31. Chocolate o vainilla, ¿Cuál prefieres tu?

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Dos horas después, los demás llegaron. Y el patio trasero se lleno de risas y platicas.

—Cuenta esa vez en que terminó en la comisaria.

—¿Papá fue detenido?—pregunto Sean.

Shell asintió—Y Adam, Niall, Daniel y Louis.

—¿Que hicieron?

—Estaban en un bar y hubo una redada. Los arrestaron por prostitución—los menores miraron a sus padres, asombrados por esa nueva información—Tuvieron que ir a pagar la multa.

—Quien los viera—se burló Juliet—Mi padre, el oficial Horan, estuvo detenido, ¿No te dio vergüenza después?

—No fue ni la primera ni la última vez que pase la noche en la comisaría, mi pequeño monstruo.

—Zayn, vayan tu y Liam por refrescos—pidió Shell.

La pareja se levantó sin decir más y salieron de la casa.

Liam uso el camino más largo para tener tiempo y hablar con su esposo. Así que, compraron rápidamente las cosas y Liam lo guió por un camino que hace años no pisaba.

—Liam, este camino es más largo a casa—se quejó el azabache.

—Quería hablar contigo—confesó, su brazo desocupado lo atrajo a su costado y beso sus cabellos—A parte, fue aquí donde nos conocimos, mi hermoso mocosos.

Zayn rápido reconoció el parque y sonrió, algunas cosas habían cambiado con los años. Pero exactamente el lugar donde había sido golpeado seguía tal y como lo recordaba.

—Si, ya recordé el dolor—risueño froto su rostro contra el cuello de su esposo—Tengo que confesar que recibir ese golpe fue lo mejor que me paso en la vida.

—¿Si?

—Si—se detuvo a medio camino, poniéndose enfrente y atrayendo al castaño a besarle—Me dio un sexy esposo rico, dos niños preciosos y una gran familia.

—Te amo, mocoso—susurro contra sus labios. Recibiendo los picos suaves de su hombre.

—También te amo, mi amor.

—Aceptaron nuestra petición de adopción—Zayn se alejo como si hubiera sido quemado, viendo a Liam con sorpresa—Te prometí un bebé, podemos ir cuando quieras.


                            {💛}




Dando vueltas una y otra vez, pensando una y otra vez. Quizás, sólo quizás había dramatizado un poco. Pero el portar algo que no era desde el inicio para ella fue algo que si la lastimo.

Sabía que Albert estaba tratando de arreglar las cosas, y ella no ponía de su parte. Y no era por no amar al chico, sino por su estúpido ego y por su falta de tacto.

Había decidido que era momento para poner de su parte.

Y viendo nuevamente el anillo en su dedo, jugó con este entre pensamiento.

—¿En qué tanto piensas?—pregunto Sean llegando hasta su lado.

—Quizás deba dejar de lado mi mal carácter.

—¿Tiene que ver con Albert?

—Creo que podemos arreglar todo—sonrió enamorada—Ya sabes lo que dice Harry: hacer el amor, no la guerra.

—Pues si, pero Harry lo dijo después de violentar a mi papá—Edward hizo una mueca—Y sólo porque se comió la última galleta de fresa que teníamos.

El Hermoso Rollito |#4|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora