Capítulo 18

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4 meses después...



Me mudé desde Los Ángeles a Miami, Bryan me había insistido día y noche, hasta que me convenció de venir a vivir con él.

Sólo que puse algunas condiciones...

—Le dije que aunque viviéramos juntos yo iba a obtener mi propio dinero trabajando, no quiero ser una mantenida tampoco —le decía a Mitzy.

—¿Y cómo lo tomó? Bryan es tan... Autoritario o mandón, como quieras llamarlo, no creo que le haya gustado mucho eso, ¿o sí?

—Al contrario, dijo que estaba de acuerdo.

—Obvio, con tal de tenerte aquí con él, es capaz de complacer a la princesa —se rió.

—Ya era mucho tiempo insistiendo, además, verlo dos veces por mes era algo que ya no soportaba.

Estaba preparando la cena con ayuda de Mitzy, según ella, Ryan y Bry no tardaban en llegar de la grabación de un vídeo.

—¿Y cuales fueron las demás condiciones? Dime todo antes de que lleguen para que le des la sorpresa —chilló emocionada.

—Bueno, también le dije que no se pusiera como aquella vez con Rauw y la fiesta a la que fuimos.

—Se negó, ¿verdad? —soltó una risa escandalosa.

—Nop. Dijo que no volvería a pasar, y la última pero más importante, casarnos.

—¡¿Qué?! ¡¿Casarse?! —dejó el cuchillo sobre la isleta y me tomó de los hombros—. ¿Cómo que van a casarse?

—No será ya, por lo menos no ahora, pero pasará —le sonreí.

—Cuando dé a luz, después de mi dieta y que regrese a mi hermoso cuerpo de antes, haces tu preciosa boda.

—Relájate, no hagas planes, es de mala suerte.

Una hora más tarde, llegaron los dos hombres de la casa.

—Ryan, te necesito en la cocina, ahora —le gritó.

Él sabía que yo estaba aquí por lo mismo la obedeció.

—¡Y dices que no eres mandilon! —se burló Bryan—. Si Brianna me hablara así, yo...

—¿Tú qué?

Giró su cabeza rápidamente, estaba sentado en el sofá y al verme brincó por encima de el acercándose a mí con una enorme sonrisa y los brazos abiertos.

—¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me dijiste que vendrías? —decía muy contento mientras me abrazaba fuerte.

—Llegué después de mediodía.

—Que bueno que viniste, apenas iba a llamarte —no dejaba de sonreír, y se veía precioso.

Dejó muchos besos por toda mi cara, cuello y manos.

—Ya te extrañaba mami.

—Bueno, tortolitos. Vamos a cenar, vayan a lavarse las manos y se vienen al comedor —dijo Mitzy mientras ponía los cubiertos sobre la mesa.

Recuerdos Adictivos | Brytiago.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora