Drabbles | Wigetta, Wigettali-A, Witaxx, Rubirex, Luzana & más Wigetta

DRABBLE WIGETTA: MIS POSTERS, TUS POSTERS

Lo que he podido comer durante los últimos días, creo que ha sido más que durante todos los meses que llevo en Los Ángeles. Pero claro, aquí está el jamón, las galletitas dinosaurios y mil y una cosas más que me encantaban. Una nueva notificación sonó en mi móvil, esta vez de Twitter. Al parecer una de las personas que tenía marcadas como favoritas había tweeteado y esa persona no era otra que Vegetta. Le habían llegado ya los posters que me dijo que había pedido hace unos días pero… espera un momento, ¿aquellos eran mis posters? ¿Qué hacía Vegetta con los de Diminutos 2 y Miners in the sun? Hablando del rey de Roma, una nueva llamada entrante suya.

― ¿Siii? ― respondí a la llamada intentando hacerme el interesante.

― ¿Willy? ¿Te vienes a mi casa y jugamos a algo? ― parecía impaciente o nervioso.

― ¿Tú estás tonto? ¡Tardo una hora en llegar hasta allí! ― y así era, iba a morirme cogiendo el transporte público.

― ¿Y no crees que vaya a merecer la pena? ― hay que ver como le gusta hacerse el interesante.

― Mmm… nos vemos en un rato ― me había dejado con la intriga, además, quería hablar con él sobre su tweet.

Salí de casa sin ni siquiera cambiarme de ropa y cogí el metro rumbo a la casa de Vegetta. Una nueva notificación sonó, esta vez era Frank, incomodando a Vegetta y diciéndole que nuestro póster de Diminutos era mejor. “Uh! Uh! Pelea Pelea! Cojo sitio y palomitas :P” contesté, nadie debía sospechar que iba camino de la casa de Vegetta. Para mi sorpresa tardé solamente 45 minutos. Recorrí las tres calles que me separaban de su casa hasta que finalmente llegué. Era absurdo pensar en cómo dejaba todo atrás cuando él me lo pedía.

― ¡Willy! Ven, tengo una sorpresa para ti ― me tapó los ojos y me fue guiando a lo que supuse que sería su habitación. ― ¿Qué te parecen? ― ahí estaban mis posters, el muy tonto pretendía darme una sorpresa. Se le veía tan ilusionado que me daba pena que su intento de sorprenderme quedase en vano, así que fingí la mueca que mejor pude de sorpresa.

― ¡Wow Vegetta! ¡Quedan genial! Sobre todo el de Miners in the sun, ¿no crees? ― me encantaba chincharle, siempre conseguí sacarlo de sus casillas.

― Es tonto chaval, es tonto ― y este era mi Vegettita...