7. Happy hour

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Samantha.

Mientras la vista de todos los presentes estaba puesta en ellos dos, Flavio dirigió un rápido y tímido 'hasta mañana' a aquellos con los que había estado hablando antes y se dio la media vuelta, dejando a la rubia allí plantada en mitad del lobby del hotel. Enseguida comenzaron los cuchicheos y muchos se fueron a sus casas, a sus habitaciones o simplemente a otro sitio. Finalmente quedaron Hugo, Eva, Samantha y otras 8 personas a las que todavía no ponía nombre.

-Entonces, ¿dónde vamos? -preguntó rápidamente la gallega, quitando tensión a la situación. Samantha estaba todavía absorta en sus pensamientos. ¿Quién se creía este tío para hablarle así y hacerla quedar de mala delante de todos los demás?

-Yo conozco un sitio aquí al lado, podemos quedar aquí a las 8 que empieza la Happy Hour, ¡y lo que surja!

Todos estuvieron de acuerdo en el plan, por lo que Eva y Sam subieron a su habitación. Ambas decidieron que tenían suficiente tiempo para prepararse, por lo que no pasaba nada si se tiraban un rato a seguir de charla. La rubia no podía creer que sólo hiciese unas horas que conocía a la gallega, porque sentía la confianza para contarle lo que pasaba por su mente. Después de un rato en el que cada una miraba su móvil soltó

-¿Qué piensas de Flavio? -pilló a la morena totalmente desprevenida.

-Entiendo que no quisiese venir, no le falta razón cuando dice que mañana es un día muy importante y tenemos que descansar, además que parece el tipo de persona que no está muy cómodo en grandes grupos.

-Ya, tía, si eso lo entiendo.Por eso dije que es un seta. Pero no pasa nada, ser seta no es algo malo, se ha pasado tres pueblos conmigo.

-Bueno, Sam, imagino que a él no le habrá sentado muy bien que le llames seta delante de todo el mundo, aunque tú no lo hicieses con mala intención. -Samantha suspiró y decidió no responder, estaba muy dolida por lo que había pasado y nada de lo que le dijese su amiga en ese momento iba a hacer que cambiase su opinión respecto a lo que había pasado. El chico había sido majo por Instagram y tenía la voz de un dios griego, pero ya no estaba interesada en conocerle lo más mínimo. O eso se decía a sí misma.

Las chicas decidieron que ya era el momento de comenzar a prepararse y consiguieron estar listas con tan solo 10 minutos de retraso. Obviamente, estaban todos esperando a que ellas llegaran y se dirigieron al lugar inmediatamente. Decidieron empezar con un par de rondas de cervezas para caldear el ambiente antes de seguir con cosas un poco más fuertes. Estuvieron charlando, conociéndose y riendo, la verdad es que eran un grupo fantástico. El sitio elegido tenía una gran terraza donde habían pasado las primeras horas, pero dentro del local era más tipo pub con una pequeña pista de baile. Cuando ya no eran capaces ni de contar las rondas que llevaban, la mayoría de ellos querían entrar dentro a bailar un rato.

Samantha no se negó, pero tampoco era una gran fan de bailar por lo que se quedó apoyada en la barra mientras veía a los demás darlo todo. Cada vez que se despistaba su mente ebria viajaba a vídeos que había visto del moreno y repasaba sus dedos en el piano, sus labios mientras cantaba, sus ojos achinados cuando sonreía al terminar... pero sobre todo a su voz. No entendía qué le estaba pasando, apenas le conocía y lo poco que lo había hecho no le gustaba, y sin embargo no podía dejar de pensar en la manera en la que todo su cuerpo temblaba cada vez que él abría la boca. Nunca le había pasado algo parecido y era una sensación extraña, siempre había sentido las voces de aquellos que la rodeaban pero no de esa manera. Quería gritarle a su mente que parase, que la dejase tranquila, y era imposible.

-¿Qué hace una chica como tú tan sola? -se acercó un chico a intentar ligar con ella, que inmediatamente levantó una ceja y soltó una pequeña carcajada.

-¿Te has planteado que si estoy sola quizás sea porque no quiero compañía? -le respondió. Lo último que necesitaba en ese momento era tener que lidiar con un pesado. Por suerte, el chico lo captó rápidamente y se retiró entre risas de todos sus acompañantes. Sam decidió acercarse al resto de su grupo y moverse un poco, no lo estaba dando todo como los demás pero siempre era mejor que tener que aguantar compañías no deseadas.

Finalmente, sobre las 2 de la mañana volvieron al hotel y subieron a la habitación, mañana iba a ser un día muy importante y toda la habitación les daba vueltas. Se sentaron en el suelo de la habitación con las espaldas apoyadas en la pared y se obligaron a beber un litro de agua cada una, a ver si así minimizaban los efectos de la noche al día siguiente. Estaban en silencio hasta que Eva decidió romperlo.

-Pues al final el tal Flavio tenía razón y esto no era una buena idea -ambas comenzaron a reír y se metieron en la cama. No sería la primera vez que ninguna de ellas cantase con algo de resaca.

La gallega se durmió enseguida, tan pronto como su cabeza tocó la almohada, pero la valenciana pasó un buen rato dando vueltas sobre sí misma y con los nervios agarrados al estómago. No podía dejar de pensar en lo que pasaría al día siguiente y de repetir la canción que había decidido cantar en su cabeza. Apretó más fuerte a Pep, su peluche, y finalmente se rindió ante los brazos de morfeo.



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*Nota: 

¡Hola! 

Muchísimas gracias por seguir esta historia, nos hace mucha ilusión ver que aumentan los lectores y cada vez que dais una estrellita. Los primeros capítulos han sido un poco de introducción para situar a cada personaje en la historia pero a partir de ahora viene lo bueno. 

Contadnos qué os está pareciendo, qué creéis que va a pasar, qué os gustaría que pasara y también si os gustan más los capítulos cortos o largos. Intentamos no alargarlo mucho para no hacerlo pesado pero si os gustan más largos decidnos. 

¡Gracias otra vez!


Entre acordes ~ FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora