- Parece que tienes problemas con tu novia – dijo Natalia.
- No, y no es mi novia, déjame explicarte.
- No hace falta Frank. Tú y yo no tenemos un romance formal, somos amigos divirtiéndose – ella parecía no darle importancia pero estaba muy seria – puedes estar con quien quieras.
- Pero solo quiero una aventura contigo.
- Da igual. Ya que estas solo ¿qué dices si esta noche vamos a la terraza y tomamos algunas cervezas?
- Si. Creo que lo necesito.
Entre a mi apartamento, camine junto con el perro para despejar la mente y a pesar de que yo no era novio de Perla me sentía culpable, sentía que debía explicarle todo. La llame un par de veces pero no quiso contestarme, seguí caminando con príncipe y en una de las bancas del parque me senté a pensar >> intento complacer a todos y a cambio de eso soy egoísta, complaciendo mis deseos y lastimando a otros << Volví al apartamento y me relaje un poco.
En la noche subí a la terraza, no había nadie ahí. Era inevitable perderme entre mis pensamientos mientras miraba las luces de la calle. Las personas pasaban de un lugar a otro, vi una pareja caminar tomados de la mano, vino a mí el recuerdo de cuando era niño y me ilusionaba estar tan enamorado como aquella pareja. Pero estaba evitando amar desde que perdí a Sofía, no quería volar tan alto para después caer y romper mis huesos en el impacto. >>Tal vez un intento mas no haría daño<< pensé.
- Que pensativo estas Frank.
- Hola Natalia. No es nada.
- Supongo que estas así por Perla.
- Si, aunque no tengo un romance con ella siento que le he fallado – mire una vez más hacia la calle – Perla siempre ha estado ahí para mí.
- Así es el amor Frank, siempre sale alguien herido en ese fuego cruza. Debí traer algo más fuerte, estas cervezas no será suficiente.
- Así está bien, con tu compañía me sentiré mejor – dije mirando al cielo.
Natalia destapo un par de cervezas y brindamos por los errores cometidos en la vida, por el amor y sus tragedias mientras nos mirábamos, tomamos las cervezas e íbamos contando nuestros errores para burlarnos de ellos.
- Yo escape de casa para no casarme con la mujer que me iba enamorar 5 años más tarde.
- Eso no es nada – dijo entre risas – yo deje que mi ex esposo me pasara su amante por la cara cuantas veces él quiso, me hacía sentir como un inútil.
- Esta difícil de superar pero haré un intento, veamos... cuando era un niño estaba enamorado de una chica de octavo grado y como muestra de amor me queme en el brazo, y adivina que.
- Dime ¿luego que paso?
- Me fui llorando y ella nunca se interesó en mí.
- Tu sí que eres un perdedor en el amor – nos reímos tan fuerte que tuvimos que apretar nuestro estómagos – pero ¿sabes? Lo que hiciste fue lindo.
Natalia se acercó a mí y en un instante nuestros labios estaban haciendo contacto, mi cuerpo se relajó y me deje llevar una vez más por su encanto. Nuestros besos eran tan apasionados que podía sentir los latidos de su corazón, la respiración profunda y su cuerpo
ESTÁS LEYENDO
Los recuerdos huelen a rosas
RomanceTradiciones, disputas amorosas y bailes. En Leamington del siglo 18, Frank de familia noble es obligado a comprometerse con su prima Sofia; quien rechaza casarse con Frank por no tener ningún vinculo amoroso. Con el paso del tiempo descubren que el...