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    El teléfono de JJ no para de vibrar, son más de las doce de la noche pasada, el día de hoy con JJ ha sido un tanto movido; simplemente; del baño a la cama, de la cama al sofá, de sofá a la cocina. Pero no me estoy quejando de nada, de nada en absoluto.
    —¡JJ! —le grito —. Tú móvil no para de vibrar —aviso.
    —¡Deja que suene! —me grita, desde el baño.
    Él está duchándose y yo estoy con un pantalón suyo de chándal y una sudadera del mismo, sonrío cuando me veo en el espejo; espejo que me recuerda todo lo que he hecho con el chico estás "vacaciones". De aquí dos días me voy, de aquí dos días vuelvo a Los Ángeles y dejo a mis amigos aquí, dejo a Kiara, a John B, a Pope, a Sarah, a JJ... No quiero irme.
    El móvil de JJ no se está quieto, y sin saber cómo tengo el teléfono en mis manos, desbloqueó su teléfono con la contraseña "17753", se desbloquea, sigue sonando la bandeja de notificaciones de WhatsApp. Mi dedo pulsa en icono verde y me encuentro viendo cada uno de sus mensajes.

Enn.
Deja ese viaje, vuelve conmigo.
Olvídate de ella.
Me quieres a mi.
No te merece.
Es una kook, es básica.

JJ
Para.
                                                                                                                                                      
Enn.
No.
Tú eres mío, no de ella.
O no te acuerdas de la semana pasada?
                                                                                   JJ
Lo de la semana pasada, fue un error
No hay más.

Enn.
No te quiere.
No la quieres.
Me quieres a mi.
Eres mío.
JJ
Solo mío.
De nadie más.
No me gusta compartir lo que es mío.
Deja de tirartela
Solo la querías para eso.
Recuerdas? 
     Estoy en shock, completamente en shock. Esto debe de ser una jodida broma, JJ no es así. No ha podido utilizarme. ¿Quien es ella? ¿Porque nunca me lo ha dicho? Escucho como la puerta del baño se abre.
     —Podrías a ver venido —dice JJ, con voz sexy. No le contesto, y entonces, supongo, que se da cuenta —. ¿Qué haces con mi móvil?
     —¿Quién es? —le pregunto, sin mirarle.
     —Te lo puedo explicar —susurra.
     Y entonces mi cuerpo vuelve dentro de si, mis ojos se abren con fuerza y lo veo. Sus pantalones grises de algodón, su pelo majado, sus labios hinchados por culpa de todos los besos de todo el día. Y ninguno era verdad.
     —Ni se te ocurra.
     Antes de que empiece a hablar me levanto de la cama, apoyo la maleta encima de la cama, abro el armario y empiezo a tirar toda mi ropa dentro de la maleta, sin importarme como caiga. Con el rabillo de mi ojo veo como JJ está analizando todo.
     —No, no hagas eso —habla.
     —No he sido yo la que te ha ocultado cosas —le contesto, mientras sigo con mi trabajo. Cada vez queda menos ropa.
     —Déjame explicártelo —pide.
     —¿Qué me vas a explicar? —le grito —. ¿Qué nada era cierto? —pregunto fuera de sí —. No, gracias — tiro de mala manera el vestido rojo que me puse en la cena, y a las horas después estábamos en la cama. Pero para él, era una más, soy una más.
     —Déjame explicártelo —me grita.
     —Cinco minutos —me cruzo de brazos.
     Cuando escucho lo que acabo de decir me arrepiento pero JJ ya empieza a mover la boca para explicarme.
     —No te conocía, para mi eras una kook más, la prima de la princesa —antes de que lo corte sigue —. Es verdad, al principio sólo quería tener una noche loca contigo. Nada más — escucho como mi corazón se está rompiendo poco a poco —. Pero fue cambiando, cada vez te pusiste dentro de mi tan rápido que no sabía que iba a pasar conmigo. En un momento no sabía que sería de mi sin ti. Y, lo sigo pensando —adorna sus palabras —. Elaine es mi ex, antes de ti —me hierve la sangre —. Siempre ha estado detrás de mi, pero cuando empecé a salir contigo me olvidé de ella, completamente. Solo eras tú –se está acercando hacia mi —. Eres tú —su mano empieza a levantarse y acaricia mi mejilla. Su tacto —. Siempre vas a ser tú...
     —No me toques —murmuro, entre dientes.
     —No puedes romper esto, somos almas para estar juntas —me dice.
     —No he sido yo quien ha roto esto —digo señalándonos —. Claro —respiro —. Si alguna vez hubo algo.
      Le testo importancia, aunque me duela, no puede verme rota. Vuelvo a la maleta, y, cuando compruebo que ya está todo, la cierro. Bajo el trasto debajo de la cama y empiezo a tirar de él. Lo bajo con fuerza por las escaleras y cuando estoy bajo me pongo unas deportivas blancas. Escucho los pasos fuertes y rápidos de JJ por la escalera y me doy más prisa. Cuando estoy apunto de dirigirme hacia la puerta lo veo ahí, su cuerpo,: alto, musculoso, sexy... Esta delante de la puerta, impidiéndome el paso.
      —Apártate —pido.
      —Me prometiste que no me dejarías, me lo prometiste la noche de la cena; la primera vez que nos acostamos —recuerda.
     —Pero a ti solo te importaba que nos acostáramos —le recriminó.
      —Sabes que no tienes razón —me dice —. Antes de que pasara nada de sexo éramos una pareja normal, y, unida —añade.
     —Pues olvídate. Porque no hay más pareja contigo, no hay nosotros, no hay algo —sigo rápido para no llorar delante de él.
     —Me lo prometiste —me agarra por la muñeca.
      —Suéltame — murmuró.
      —Mira —lleva mi mano a su pecho, el cual está latiendo con demasiada fuerza, a la vez que, poco a poco, va perdiendo velocidad —Haces que se me salga el corazón, todos los días. Mira que pasa cuajando peleamos, no podemos. Somos imanes que se atraen. Por mucho que ahora lo niegues por el enfado.
      Sus ojos llorosos, su pelo revuelto, su manos sobre la mía, su respiración entre cortada, su cuerpo musculoso.
     —Nada era verdad, JJ —le susurro, sin apartar nuestro contacto, piel con piel.
      —Pero ahora sí, eres mi camino —jadea.
      —Pero todo era una mentira. Lo siento.
      —¿Lo siento? —pregunta —. ¿Acabamos? — le miro —. No, no —quita su mano sobre la mía con algo de fuerza y rápidamente lleva sus manos a su pelo para estirarse de él.
      —No puedo estar con alguien que me haya mentido... —susurro.
      —Una segunda oportunidad, por favor —pide, su voz está rota.
      Niego.
      —Dentro de dos días me voy, no hay nada ya. Lo íbamos a dejar, ha sido un amor de verano, nada más. No ha acabado como esperábamos. No hah más —susurro.
      —Una relación a distancia, no puedo perderte —su voz es ronca, y, rota.
      —No puedo tener una relación a distancia. Y menos, sabiendo de la existencia de tu ex —las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.
      —Pero ella no es —repite —. Eres tú joder —se tira de su pelo —. Solo tú.
      —No podemos seguir —me rompo.
      —Te quiero —declara.
      —No, no hagas esto más difícil —pido.
      —Es la verdad —le quita importancia —. ¿No me quieres? —pregunta.
      —Sí, sí te quiero. Como a nadie —contesto rápido —. Pero no puedo seguir contigo.
     —No por favor —ruega.
     —Adiós JJ —susurro y salgo de la puerta con mi maleta, cierro detrás de mi.
     Apoyo mi espalda en la puerta, y ahora, me permito llorar todo lo que no he llorado delante de él... Respiro varias veces, y, ahora si, muevo mis pies en busca de un taxi. Pasan varias, la mayoría llenos, hasta que doy con uno, le paro y le digo que me lleve al aeropuerto, este asiente antes de acabar la frase y empieza a poner ya el taxi-mentir. Voy a arruinarme.
Subo, yo sola, la maleta dentro del maletero, el taxista está mirando su teléfono en la parte de delante. Hijo de puta. Cierro la puerta del maletero, y abro la trasera para subirme, estoy apunto de hacerlo hasta que escucho su voz... no.
—Espera —corre hacia mi.
—No lo has más difícil —vuelvo a pedir.
—Sí esto va a ser una despedida, déjame decirte y hacer todo lo que no te he dicho —pide.
—No es buena idea...
—Déjame decírtelo, joder —asiento —. Vas a ser la única, nadie me va a llenar tanto como lo has hecho tú, lo digo enserio. Elaine no es nada para mi, eres tú, solo tú. Tú eres mi todo, ¿lo entiendes? Solo vas a ser tú, mi pequeña...
Estoy llorando delante de él, he perdido mi orgullo en dos semanas.
—JJ... —susurro.
—Toma —rebusca en su bolsillo —. Te lo iba a dar el día de la cena, pero todo llevo a otra cosa —sonrío al recordar nuestra noche, por mucho que duela —. Pensé en dártelo mañana, pero supongo que te vas, y nos despedidnos para siempre —asiento —. A si que toma.
Me da una caja, no muy pequeña, la abro y veo un collage de fotos nuestras, de mj veranos, de los chicos, de las fiestas. Me hace sonreír por un momento, peor entonces veo una cajita más pequeña. JJ está nervioso así que la abro. Veo un anillo de color plata en forma de ola, lo analizo, y encontrado dentro de él neutros nombres y nuestra fecha. Mierda...
—No... no puedo —susurro.
—Quédatelo, no me hagas el feo. Tú decides si tirarlo o quedártelo, pero hazlo cuando no te esté mirando.
—Te quiero, aunque, esto vaya a acabar —le aseguro.
—Te quiero, Emma.
Sus labios están encima de los míos, pero en ningún momento mete su lengua dentro de mi boca, solo me acaricia las mejillas. Nuestro ultimo beso...
—Señorita llevas ya 15 euros —me dice el taxista.
Voy a arruinarme.
—Adiós JJ... —me despido y cierro la puerta.
Y empiezo a llorar, sin importar que JJ me está viendo, y, sin importarme que el conductor pueda dejarme tirada.
Le envío un mensaje antes a mamá:
Emma
Voy a coger hoy el avión para volver a LA
Mamá
Perfecto.
La semana que viene cogemos el avión hacia NY.
Emma
Ok.

ONLY US || JJ MAYBANK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora