Capítulo 3

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Jasmine, una de las chicas que había invitado estaba justo al lado de mi cama, un poco escondida y sin ropa. Al verla, me puse a gritar como loco, no puede ser posible que esta mujer haga estas tonterías, no debe estar aquí, debe irse.

—¡Ryan! ¡Ryan! ¡Ven rápido!

La chica se cubrió con la sábana que estaba sobre mi cama y empezó a llorar.

—Brytiago por favor, no le digas a nadie de esto, no me hagas quedar mal —Jasmine lloraba cómo loca desesperada.

—¿Qué dices? ¿Y quieres que yo quede mal entonces? No, yo lo siento mucho, pero esto no es algo que me guste. ¡¡RYAN!! —grité de nuevo.

—¿Qué me vas hacer?

—¿Qué pasa? ¿Porqué tanto grito loco? —me preguntó confundido.

Le señalé a la chica que seguía en la esquina de la habitación junto al sillón y me hice a un lado para que él entrara. Yo estaba muy molesto y no podía pensar con claridad pero al mismo tiempo, solo quería que esta situación acabara rápido y a mi manera.

—¿Te invitaron a pasar? ¿Qué haces metida aquí? —Ryan le hablaba en un tono bajo, muy tranquilo—. Esto no estaba permitido, se los dije en el camino... Les dije a todas que respetaran las reglas, no están en high school.

Cabizbaja negó, y comenzó a llorar mientras que Ryan y yo nos veíamos y la dejábamos sola.

—¡Quiero que la mandes de regreso para su casa ahorita mismo, me da igual que te salga bien caro, mandala en un jet privado o como sea pero me la sacas de la casa ya!

Salí furioso de mi habitación sin voltear a ver a nadie. Este era un tema muy importante para mi, odiaba que invadieran mi espacio personal, el único lugar donde me sentía tranquilo y estaba en paz conmigo mismo, era mi lugar seguro y por nada dejaba que entraran y ahora ella va y se mete como si nada.

Me senté en una de las tumbonas frente a la piscina, quería relajarme y estar sólo hasta que se me bajara el coraje, resoplé intentando sacar toda la rabia que esto me causaba, el enojo era demasiado pero las respiracionds profundas me ayudaban un poco a bajar el coraje.

No pasaron ni diez minutos cuándo llegó Brianna y se sentó en la tumbona de al lado, tenía un semblante serio, se veía un poco pálida y parecía estar asustada.

—¿Te pasa algo? —la miré de reojo, intentando no hablarle de manera brusca.

—Lo que sucedió allá adentro fue... Muy intenso, no conocía esa fase tuya —formó una línea con sus labios y me miró a los ojos.

—No me gusta que se metan a mi habitación, no dejo que nadie lo haga, ni siquiera los de limpieza y... No, no me gusta... Lo que es mío, es mío y ya.

—Te comprendo perfectamente, no nos conoces y es normal dudar, supongo que siempre eres así de... ¿Violento? —puso una cara de confusión jodidamente encantadora.

Me reí mientras negaba—. Soy cómo un fósforo, me enciendo rápido, cuando se meten con lo mío, no respondo —solté una risita algo encantadora pa' enamorar a la mujercita.

—Llegaron las pizzas, ¿cenarás con todos nosotros?

Asentí y me levanté de la tumbona, estiré mi mano y Brianna la tomó rápidamente, le ayudé a ponerse de pie y fuimos juntos a la cocina.

—La chica está recogiendo su ropa con mucho coraje, llorando y diciendo que te vas a arrepentir — se burló Mitzy.

—¿Ah? Creo que la arrepentida aquí, es ella —solté sin importancia alguna y mordí mi pedazo de pizza.

Recuerdos Adictivos | Brytiago.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora