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Tracy:

"—Gracias por esperarme, Tracy"

Mis pensamientos se nublan, debería estar trabajando, pero lo único que hago es no dejar de pensar en mi noche con Dominic Crowell.

Aunque fueron solo unos besos.

Me gusto.

Y me gustó mucho.

Sonrio como idiota y niego con la cabeza, tengo la cara roja.

"¿Le gustaría repetir esta noche, señorita Roth?"

Mi Dios, mi mente vuela al leer su mensaje.

Me sonrojo de nuevo y por pensar cosas que me llevaran al infierno cuando el seguramente solo piensa en besos.

"Si".—le respondo cuando encuentro fuerza para tomar mi móvil y escribirle.

Una noche como la anterior con Dominic.

Suena a un buen plan.

A un maravilloso plan.







Dominic:

Hoy cenamos algo ligero y que no fuera necesario de tomarme tanto tiempo en la preparación como lo hice con la comida japonesa que tanto le gusta a mi novia.

—Creo que la siguiente vez yo quiero cocinar para ti.

Sonrio.—Me encantaría ir a cenar con usted, señorita Roth.

Tracy me devuelve la sonrisa y me besa en los labios, mis manos quedan a cada lado mientras estamos de pie, mis ojos se cierran y mi boca le devuelve el beso incrementándolo poco a poco.

El corazón se me acelera, mi cabeza me da vueltas y todavía siento ese pánico acercándose poco a poco, aun así, a pesar de mi miedo, me gusta esto.

A mi corazón le gusta besarla.

Intento sujetarla de las caderas, termino presionando mis dedos sobre ellas mientras mi bella novia sube las manos a mi cuello.

Tracy se aparta para asegurarse de que estoy bien.—Dominic.

—Estoy bien, hermosa.

Una sonrisa eleva las esquinas de sus labios, baja las manos y las ubica sobre mi pecho, mis músculos se siguen tensando contra su toque.

Pero puedo soportarlo, sé que puedo soportarlo.

Ella para y me mira a los ojos.

—¿Puedo intentar algo más?

Joder.. ¿Algo más?

Mi mente piensa en muchas posibilidades.

Tracy baja la mano a la mía y la toma, dejo que la tome y me guié hasta el mueble, me siento sobre él y ella se acerca a mi separándome las piernas, lo hace despacio como para yo tener tiempo de detenerla, pero no lo hago.

Dejo que se siente sobre mi regazo, su delicado peso lo tengo sobre mis piernas y sus manos sobre mi pecho, mi cuerpo comienza a ponerse duro y mi amigo también, ella se eleva un poco y yo subo la mirada, nuestras frentes se rozan.

—Tracy.

Nuestros labios se tocan, Tracy me devuelve el beso, despacio al inicio y va subiendo, la cabeza me da vueltas y trato de acostumbrarme, aunque el sudor producto de mi nerviosismo comience a escaparse por mis poros.

Deseos LetalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora