Parte 22

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estaba vivo, que se había hundido con el bote. Estaba por rendirme hasta que a lo lejos pude ver a don socar caminar sobre el agua junto a su esposa. El alma se me heló y no precisamente por miedo, si no que verlo con su esposa me confirmaba que don Oscar ya no estaba vivo, pero me alegre porque por fin el, su esposa y el mar ya eran uno solo. Desde lejos podía verlo despedirse de mí hasta volverse poco visible.

Se estaba haciendo de noche y quise volver a tierra firme con Sofía, pero tomamos un riesgo muy grande. Una fuerte tormenta se avecinaba, tuve temor por lo que le podía pasar a Sofía, la tome de la mano y la metí a la cabina, le puse un salva vidas y trate de que las grandes olas no volcara el bote, fue una fuerte lucha pero no la pude ganar, las olas nos empujaban hacia unas rocas filosas y la lluvia no me permitía visualizar contra que nos íbamos a chocar. El bote se alzó por las rocas filosas y al caer parte del bote se destrozó, Sofía salió expulsada por un costado del bote y yo que de inconsciente al golpear mi cabeza con el timón.

El sonido de las gaviotas sobre el bote me hizo despertar y note que ya era de día, mire a mi alrededor y no vi a sofí, Salí del bote y estaba ella boca abajo en la orilla de la playa de una isla que no conocía, fui nadando rápidamente hasta ella, la tome entre mis brazos suplicándole al cielo que no estuviera muerta. Le tome el pulso y le daba respiración boca a boca pero no reaccionaba, el miedo me estaba ganando y desesperadamente volvía a intentarlo, pero no tenía respuesta. Lloraba mientras la abrazaba y entonces la escuche toser y decir en forma de broma.

- ¿Me besaste dormida? – dijo con voz cansada.

- Gracias a Dios estas bien - Sentí alivio – no quería perderte Sofía.

- Lo sé, ya puedes soltarme. Aún estoy enojada contigo

Entonces se alejó de mí. Ya estando a salvo pensaba en cómo íbamos a salir de esa isla, recordé que había llevado agua, comida y botiquín de primeros auxilios en el bote. Volví al mar y entonces Sofía dijo.

- ¿Piensas dejarme aquí sola?

- Claro que no. Iré por algunas cosas en el bote.

- No tardes, tengo miedo de estar aquí sola.

- No te preocupes, volveré pronto.

Empecé a nadar hasta el bote. Afortunadamente las botellas de agua aún estaban ahí, también el botiquín, pero parte de la comida estaba en el fondo del mar. Me sumergí para recoger la comida enlatada que estaba en el fondo, puse la comida y el agua embotellada en un salva vidas, también el botiquín. Nade de vuelta a la isla. Sofía recogía algunas ramas para hacer una fogata en la noche, yo me adentre a la isla para hacer algo con que pasar la noche. Con unos troncos, ramas muy largas y hojas de las palmeras pude hacer un pequeño refugio, a Sofía no le pareció bien que fuera tan pequeño pero era lo que había alcanzado. Sofía no quería dormir en el mismo lugar que yo e intento hacer un refugio pero no se veía muy bien, tenía apariencia que en cualquier momento se iba a caer.

Al llegar la noche hicimos la fogata y comimos de la comida que había traído del bote, había que comer en raciones pequeñas ya que la comida y el agua debía ser racionada por días, debía alcanzarnos por un lago tiempo. Después de un rato llovió y cada uno fue a su refugio, podía escuchar como el refugio de Sofía se venía abajo, también la escuchaba quejarse, paso unos minutos bajo la lluvia.

- Entra a mi refugio Sofía.

Los recuerdos huelen a rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora