Capítulo 20

1K 70 23
                                    

Bryan se levantó en cuanto pudo zafarse de las dos, se dio cuenta de lo que estaba por hacer y rápidamente me alejó de todos los que estaban ahí, me llevó a la parte de abajo, donde estaríamos sólos.

—¡Se pasaron! ¡Ahora sí se pasaron! Mira, que tirarme la cerveza o quién sabe que cosa sería, se los dejo pasar, pero, ¿estar de putas contigo?

—Sólo ignoralas amor, ni siquiera les hice caso —me dijo tranquilo.

—Y tú bien que estabas disfrutando de como te hablaban y luego las miraditas que te echaban —rodé los ojos.

Bryan soltó una risita y negó.

—¿Qué? ¿Te causa gracia?

—No bebé, claro que no —bebió un trago de su copa y sonrió de nuevo.

—Pues entonces no te estés burlando, quiero que volvamos a la casa, ya me quiero regresar —mis ojos ardían, sentía un nudo en la garganta que no me permitía ni respirar.

—Te vez tan hermosa así, celosa —besó mis labios.

Me tomó de la cintura llevándome a la pequeña mesa, hizo que me sentara sobre él, inmediatamente crucé mis piernas y deslizó su mano por una de ellas, hasta llegar al dobladillo de mi vestido.

—No te pongas celosa de esas dos, yo te elegí a ti, yo te amo a ti —decía mirándome a los ojos.

Mis mejillas se calentaron y mi corazón dio un brinco, latía desbocado y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

—Yo también te amo, y mucho. Por eso me puse como toda una loca —miré al piso.

Bryan tomó un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja, pasó sus dedos por mi mejilla y levantó mi cara.

—Te diré algo y quiero que siempre lo tengas presente —me dio una sonrisa de boca cerrada—. No quiero a nadie que no seas tú, por siempre te voy a preferir a ti, Brianna.

Sus ojos estaban fijos en los míos, una sensación extraña me recorrió por completo haciéndome erizar.

—Perdón —me mordí el labio inferior y sonreí-. Fui muy exagerada ¿verdad?

Negó y frunció las cejas.

—Claro que no, lo normal —se burló con ironía.

—Bobo —me reí.

Nuestras miradas se conectaron, las manos de Bryan se deslizaron por mi cuello y me besó. Fue un beso que me hizo sentir como si flotara, bajó sus manos hasta mis caderas y acomodé mis piernas a cada lado de su cuerpo quedando a horcajadas de él. Justo en medio de mis piernas quedaba su enorme y dura erección. Recorrí su pecho con mis manos hasta llegar al dobladillo de su camiseta.

—¿En serio lo quieres hacer aquí? —miró alrededor.

—¿Por qué no? —me encogí de hombros y sonreí.

—¿Y si nos ven? Están los chicos arriba y la puerta no cierra bien... —se quedó callado cuando me moví despacio logrando sentirlo aun más entre mis piernas—. A la mierda...

Su gesto involuntario fue el más sexy que he visto, suspiró y me tomó del cuello para unir nuestros labios en un beso apasionado. Su lengua se abrió paso por mi boca y se unió a la mía con movimientos audaces y ligeros, jugaba conmigo y mordía mi labio inferior cada que se le antojaba.

—Ahhh... —gemí de dolor y placer, me apretaba contra su erección y me mordía cada vez más fuerte.

Quité su camisa con un rápido movimiento, y después él comenzó a subir mi vestido con ambas manos muy torpemente.

Recuerdos Adictivos | Brytiago.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora