A la corta edad de dieciséis años, Kamado Tanjiro es uno de los artistas más aclamados en la industria del K-pop gracias a la gran empresa que maneja su padre, Muzan Kibutsuji.
Giyuu Tomioka tendrá que unir sus lazos junto al joven Kamado para poder...
-Tiene que estar impecable.- Señaló el rostro del menor.- Los lentes de contacto. ¡Ahora!
Tanjiro se sintió incómodo al tener más de tres personas retocando algunas de sus facciones y vestimenta para que pueda quedar bien para el episodio de hoy.- ¿No crees que... ya es suficiente?- Dijo rascándose su nuca mientras hacia una risa de incomodidad.- Digo... ¿No es mucho?
-Estas quedando perfecto, los estilistas están haciendo todo para que quedes bien.- Agachó su cabeza por un momento.- Es la petición de tu padre.- Susurró
-No te preocupes, Haganezuka-San, todo estará bien.- Dijo con una de sus típicas sonrisas que se puede ver la sinceridad a través de sí.
Los estilistas ignoraron el hecho de que ambos estén teniendo una pequeña charla, ellos no se podían meter en algo que no les incumbe. Solo cumplen su trabajo como buenas personas disciplinadas.
-De pie, por favor.- Pidió uno de los estilistas al pelirrojo. Este rápidamente asintió a su petición, cumpliendo lo que se le había dicho.- Ahora puede pasar al equipo de sonido.- Extendió su mano para darle pase hacia la nueva ubicación encomendada.
Rápidamente, el equipo de sonido logró colocar todos los micrófonos en el, escondiendo perfectamente todos los cables que se encontraban en sus ropas.
-Tanjiro, anda saliendo al set.- Se asomaba una persona del equipo de producción.
-Sí, voy.- Miró hacia ambos lados donde se encontraban las personas que habían ya culminado con su trabajo.- Muchas gracias, en serio.- Hizo una leve reverencia para salir por la puerta que se encontraba a unos centímetros de el.
-Es muy amable.- Dijo una de ellas.
-Lo es.- Respondió su acompañante con una sonrisa.
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-Buenas tardes, público televidente...
El azabache estaba viendo aquel ansiado programa que todos los días ve. Con su probablemente futuro pupilo.
-¿Qué tal? ¿Cómo han estado hoy?
-Mal.- Respondió frío mientras se encontraba postrado en su sillón, comiendo un tazón de vegetales.
Cuando iba a dar un bocado de su ensalada, su celular empieza a vibrar del lado donde se encontraba aquel aparato.
Dudó en contestar, el nombre del contacto era la persona con la cual menos quiere hablar durante todos esos días.- Tal vez sea algo importante.- Susurró.
El de orbes azules, agarró el celular para poder deslizar y contestar.- ¿Qué quieres?
-¡Amor! ¡No lo vas a poder creer!.- Dijo preocupado.- ¡Cheems se está incendiando!
-¿Qué?- Preguntó confundido.
-¡Sí!- Afirmó rápidamente.- Estaba cocinando y de la nada su bola se prende. ¡Es un desastre! ¡No sé cómo apagarlo!
