No podía tener más de cuarenta años, pero incluso si tuviera esa edad, los años habían sido generosos con él. Atractivo con arrugas de tiempo en su rostro, su cabello castaño bien peinado y esos ojos café oscuros.
—¿Son tus amigos esos de ahi?—pregunto después de ese momento en silencio que ambos compartieron, sus ojos fueron a un punto sobre el hombro de la chica.
Carrie giró para ver a Ed y Juliet peleando con el que parecía ser uno de los cocineros, mientras Sam y Josh comían lo que podían de las bandejas.
Su rostro se deformo en una mueca dolorosa cuando vio eso.
—Lamentablemente, lo son—giró nuevamente hacia su invitado.
—Parecen tener un desacuerdo con el chef—comento divertido, sin soltar esa encantadora y pequeña sonrisa.
—Siempre son asi—demaciado perdida en detallar cada pequeño lugar en ese rostro.
—Bueno, no los conozco—inclino hacia un lado la cabeza, logrando hacer que su cabello cubriera uno de sus ojos—Tampoco a ti.
Hasta ese momento recordó que no le había dicho su nombre, extendió su mano para saludar, todavía muy atontada.
—Carrie.
—È un piacere—tomo con delicadeza la extremidad y beso los nudillos—Jean
La pequeña Payne detuvo el alarido en sus labios cuando sintió el suave y tivio tacto.
—Es un placer conocerlo—pronto su mano perdió todo contacto con el hombre y se decepcionó, pero logró mantenerlo oculto—Dígame, ¿Tambien fue obligado a venir?
—No lo diría de ese modo—contestó—¿Qué tal tu, te han obligado a estar aquí?
—Mi padre y mi tía se encargaron de la organización, y mi padre es uno de los socios del despacho.
Jean fruncio los labios asintiendo en comprensión.
—Quizás fue buena idea que ambos vinieramos.
—Obligados.
Ambos sonrieron aún más, maravillada con las arrugas a los lados de aquel hombre.
Pronto la burbuja se rompio con los gritos de los chicos, tenía que ir ayudarlos, pero no quería dejar ir al hombre encantador.
—Parece que necesitas ir darles una mano a tus amigos—se levantó de su lugar con un suspiro —Y yo volver a la fiesta, mi asistente debe estar como loca buscandome.
—Si, yo...—su lengua se trabo un poco con lo ultimo—Espero volver a verlo.
Jean se detuvo en su retirada para verla nuevamente—También lo espero—sonrio—Arrivederci, Carrie.
Ni siquiera tiempo tuvo para terminar de saborear el recuerdo del poco tiempo con Jean, cuando se tuvo que levantar para impedir que Ed estampara uno de los pastelillos en la cara del chef.
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Cuando lograron escapar del chef, los bocadillos ya habían sido devorados, por lo que volvieron a la fiesta con las manos limpias y las miradas más inocentes que tuvieron para dar.
Sus padres seguian donde los habían dejado, a excepción de Harry y Louis que se encontraban bailando con otras parejas.
—¡Yo también quiero bailar!—se quejó la rubia Horan frunciendo el labio.
—Yo te llevo a bailar—ofreció un sonriente Josh extendiendo su mano a la rubia. Esta le regreso una sonrisa más coqueta, pero antes de tomar su oferta Liam llegó en ese momento.
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El Hermoso Rollito |#4|
Teen FictionCarrie jamas fue fan del sabor vainilla Hasta que conoció a ese hermoso rollito de cabellos dorados y mirada de cordero a medio morir