Parte 33

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- Si, hace poco me instale en ese apartamento.

- Deberías pasarte uno de estos por mi apartamento, me gustaría conocerte más – su mirada coqueta me hizo acordar de Perla.

- Claro. ¿Qué te parece esta noche? Yo llevare vino.

En la noche fui a su apartamento, toque a su puerta y ella me abrió, tenía un vestido algo elegante que la hacía ver sexy. Entre y puse el vino en la mesa. Después de cenar nos fuimos a la terraza, se veía algunos edificios del centro, una vista maravillosa. Nos quedamos callados por un momento hasta que ella rompió con el silencio.

- ¿Qué raza es tu perro?

- Es un cretan hound. Mis padres lo encontraron al lado de la carretera cuando volvían a casa, era solo un cachorro. ¿Y tu como obtuviste a tu perrita?

- Fue un regalo de mi ex esposo, me la dio en uno de nuestro aniversario y me enamore de ella.

- Entiendo, tiene sentido que estuvieses casada. Eres muy bella – dije sin ninguna pena.

- Gracias, tu tampoco estas nada mal. lástima que seas tan joven

- ¿A qué te refieres?

- No te preocupes. No es nada.

La noche parecía pasar muy despacio mientras hablaba con Natalia, y en ese trascurso pude notar lo interesante y experimentada que era, una mujer muy agradable.

- Que dices si vamos a un bar muy bueno que conozco – dijo Natalia.

- Me encantaría pero mañana debo trabajar y es importante que duerma bien.

- Hombre ocupado. ¿Qué tal si lo dejamos para mañana?

- Me parece bien. ¿Entonces es una cita? – dije bromeando.

- Tal vez, mañana veremos que puede ser – sus ojos no se apartaban de mí.

- No veo la hora de que sea mañana.

Me levante y le extendí la mano, ella la tomo y se paró. Le di un beso en la mejilla indicándole que me iría a mi apartamento, bajamos juntos y ella fue la primera en entrar a su apartamento.

- Te veo mañana Frank.

- Así será, Natalia.

- Adiós – me miro como si quisiera pasar más tiempo conmigo.

- Adiós.

Baje a mi apartamento y ahí me encontré a Perla. Desde que se fueron mis padres Perla me había estado ayudando mucho con la revista, algunas veces se pasaba por la oficina para echarme una mano con el diseño de las portadas o como tal de toda la revista. También me visitaba al apartamento con excusa de ver a mi perro, pero se quedaba viendo series o películas conmigo y ni hablar las veces que salía de fiesta. Perla acostumbraba a ir a mi apartamento cada vez que tenía unas copas en la cabeza, era tan frecuente sus visitas que le deje una llave del apartamento para que no se quedara dormida en la puerta.

- ¿Dónde estabas Frank? – pude notar que estaba pasada de tragos.

- Estaba ocupado.

- Seguro estabas con Sofía – se paró del sofá y tambaleaba.

- No la veo desde hace mucho tiempo – no sé porque le doy explicaciones a alguien sin sus cinco sentido, pensé.

- Sé que aun la amas – sus palabras me hicieron remover cada fibra de mi ser con tal verdad – ¿porque no me amas como a ella?

Los recuerdos huelen a rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora