Capítulo 6

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Por mi mente pasaban miles de cosas, la discusión de las chicas con Brytiago, Rauw y Darell que fue algo fuerte, lo que Mitzy les dijo y la reacción que ellas tuvieron.

—¿Porqué tan calladita Brianna? —me preguntó Darell.

—Por nada —le sonreí cortésmente y volví a mirar el hermoso atardecer.

En algunas ocasiones intercambié miradas extrañas con Brytiago, me sentía un poco incómoda con él por lo de hace rato. Aunque Rauw me hacía olvidarme de todo con sus chistes y adivinanzas sin gracia.

—Ahí te va otro chiste Bri —me dijo conteniendo su risa.

—A ver, dime —me reí. Sabía que era otro pésimo chiste como los que dijo antes.

Un matón de metro noventa y casi cien kilos de peso entra en el bar, le da un puñetazo a la barra y pregunta con voz amenazante: ¿QUIÉN ES JUAN?
Un tipo delgadito y bajito se levanta de una de las mesas, apurando su cerveza, y contesta.—Yo soy Juan, ¿pasa algo?
El matón agarra a Juan, lo saca del bar y le pega una paliza. —se carcajeó—. Juan vuelve a entrar en el bar. Cojeando. Con toda la cara y la camisa manchada de sangre. A pesar de que le duele respirar, se está riendo, muy flojito.—He engañado a ese estúpido —dice sin poder aguantarse la risa y claramente, me reí con él—. Yo no soy Juan.

—¡Ay, no puede ser! —negué con la cabeza y todos comenzamos a reírnos.

—Qué mierda de chiste Rauw, no sirves para stand up —se carcajeaba Darell.

Brytiago tenía un pésimo sentido del humor, tan amargo como el de Rauw, esos dos estaban casi orinándose de la risa.

—¿No tienes algún chiste que sea gracioso? —preguntó Mitzy limpiando sus ojos, se le habían salido algunas lagrimitas de la risa.

—Tengo muchísimos en mi expediente ¿les digo otro? —decía conteniéndose.

—Dale, dale un último chiste para irnos al club que se hace tarde —le dijo Brytiago.

Rauw bebió un trago de su vaso y se puso serio.

—Ahi les va otro —se aclaró la garganta y soltó una última carcajada antes de ponerse en su papel—. Va un señor con el vecino y le dice: Me puede ayudar por favor, se me ha perdido mi hija. A lo que el vecino responde: Claro ¿cómo se llama su hija?. —se carcajeó de nuevo, haciéndonos reír a todos—. El señor le dice: Esperanza. Entonces el vecino se queda sorprendido y responde: Imposible, si la esperanza es lo último que se pierde.

Mitzy bufó y comenzó a reírse, Brytiago y Darell tenían una risa tan horrible que te hacían reír más que los chistes de Rauw.

—¡Yo ya no puedo con los chistes de Rauw, ya no! —decía Mitzy carcajeándose—. Cómo cantante eres bueno, ¿pero esto? Definitivamente no se te da, lindo.

—Se están riendo, sea por bueno o malo ya para mi, eso es ganar —dijo orgulloso y se acomodó sus gafas.

—Ajá, como digas —respondió Mitzy, rodó los ojos y me miró—. Brianna, vamos por las chicas para alistar lo que vamos a llevar al club.

Me levanté de una y la seguí hasta adentro de la casa.

—¿Qué debo llevar? Yo jamás he ido a una pool party —pregunté nerviosa.

—¿De verdad? Debes llevar bikinis, mínimo dos, toalla, un cambio de ropa muy sexy porque como eres bonita y soltera, pues...

—No me interesa verme bien o sexy, yo sólo quiero estar al lado de Brytiago.

Recuerdos Adictivos | Brytiago.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora