Capítulo 6. Corazón de pirata.

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La ropa de Nancy caía al suelo como hojas en otoño, la luz de la ventana dejaba ver una parte de su denudes, la mujer besó a Nancy y ella a mujer, las caricias las llevaron a la cama, ahí la mujer se quitaba su vestido, también soltó su cabello, besó lentamente el cuerpo de Nancy hasta llegar en su entrepierna. Nancy la tomó de la cabeza mientras cerraba sus ojos y abría su boca, entonces se escuchó un leve gemido proveniente de Nancy. La mujer subió encima de ella juntando sus partes, la tomó de su pecho y hacia un movimiento de atrás hacia adelante. El hombre que estaba en la oscuridad dio una última bocanada tirando el cigarro al suelo, se apoyó sus manos en los brazos de la silla y se levantó, caminó hacia luz quitándose su sombrero, su cabello era blanco, y sus ojos caféses oscuros. Se quitó el chalequillo negro y la camisa blanca, también sus pantalones, el shenóv impuro metió entre las dos mujeres besando a Nancy mientras la otra mujer acariciaba su espalda. El shenóv tomó a Nancy del rostro.

— Mírame a los ojos — le dijo, Nancy abrió sus ojos  y vio sus iris — ahora dejame ver quién eres.

El shenóv impuro introdujo su miembro dentro de ella viendo su pasado; Nancy era del desierto, la única sobreviviente de su familia al ser atacados por un oscuro. La otra mujer besó una vez más a Nancy mientras tocaba su pecho, la habitación se llenó de gemidos cuando Nancy subió encima de él, su glúteo golpeaba con fuerza hasta que el shenóv impuro acabó. Nancy estaba tan agitada que cayó a la cama pesadamente.

— Muy bien, ahora puedo confiar en ti — dijo el shenóv —solo podre darte dosis pequeñas de sangre de oscuro. 

— No la necesito — dijo mientras se ponía la ropa — solo quiero una lista de tus compradores.

— Temo que no podre ayudarte, no conozco a mis compradores, vienen de todas partes.

— ¿Como consigues la sangre de un oscuro? 

— Hay un hombre, creo que proveniente de Leamington, viene cada cierto tiempo de forma aleatoria, trae cajas llenas de frascos — se apoyó contra el espaldar de la cama— las compro y las vendo aun buen precio.

— ¿Acaso pretenden infectar más humanos y convertirlos en doKruns?

— No, ese no es mi objetivo, solo proporciono dosis pequeñas, lo suficiente para que los humanos sientan el efecto eufórico de la sangre de un oscuro, más allá de eso les haría perder el control y convertirse una bestia asesina. 

— Creí que los shenóv eran buenos — lo miró con decepción.

— No soy un shenóv puro, mi madre era humana — saló de la cama — puedo ayudarte con lo que estas buscando, en este pueblo hay un hombre que se llama Williams Robinson — recogió la ropa del suelo — El vio cuando se llevaron a la condesa.

 — ¿Cómo sabes que la estoy buscando? — se acercó a él empuñando su cuchillo.

— Soy mitad shenóv, tengo habilidades. Lo supe cuando estuve dentro de ti.

— ¿Dices que tu don es robar información mediante el sexo? 

— Exacto — puso un cigarro en la boca y le habitación se iluminó un poco con el encendedor. 

En la taberna estaba siendo rodeado por los piratas, ellos sacaban sus filosas espadas y otros sus pistolas cortas, los pude contar en un vistazo, eran una docena de ellos.

— No quiero problemas, solo estoy buscando a la condesa Diana — el cuervo voló hasta mi hombro.

— Bueno, ahora tienes más problemas — dijo uno de ellos pasando su lengua por el cuchillo. Miré la mano del hombre del hombre corpulento, aun me sujetaba.

Los recuerdos huelen a rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora