respaldar de la silla.—De ser tonta no estaría ocupando una silla en una de estas oficinas.

Deseos LetalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora