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Estoy sentada en el gran sofá blanco de la casa de los Cameron, mientras espero a que mis padres bajen de su habitación para que empiece la pelea que llevo esperando desde que estaba en la playa con JJ.

Se perfectamente lo que me van a decir, mi madre será tan dramática que a lo mejor finge un desmayo y mi padre me lo echará en cara. Levanto la vista un momento y están las dos personas —que menos deseo ver en estos instantes— cruzados de brazos.

—Hola —empiezo la conversación.

—¿Cómo que "hola" —empiezan los gritos de mi madre —. Has estado la noche fuera y la mitad del día con vete tú a saber con quien y solo dices un "hola" ¿De verdad te hemos criado así?

—Mamá, tengo diecisiete años, no hace falta que vengáis detrás de mi como si tuviera solamente tres —empiezo pero soy interrumpida.

—¿Con quien has estado? —pregunta papá. Civilizadamente

—¿No lo sabes? Con el rubio ese de la fiesta. El que su padre es drogado y su madre despareció cuando era pequeño.

Mi madre ha empezado esta bronca y ahora mismo no soy capaz de pararla, no me gusta que recuerden pasado de la gente —y menos que sea de JJ— me está hirviendo la sangre de maneras extremas, clavo mis uñas en las palmas de mis manos y sin parar de apretarlas voy andando hasta quedar en frente de ellos. Miro a mi madre y empiezo:

—No eres quien para hablar así de su familia —murmuro entre dientes.

—Cállate.

—No, no quiero —salto —. Siempre te metes con los demás por su familia o por su ropa, ¡Deja de pensar así! —reprocho —. Me gusta quedar con JJ, me gusta como es su manera de ser. Me gusta él. Y por mucho que me lo impidas me queda un mes y medio aquí y solo pienso disfrutarlo.

—No vas a juntarte con él— murmura ahora ella.

—Sí, sí que me voy a a juntar con él.

—Emma —suplica mi padre para que no continúe.

—¿Qué? —pregunto irritada —. JJ es mi novio y os guste o no estoy enamorada de él.

—¡No digas eso! —rechista mamá. — ¡No puedes enamorarte de un fumeta con padres drogados y desaparecidos!

—Pues ya lo he hecho.

Por primera vez en toda la bronca dejo de apretar mis uñas contra las palmas de las manos y solo siento ardor pero no vale le estoy dando demasiada importancia ahora mismo. Aún con el ardor de manos, me voy de la casa, segura de mi misma. Abro la puerta: y ahí están otra vez los gritos de mamá.

—¿Dónde te crea que vas? —chilla más fuerte que antes.

—¡Con JJ!

Y al pronunciar ese nombre noto como mi madre está extramadamente indignada conmigo y papá estará indignado pero no estoy pensando en ellos. Estoy pensando en mí, por muy egoísta que suena. Y sin perder más el tiempo oyendo los gritos de mamá cierro la puerta de un fuerte golpe y salgo de la "acogedora casa de la familia Cameron"

Voy andando por las pequeñas calles llenas de gente de Outer Banks, ahora mismo me gustaría andar sola por la pequeña isla pero los niños gritando me lo impiden. Intento andar más rápido para dejar de escuchar a los niños menores.

     Sin saber cómo he acabado en el jardín de la casa de Kiara, mi amiga solo pregunta porque estoy así pero no recibe ninguna respuesta, hace cinco más de cinco minutos que se ha ido a por un vaso de agua, y sinceramente, me gustaría levantarme e ir a buscarla, pero no tengo ni fuerzas ni ganas. Sigo sentada en una esquina del jardín con las piernas encogidas mientras que rodeó mis rodillas con mis manos, levanto la vista un poco y veo que Kiara por fin sale con un vaso de agua, anda con cuidado para que el líquido no se derrame y lo logra, porque antes de lo esperado ya esta a mi lado sentada y yo bebe del agua del vaso.

—No te voy a decir que me cuentes lo que te pasa. Ya lo harás cuando quieras —empieza a hablar y la escucho —. Pero no voy a dejar que estes aquí llorando por los rincones, ahora vamos a ir con los chicos y daremos vueltas por  las Marismas—dice segura de si.

—Kie —susurro y ella m escucha —. Vámonos -aseguró.

     Queda menos de cinco minutos para llegar a la Chateâu y para ir a dar uno vuelta con los chicos, Kiara y yo no nos hemos dirigido ni una palabra desde que hemos salido de su casa y estamos en cuentas en un silencio, pero es cómodo. Estamos en frente de la casa de John y si miro bien puedo ver cómo los tres chicos llevan comida y bebidas a la pequeña barca y antes de ir con ellos, me coloco delante de mi amiga y suelto lo que tengo que decirle:

—Estoy saliendo con JJ —digo, demasiado rápido.

—Lo sé —responde, con una sonrisa en su cara.

—¿Cómo que lo sabes? —alzó una de mis cejas.

—Todos sabíamos que ibais a acabar juntos —señala con la cabeza a los dos chicos y después vuelve a mirarme —. Y lo tenía más claro cuando ayer os fuisteis solos los dos de la fiesta.

—Ah —es lo único que puedo articular en estos momentos.

—Y se que estás así porque tus padres no quieres que te juntes con JJ —vuelve a hablar —. Mis padres también me lo dicen, pero yo no estoy saliendo con JJ— ríe por encima —. Y ahora vámonos que los chicos nos esperan.

Y al decir esto empezamos a andar hacia ellos. Los chicos nos saludan con una gran sonrisa en la cara mientras que la mía cuesta que se vea igual que la de ellos. Subimos a la pequeña barca, John B se prepara para arrancar la barquita, mientras que Pope quita el ancla, JJ está de brazos cruzados sentado en la parte trasera. Si estuviera bien ahora mismo desearía sentarme a su lado y reconfortarme con sus abrazos pero es lo menos que me apetece, quiero estar sola, quería estar sola, no quiero estar en una barquita llena de gente.

Hace más de media hora que estamos navegando por las Marismas y ninguno se ha movido del sitio, bueno, excepto Kiara, ya no está sentada a mi lado, ahora está con John y Pope hablando divertidamente mientras beben cerveza. JJ solo bebe cerveza y no me dirige ninguna mirada, al menos no desde que lo estoy mirando. Aparto la vista de él y saco mi teléfono del bolsillo trasero, busco los contactos de Luca y de Connor para darle las gracias por estos dos días, aunque me gustaría haberlos disfrutado más con ellos. Me responden rápidamente con un "Nos ha encantado visitar a Outer Banks, nos veremos en un mes y medio!" Solo puedo sonreír ante el mensaje. Dejo el teléfono a un lado. Y ahora si que si, estoy segura de ir a sentarme al lado de JJ.

Me levanto con cuidado de la proa, camino con el mismo cuidado para llegar a la popa —donde está sentado JJ— y me siento a su lado, no se da cuenta, o hace como si tal cosa. No sé qué decir en estos momentos así que solo puedo apoyar su cabeza en su hombro mientras miramos cómo está atardeciendo. La respuesta de JJ ante mi muestra de cariño es juntar nuestras manos y sin darme cuenta estamos mirándonos como unos chicos de secundaria enamorados.

—Pensaba que me ibas a dar el plantón delante de mi amigos —bromea.

—Jamás lo haría Maybank —sonrío.

—¿Estás bien? —pregunta, preocupado.

—Mis padres y yo hemos tenido una pelea —respondo, brevemente.

—¿Y seguramente la bronca la he hecho yo? ¿Verdad?

—Sí —respondo, sinceramente.

—Seguramente sea que no te puedes juntar con un chico como yo—suspira por un segundo —. Ya sabes, clase baja, con un padre alcolico y una madre desaparecida, un chicos que va de fiesta en fiesta. No soy un gran partido.

—Me gustas como eres JJ, me da igual lo que digan ellos. Yo e conozco de verdad. Así que no vuelvas a decir eso—suspiro y asiente.

Mis ojos viajan por sus labios entre cerrados, veo como se los relame por unos segundos y solamente tengo ganas de juntar sus labios finos con los míos. Y sinceramente, no voy a quedarme con las ganas, en ningún momento.

Junto mis labios con los suyos, y parece que a él le tome desprevenido, como la primera vez que nos besamos en la furgoneta después de que le dieran una paliza en ese caro restaurante. Nuestros labios se mueven a compás olvidándonos del al rededor, solo estamos él y yo. JJ Maybank y Emma Cameron. Sus grandes manos descansan en mi pequeña cintura intentando que nuestros cuerpos se junte más, iban a hacerlo.

—Me debes veinte pavos Pope —dice John.

ONLY US || JJ MAYBANK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora