Tracy Roth es una estudiante destacada que termino ganando un pasaje de trabajo directo a Enterprises Crowell, una empresa en la que se destaca por solo tener trabajadores hombres.
¿Por qué?
Digamos que es una orden rígida y dictada por el magnate...
—¿Tienes novio?.—Mamá lanza la pregunta, cuando solo le dije que tenía una salida importante y que por eso debía colgar.
¿Ese es un motivo para tener novio?
Aunque si lo tengo
Trago saliva.—Mamá, tengo que colgar.
—Señorita, no me ha respondido la pregunta.
—Errg!.—Hago un ruido con mis dientes.—Creo que hay interferencia, debo dejarte.
—¡Tracy Roth!
Ya he colgado.
Suelto un suspiro y me alarma cuando veo mi teléfono suena, observo el nombre y me siento aliviada al ver que se trata de Dominic.
"¿Esta lista para nuestra cita, señorita Roth"
Con una sonrisa le escribo una respuesta.
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—Mi madre está preguntando cuando será la próxima vez que vayas de visita.
Sonrio al escucharlo.—Eso quiere decir que le caí bien.
Dominic se detiene, justo cuando vamos a ingresar al restaurante.
—Lamento si te parece que vamos muy rápido.—Se disculpa conmigo. Se encuentra algo nervioso.
Lo observo confundida.
—Quizás debamos bajarle el ritmo si es lo que deseas.
¿Bajar el ritmo?
—Jamás he salido con una mujer.—Me confiesa, aunque era algo obvio después de contarme lo que sucede con el.—No sé si estoy haciendo las cosas exactamente bien... Si deseas ir lento.
—Vamos bien.—Le aseguro, me observa con una expresión sorprendida, yo sonrio.—No me importa ir rápido.
—Tracy...
—Me gusta que vayamos como estamos y que me pidieras ser tu novia.—Confieso.—Estoy bien si vamos así de rápido.
—¿Incluso si en otras cosas no puedo ir rápido?
Siento un nudo en la garganta y asiento con una sonrisa débil.
—Incluso en otras cosas.—Le aseguro.—Habrá tiempo de sobra, tenemos todo el tiempo del mundo ¿No?
Él sonríe.—Así es.
—Puedo esperar.—Pronuncio .—En esas cosas.
El sexo.
—No voy a presionarte.—Lo apunto con mi dedo.—Así que no te presiones tu ¿De acuerdo?
—De acuerdo, mi hermosa novia.
Mi corazón salta.
Yo le sonrio y ambos entramos al restaurante.
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¿Estoy nerviosa? Si, lo estoy.
Mi mano no deja de apenas rozar la de Dominic mientras caminamos a mi casa, sin embargo no me atrevo a dar el paso y él no me ha dado un indicio de que pueda hacerlo.
Y llegamos.
Me detengo y él me sonríe despacio, su mirada baja a mi mano y mi corazón se acelera cuando va acercando la suya a la mía.
—Dominic...
—Déjame intentarlo.—Me detiene.—¿Es lo que deseas no?
El corazón se me acelera y me sonrojo, me mira de frente y aprieta los ojos cuando sus dedos me rozan, pero lo hace.
Dominic me toma la mano.
Sorprendida lo observo y él pone toda su atención en mí, intenta sonreír y aunque al principio no lo logra, ahora lo está haciendo.
Lentamente una sonrisa cruza mis labios.
—¿Estas bien?.—Pregunto preocupada.
—Lo estoy...es algo incómodo al principio.—Confiesa y a su vez da un apretón.
Trago saliva.—¿Crees que pueda entrelazar nuestros dedos?
—Tracy...
—Si no, no hay problema.—Le confieso.
El mira otra vez nuestras manos juntas y asiente con la cabeza.
—Hazlo.
Sonrio despacio y entrelazo nuestros dedos muy despacio, puedo sentir como se tensa y como sus dedos se separan como si quisiera protegerse, pero él no me suelta, aun cuando su pulso se incrementa.
—Estoy... bien.
No se oye muy bien.
—Dominic.
Hace un gran esfuerzo y ahora el aprieta ese agarre inocente, lo observo muy sorprendida.
—Te dije que estoy bien, Tracy.
El corazón se me acelera, me conmueve ese gesto y lo que lo hace más duradero es exactamente el, porque no me suelta.
Y tal vez ese es el problema.
Porque di por hecho que ya podía intentar algo más, no de inmediato, espero a que se relaje un poco y confirmar yo misma si podrá soportarlo.
Creo que sí, quiero creer que sí.
Y a pesar de eso, no pienso bien las cosas cuando lo hago.
