~•𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐬𝐨•~

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-Hora de levantarse.- Movía levemente el pequeño y delgado cuerpo del menor, intentando poder levantarlo o algo cercano a ello, ya que este se encontraba más que dormido. Tal vez un oso invernando le pudo haber hecho la competencia.

-Giyuu-San, es bastante temprano.- Puso una de sus almohadas en ambas orejas, al mismo tiempo, se dio la vuelta.- Cinco minutos más.

-Tenemos que empezar temprano sí queremos hacer todas las actividades que nos falta.- Esta vez, se recostó totalmente en el cuerpo del pelirrojo, a este no le molestaba para nada ese hecho, más bien, le divertía bastante. Era bastante común que entre ambos hagan ese tipo de cosas, a fin de cuentas, ya están en confianza.

-¡Pero sí son las 5:30 a.m!- Alzó la voz, para después proceder a ponerse una almohada entre sus orejas para evitar los llamados del mayor.

-Empezaremos temprano, recuerda que nos iremos después de almuerzo.- Dijo, dejando aquella acolchada cama en la cual estaba recostado al lado de su alumno. -Iré al baño para bañarme y cambiarme.- Agarró todas sus pertenencias, las cuales iban a ser el atuendo del día, algo casual, típico de Tomioka Giyuu, sin quitarle la elegancia que siempre lo mantenía al margen.

Al escuchar que el profesor estaba lo suficientemente lejos del ambiente, no tuvo más opción que levantarse con un gran bostezo. Varios de sus huesos empezaron a tronar, dando uno que otro quejido por el leve dolor de esto.

El soñoliento preparó todas sus prendas para darse un baño con bastante pereza, esperaría a que el de ojos de color celeste saliera de su relajante bañada. No tenía pensado en capturarlo ni nada, es más, eso le daba oportunidad para que en lo que llegaba el susodicho, vaya desprendiendo de sus ropas para dormir.

Empezó por desprender de la larga sudadera que traía como pijama, dejando ver su delgado abdomen, continuamente, siguió con un jogger color gris, sus medias y por último, su ropa interior.

Rodeó una toalla en toda su cadera, dejando al descubierto su torso por completo.

-Tanjiro, ¿has visto mi...- Un Giyuu en boxers era lo menos que el Kamado pudo esperar.

Ambos con los torsos al descubierto.

Ver al Kamado con el pecho al descubierto, no era un privilegio de todos los días. Por lo tanto, una boca abierta por parte del mayor no era de esperarse.

Esto, tranquilamente ruborizó a ambos. Era una sensación bastante incómoda, según pasaba en sus mentes, pero... no son nada más que alumno y profesor, ¿no?

Esa pregunta, últimamente resonaba dentro de la mente del azabache.

Podría perder su propio trabajo sí es que realmente sus sentimientos son aclarados por el mismo. Por un simple capricho de el. De alguien tan insignificante, como el.

Rápidamente, se dirigió al baño nuevamente, cerrando rápidamente la puerta. Dejando totalmente perplejo y fascinado a su acompañante.

-D-Dígame- El nerviosismo era bastante notorio en sus palabras, los tropiezos se hacían presente cada vez que formulaba una.-¿D-desea algo?

-¿Me podrías pasar una camiseta azul que se encuentra en mi maleta?- Respondió.

Al escuchar la orden, rápidamente se dirigió hacia las pertenencias del mayor, logrando ver absolutamente todo ordenado y organizado, algo totalmente contrario al desastre que tenía el por su lado. Ignorando esto, sacó la camiseta, cuyo olor era de recién lavado con un tenue olor a lavanda, bastante agradable.

Enseguida, fue a darle el pase al dueño de la prenda. Con la puerta entreabierta, dejando visible una de sus grandes y fuertes manos, sostuvo la camiseta.- Gracias.- Dijo como agradecimiento, para seguidamente, cerrar la entrada.

𝐌𝐢 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐫𝐭𝐢𝐬𝐭𝐚~ •𝐆𝐢𝐲𝐮𝐮𝐭𝐚𝐧•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora