Deseos Letales

27

Tracy:

No hablamos del tema hasta volver a casa y no quise hablar de ello hasta  que se sintiera bien, hasta tener la confianza de que pueda hacerlo conmigo.

—¿Vas a decirme lo que te fastidia?. —Pregunta Dominic preocupado.

Dejo de cortar las verduras para la ensalada y niego. —No me fastidia nada.

Dominic coge el cuchillo de mis manos y lo deja sobre la mesa, toma mi rostro y me obliga a mirarlo.

Desde que llegamos no he podido dejar de verlo a los ojos.

—Solo dilo.

Los ojos me arden.

—Dilo, Tracy.

—Dilo. —Pronuncio sus palabras y bajo sus manos de mi rostro. —Como si fuera solo decirlo y ya.

Lo observo tragar con dolor.

—Yo.. intento entender.. juro que lo intento, Dominic.

Sus ojos me observan con tristeza, baja la mirada y apenas mis labios se separan, me duele continuar.

—Te dije que estaba enamorada de ti. —Le recuerdo y sus ojos suben. —Que estoy enamorada de ti. Dijiste palabras que me hicieron sentir bien y luego tu solo..

Me detengo.

—Esta bien, Tracy, solo dilo.

Me duele la garganta y aún ni lo he dicho.

—Intentaste suicidarte.

Lo observo tragar.

—No estaba pasando por un buen momento, Tracy.

—Y entonces.. ¿ Tu solo ibas a dejarme?

El no responde.

—Te importo muy poco mis sentimientos o lo que dijiste la noche anterior fueron mentiras como para al día siguiente hacer lo contrario a lo que dijiste.

—No es mentira, mis sentimientos por ti.

—¿Entonces como explicas lo que hiciste?
No puedo, no hay una explicación.

—Se que estas pasando por algo difícil y quiero ayudar, pero ahora mismo, no creo que necesites de una novia.

Sus ojos se abren.

—¿Qué quieres decir, Tracy?

Trago con fuerza.

—Estaré contigo y no pienso abandonarte para nada. No voy a separarme de ti. —Le aclaro enseguida. —Pero no estaré como una novia.

—Tracy…

—Ahora mismo lo que necesitas es sanar y necesitamos encontrar ayuda, Dominic.
El sabe que tengo razón, por eso guarda silencio.

—Busquémoste ayuda.

Dominic asiente.

—Hagámoslo, Tracy.