24. Pasar página

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Samantha.

Estaba sentada en la cama con la guitarra entre las piernas y el cuaderno enfrente, había estado escribiendo un rato cuando se encontró con el principio de la canción que había empezado a componer tras aquel primer beso con Flavio. En ese momento sintió que las lágrimas le llenaban los ojos y supo que tenía que continuarla. Llevaba al menos una hora enfrascada en la tarea y había encontrado un estribillo perfecto para la canción, lo garabateó en el cuaderno y cogió el móvil para dejarlo grabado y asegurarse de no perderlo.

Aunque ahora ya no importe, ¿tú qué tal?

Yo la verdad es que sin más

No me hace falta recordar

Pero me pierdo si no estás

Se dio por satisfecha por lo avanzado, ya tenía casi la canción completa, por lo que se levantó para ir a merendar. Hacía ya un par de días desde que no hablaba con Flavio y, aunque aquello asaltaba su mente cada día, estaba esforzándose en ser fuerte e intentar superarlo.

Volvió a su habitación con una tostada en la mano cuando se dio cuenta de que la pantalla de su móvil se encendía y apagaba, alguien estaba llamándola. Lo cogió de la cama y vio que el identificador de llamada indicaba que era Maialen. Suspiró, no quería perder el contacto con la chica ni mucho menos pero tampoco le apetecía hablar con ella de Flavio. Finalmente decidió que no iba a dejar que ningún tío determinase quiénes quería que fuesen sus amigas.

-Hola Mai, ¿qué tal estás?

-Titi, que hace mucho que no sé nada de ti. ¿En qué andas?

-He estado hasta arriba con el bar y otras cosas -no podía decirle a Maialen nada sobre ser telonera de Nia, no quería arriesgarse ya que en la reunión le dejaron muy claro que debía ser un secreto.

-Ay, Titi, que difícil es ser adultas -le respondió entre risas la pamplonica. Se hizo un silencio breve entre ambas que inmediatamente rompió- Samantha, sé que las cosas con Flavio no están precisamente bien pero creo que hay algo que debes saber.

-Ya, Mai, pero es que no me apetece saber nada...

-Sam, por favor, escúchame. -la rubia se quedó callada, dando pie a su amiga a hablar. Cuanto antes terminase con aquello mejor. -Flavio no está bien, te echa un montón de menos. No lo dice mucho, ya sabes como es, pero yo le conozco y lo sé. Además todo lo que compone es triste y melancólico. Tienes que hablar con él, yo sé que hay una explicación para que no fueses a su restaurante, ¿verdad?

-Sí la hay, pero él no me quiso escuchar y pasó página. Y yo estoy intentando hacer lo mismo.

-¿A qué te refieres? Porque te aseguro que sigue en la misma página desde que vio tus vídeos en el casting... -Samantha no pudo evitar que una sonrisa involuntaria apareciese en su boca aunque rápidamente la borró.

-Al día siguiente le pidió a otra chica que fuese a verle al restaurante, Maialen. Yo fui a intentar explicarme y lo vi todo. -escuchó a su amiga soltar una pequeña risa al otro lado de la línea y no entendía nada.

-Ay, Samanthiti. Pues entonces sois los dos los que os debéis una explicación, ¿no?

-No lo sé, a lo mejor es que no estamos destinados a nada. A lo mejor el universo nos está diciendo que dejemos de intentarlo.

-Pero, Sam, ¿de verdad vas a dejar que todo acabe porque ninguno de los dos ha podido explicar algo? ¿Vas a dejar que se acabe por teorías y suposiciones? -la rubia se quedó en silencio, pensando en lo que acababa de decir la morena. -De todos modos, lo que yo te quería decir es que decidas lo que decidas yo voy a seguir aquí siendo tu amiga, ¿vale?

-Gracias, Mai.

-No tienes que darlas por nada, Titi. ¿Te vienes a tomar unas cervezas esta noche? -la rubia dudó y Maialen pudo notarlo. -Tranquila, Flavio no va a estar en casa.

-Vale, entonces estoy allí a las ¿9? -preguntó la valenciana.

-Genial, nos vemos a las 9.

Flavio.

El fin de semana pasó volando. Qué Bea hubiera decidido ir justo ese finde, sin saber nada de lo que estaba pasando, le ayudó muchísimo.

Fueron a ver Madrid, a pasear por el retiro mientras Flavio se desahogaba con su hermana y ella escuchaba atentamente todo lo que su hermano había vivido. Desde los castings para la gira, el nuevo trabajo, sus nuevas amistades y Samantha.

Bea había escuchado absolutamente todo sin decir más allá de si, aja y comprendo, por lo que Flavio había tenido tiempo de sobra para explayar todos sus sentimientos e ideas.

Estaban justo llegando a casa cuando el moreno terminaba de contarle a Bea todo lo qué había pasado con Samantha y Mai en cuanto pudo, se unió a la conversación.

-¡Hola Bea, guapa!-se acercó la pamplonica corriendo a darle un abrazo. Ambas se saludaron efusivamente, desde siempre habían tenido muy buena relación y siempre que Bea iba, Mai insistía en que se quedase en casa, aunque estuviesen un poco más apretados.- Bueno qué, contadme, ¿de qué hablabais?

-Pues aquí el amigo me estaba contando todo lo que le ha pasado estos meses, que no ha sido poco, madre mía.-dijo la murciana con una sonrisa en los labios.

-¿Le has contado todo, todo?-inquirio Maialen.

-Si, Mai, todo significa todo...-murmuró el moreno.

-Ah bueno, entonces seguro que Bea opina como yo, qué os merecéis hablar -concluyó Mai.

-A ver, la verdad es que quizá sí sería bueno que habláseis...-murmuró la murciana.

-Bueno chicas... ya está. Ella no ha vuelto a buscarme, no ha vuelto a llamarme desde hace unos días, y no tengo noticias de ella. Si tanto debemos hablar, ella debería de haberlo intentado. Necesitaba verla en el restaurante mi primer día, quedamos en eso y ella no vino. No me aviso y, para colmo, cuando me llamó, se oía claramente qué estaba de fiesta. ¡De fiesta, un día tan importante para mi! Mirad, lo siento pero no.-sentenció el moreno.-

Y se fue hacia su habitación a dejar sus cosas , dejando a las dos con la palabra en la boca en el salón.

Pasado un rato volvió, y se pusieron a preparar un picoteo, pizza casera. Estaban bastante entretenidos, buscando alguna peli para ver y, de repente, sonó el timbre.

Fue a abrir, y, antes de que viera quién había al otro lado de la puerta, oyó de fondo a Maialen decir:

-Lo siento mucho, Fla.

No entendió nada pero cuando sus ojos conectaron con unos ojos azules igual de confusos que los suyos entendió parte de la disculpa de su compañera. 





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*Nota: 

¡Hola! 

Perdonad que ayer no pudimos  actualizar, esperamos que os haya gustado el capítulo. ¿Qué creéis que va a pasar en el siguiente? Queremos leer vuestras teorías. 

Una vez más gracias por cada estrellita y por cada comentario, esta historia ya tiene más de 10k de lecturas y de 700 votos, nunca nos habríamos imaginado llegar a tanta gente. 

Gracias, gracias, gracias. 


Entre acordes ~ FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora