Cap 26

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Narra TN.

Un destello de luz rojo nos cegó por breves segundos. Estaba abierto.

Serena empezó a caminar lentamente hacia la puerta, aún con las marcas rojas en todo su cuerpo.

Seguimos a nuestra amiga para evitar perdernos. Ella sabía que había un camino que nos llevaría a algo.

A medida que nos adentrábamos en las catacumbas, el sentido de alerta empezó a crecer hasta el punto que podía sentir miradas alrededor nuestro.

Por momentos volteaba a ver a Anne, ella se veía con una expresión de disgusto y odio por el lugar o quizá slgo más. Volteaba a ver a lugares específicos, como si supiera de dónde nos veían, cada vez que lo hacía, me sentía cada vez más vigilado y, por instantes, dudé hasta de seguir avanzando.

Las catacumbas desembocaron en una sección donde se hallaban en promedio 20 o 30 celdas protegidas por barrotes. Esto lo he visto antes, lo sé.

Las miradas desaparecieron mas no el sentido de alerta. Volteé a ver cada celda cercana a mí. No había duda. Sabía dónde estábamos, sabía qué camino tomar y, sobre todo, sabía que él estaría aquí.

Serena se detuvo por un instante, las marcas parecieron apagarse de su cuerpo y cayó de rodillas al suelo.

—Serena, ¿Estás bien?— Anne preguntó en un tono preocupado aunque guardando una seriedad poco usual en ella.

La súcubo asintió levemente con la cabeza, no recordaba nada de lo que había sucedido después de ver la puerta. Nos quedamos allí por unos minutos mientras pensábamos qué hacer.

—¿Creen que debamos avanzar?— pregunté viendo a las tres.

—No estoy segura. Quizá debamos llamar a Lázari y las demás que están arriba. ¿Puedes hacerlo, Lizzy?— Anne contestó en tonalidad fría, viendo al final del largo pasillo.

—N-no puedo... Es como si no existiera una señal con la cual poder contactar arriba— La menor se notaba asustada, era la primera vez que sucedía.

Teniendo en cuenta que ella fue puesta en experimentación con 914 y adquirió mejoras, también significaba que mi celular estaría de la misma manera.

—Entonces debemos avanzar— La voz de Anne mostraba aún más odio y disgusto. Todos asentimos y nos pusimos en marcha.

Pasamos por el pasadizo hasta llegar al fondo, a la izquierda, el sendero se extendía hasta dar con una puerta de hierro. Es el único camino.

Seguimos avanzando, pasando por la pesada puerta de hierro que daba paso a otro pasadizo, tenía 7 puertas, seis de ellas estaban selladas con alguna clase de material traslúcido mientras que el último era nuevamente de hierro.

El olor del lugar era nauseabundo, sangre, carne en descomposición y otros elementos que se habían concentrado por años en este lugar resultaban en ese olor.

—No perdamos tiempo, hay que salir de aquí— la voz de Serena rompió el hielo.

Cerré mis ojos por unos segundos antes de avanzar al frente del grupo. Volteé a ver las primeras celdas.

Había un chico adentro, encadenado y cabizbajo, pero había algo más que resaltaba, su piel era anormalmente pálida, parecía tener una textura sólida aunque frágil y, como cereza sobre el pastel, la piel de su cara se caía a pedazos, revelando de forma macabra el interior de su rostro.

Una cosa me vino a la mente, era parecido a aquella muñeca con la que me enfrenté.

No me quise detener a ver las demás celdas y aconsejé que no las vieran, en especial la menor.

Una Historia Con SCP's [Discontinued] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora