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Tracy:

Dominic está dormido a mi lado y yo no dejo de verlo con una sonrisa.

Está profundamente dormido o eso pienso porque cuando voy a tocar su rostro, el me descubre abriendo los ojos, dejo mis manos paralizadas en el aire.

—Buenos..

Se acerca a mi hasta que mis manos tocan su rostro y lo observo sorprendida por su comportamiento, aún más cuando coloca ambas manos sobre las mías.

Dominic cierra los ojos y continué la respiración, suelta un suspiro unos segundos y vuelvo a ser foco de esos ojos azules.

Le sonrio y me siento sobre la cama.

—¿Qué deseas desayunar?

—¿Me preparas algo?.—Pregunta curioso.

—Ya me tocaba ¿No?

—Si. Es verdad.—Mantiene su sonrisa.





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Un perfecto desayuno americano es lo que le sirvo esa mañana o hago el intento con lo que tengo en el refri.

Nos sentamos a desayunar juntos, aunque todo este tranquilo, el verdadero problema es el que tengo cuando abro la puerta tras escuchar el timbre.

—¡¿Mamá?!

Mamá y papá.

—¡Hola, cariño!

Miro detrás de mí y observo a un Dominic terminando de devorar su tocino, el me observa y yo trago saliva, junto la puerta un poco.

Papá alza una ceja, lo ha notado.

—¿Qué están haciendo aquí?

—¿No podemos ir a ver a nuestra hija?.—Me pregunta papá con molestia.

—Sí, pero acabamos de vernos ayer.

Estoy segura que esto tiene que ver con haberle dicho a mamá que tengo novio.

—Tonterías.—Resopla mamá, me hace a un lado e ingresa a la casa.

—No, mamá, espera.—La detengo.

Ya es demasiado tarde.

Ambos han visto a Dominic.

Mamá emocionada y papá incómodo.





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