Capítulo 25

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Terminé de arreglarme, andaba todo de negro con los nike que ella me regaló, mi gorra plana y mis prendas. Mi bebé lucía como toda una princesa, se veía muy hermosa con ese vestido de color azúl súper corto con brillos.

Estaba sentado en la orilla de la cama, la miraba pasearse por toda la habitación mientras terminaba de arreglarse, ella caminaba de lado a lado descalza, tan natural, con ese cabello negro tan largo.

Admiraba su belleza, por dentro y por fuera.

—¿Ya estás listo? —preguntó sentándose a mi lado.

—Ya, sólo te estoy esperando —le sonreí.

—Me pongo estos —sacó unas zapatillas muy altas y me las mostró—. Y nos vamos para abajo.

—¿Te ayudo a ponértelas?

Asintió sonriendo y me pasó uno. Me hinqué ante ella, lo puse con mucho cuidado, muy lento y lo abroché, después hice lo mismo con el otro.

—Me sentí como Cenicienta cuando su príncipe le pone la zapatilla de cristal —sonrió coqueta.

—Mami, yo soy tu príncipe.

—Claro que lo eres —respondió haciendo un mohín, le di un piquito y sonrió.

Se echó perfume, un poco de labial y por última vez se paró frente al espejo. Estaba asegurándose de verse bien, pero está de más.

—Eres perfecta, te ves espectácular —le dije pegándome detrás de ella mientras besaba su cuello.

—¿De verdad lo crees? ¿No se te hace que estoy enseñando mucho?

—No, así luces bien —guiñé.

Brianna sonrió de nuevo, bajamos tomados de las manos.

BRIANNA

 

Alrededor de la piscina se encontraban algunos amigos de Bryan.

—Ve a saludarlos, yo iré con tu mami —le avisé.

—Te quería presumir con todos —hizo un puchero y me reí.

—Ay no, ve anda.

Di media vuelta para ir con su mamá pero Bryan no me soltó y me hizo regresar con él de un tirón.
Con ambas manos me tomó de la cara y se acercó mirándome directamente a los ojos, inclinándose un poco para quedar a mi altura.

Es lo bonito de ser bajita.

—Te amo bebé.

—Te amo más, Bryan.

Sonrió de lado y nos besamos. Justo en la puerta donde todos nos veían, a Bryan no le importó eso, me besó hasta que nuestras respiraciones no pudieron aguantar más.

—Te espero de este lado —señalé a donde de encontraba su mamá y asintió.

Fui con la mamá de Bryan, ella se levantó y me miró de arriba a abajo con una sonrisa enorme.

—¡Que vestidito! ¡Y ve nada más esos zapatos! —decía con ambas manos en sus mejillas, estaba muy impresionada.

—Estos me los regaló Bryan, fue una vez que me visitó en Los Ángeles, creo que después de dos semanas de...

Recuerdos Adictivos | Brytiago.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora