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DRABBLE WIGETTA: TIENES QUE SER FUERTE

Estaba en mi habitación terminando de editar algunos videos cuando me llegó una notificación a mi móvil. Una de las personas a las que tenía marcadas como favorito habían twitteado algo. Cuando desbloqueé el teléfono vi que había sido Vegetta el que había escrito. En esos tweets pude ver su impotencia ante los comentarios que aparecían en sus videos. Le entiendo perfectamente y comprendo lo que siente, pero no puede dejar que le afecten tanto o al final todo acabará peor. Fui hasta su habitación y llamé a la puerta:

― Vegetta, ¿podemos hablar? ― le pregunté asomándome en su habitación.

― Claro Willy, ¿qué pasa? ― me preguntó, pero no con su voz vital de siempre, se le notaba más abatido. Me adentré en su cuarto y me senté en la cama.

― Ven, siéntate aquí conmigo ― dije dando unos ligeros golpecitos sobre el colchón. Él se puso junto a mí y me miró. Noté su mirada ausente. ― Vegetta no puedes dejar que todos esos comentarios te afecten tanto, esos comentarios no merecen la pena, ¿vale?

― Pero Willy, es que son todos los días igual y a veces pienso que no merece la pena continuar.

― No pienses eso, tienes que ser fuerte ― le dije mientras le cogí sus manos entre las mías. ― Sé que te importa mucho tu trabajo pero no puedes permitir que te afecte de tal manera, no puedes unir tu vida personal con la laboral o solo conseguirás hacerte más daño. ― Sus ojos se pusieron vidriosos y una lágrima descendió por su mejilla. ― Ven aquí, ― dije mientras le abrazaba, ― sabes que a mí siempre me tendrás a tu lado, ¿verdad? Yo siempre te apoyaré en todo.

― Gracias Willy… no sé que haría sin ti mi chiqui ― me dijo con una ligera sonrisa.

― Me importas mucho Vegetta y no quiero verte así de triste. ¿Nos tomamos el resto de la tarde libre?

― Tengo que hacer el directo Willy…

― El directo puede esperar, ven aquí ― dije mientras me tumbaba en su cama y tiraba a la vez de él para que se acostase junto a mí. Finalmente cedió y le pasé un brazo rodeando su cintura. ― Solo un ratito, que necesitamos descansar y desconectar un poco de todo.

Me dio un suave beso en la frente y acurrucó la cabeza contra mi pecho, quedándose finalmente dormido. Realmente la vida no es fácil para nadie, pero centrándonos en las cosas positivas, se hace más llevadera.